Emma Suárez o el hechizo de Carmen Martín Gaite
La actriz sostiene con eficacia el personaje de la escritora en la adaptación teatral de ‘El cuarto de atrás’


Adaptar al teatro El cuarto atrás es un reto del que es difícil salir victorioso. La dramaturga María Folguera y la directora Rakel Camacho lo logran a medias, aunque con mucho mérito. El espectáculo que han levantado está imbuido del mismo espíritu anárquico y libre que impregna la novela de Carmen Martín Gaite, lo que constituye su mejor virtud a la vez que su mayor defecto. Paradoja: el montaje consigue sintetizar en acciones e imágenes los pensamientos que la escritora volcó de forma deliberadamente desordenada, pero justo por eso la dramaturgia resulta confusa y deja un regusto de insatisfacción. Nos guía hasta esa habitación donde Martín Gaite cavila durante una noche de insomnio, nos desvelamos y la acompañamos en sus divagaciones, pero también nos perdemos por el camino. Tal vez porque ella nunca se dejó atrapar y esa fue en realidad su intención: que nos extraviáramos y disfrutáramos con ello como Alicia en el mundo al revés. No en vano le dedicó el libro a Lewis Carroll y le enmendó la plana a Perrault con su reinterpretación del cuento de Pulgarcito y las migas de pan.
Tras unos meses de gira por España, la producción hace parada ahora en el Teatro de la Abadía de Madrid en plena celebración del centenario de Martín Gaite, después de que se representara en el mismo escenario otra de sus obras, Caperucita en Manhattan, un texto más fácil para las tablas. Pero en El cuarto de atrás, mezcla de libro de memorias y ensayo literario, apenas hay más acción que la de la propia autora dejándose llevar por sus recuerdos y tratando de empuñar la pluma para fijarlos sobre el papel. Su infancia durante el franquismo, el refugio del “cuarto de atrás”, sus amores de juventud, el despertar del letargo tras la muerte del dictador.
En ese empeño triunfa la actriz Emma Suárez, que se mete no solo en la piel sino también en la mente de Martín Gaite de una manera tan empática y sostenida que es imposible no caer en su hechizo. La acompaña a ratos Alberto Iglesias en el papel del “hombre descalzo”, el interlocutor imaginado que estimula su escritura. Y enamora Nora Fernández con su voz cuando canta y su cuerpo en múltiples papeles: la desconocida que llama por teléfono, la amiga de infancia, la hija.
Brilla también el talento de la directora Rakel Camacho, que emplea todo tipo de artillerías escénicas para convertir este texto tan difícil en una experiencia estética. Saca también el máximo partido a la magnífica y versátil escenografía diseñada por José Luis Raymond y Laura Ordás Amor.
EL CUARTO DE ATRÁS
Texto: Carmen Martín Gaite. Adaptación: María Folguera. Dirección: Rakel Camacho. Reparto: Emma Suárez, Alberto Iglesias, Nora Hernández. Teatro de la Abadía de Madrid. Hasta el 16 de marzo. Después continúa la gira.
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