Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).
Unos dirán que lo hacen por compromiso cívico, por cerrarle el paso al capitalismo. Otros, por apego al barrio. Yo lo hago por placer egoísta, porque lo que venden está más rico y porque hay cosas en la vida que son más fáciles cuanto más laboriosas y litúrgicas se plantean
¿Hacía falta una sesión plenaria para compartir un puñado de impresiones más o menos afinadas y más o menos discutibles sobre la política y la economía de España?
Hay una izquierda que tolera a una Iglesia intrigante y meticona en asuntos del Estado si su jefe les cae simpático. No se oponen a la influencia política de la institución, sino a pontífices concretos de apellido alemán o polaco
Es nuestra tilde, carajo. Aprendimos a escribir con ella y nos gusta clavársela a la letra o porque, sin ella, nos parece que el texto lo ha escrito otro
El personal anda cabreado con las mismas corporaciones a las que ayer mismo vendió su alma en forma de datos. Y vuelve el mercado negro de la fibra y el wifi
La serie ‘Cardo’ nos cuenta una historia de soledad y redención como nunca la habíamos visto, con una libertad y una falta absoluta de complacencia hacia el espectador
El personaje nacido en la BBC se consideraba demasiado localista, que lo fiaba todo al contexto cultural británico, pero su salida al mundo confirma, una vez más, que el humor es una fuerza universal
Cuando el resultado depende de una opinión, las opiniones contrarias forman parte del mismo juego. Esto convierte a la cultura en una coartada inagotable
¿Por qué han retirado las mascarillas en el transporte ahora, y no hace unos meses? Seguramente la respuesta esté en el CIS o en alguna empresa de sondeos, pues las medidas se han tomado pensando más en la opinión pública que en la salud
El humor es un espejo que devuelve una imagen patética a quienes se ven como héroes, e ‘Hijos de la fábula’ atiza a los etarras donde más puede dolerles, en el amor propio
En la cuarta temporada de esta serie, la unidad de élite del ejército israelí se enfrenta al enemigo más formidable que ha encontrado: el Estado de Derecho
Ningún demócrata debería ver el conflicto y la discusión como un problema. Ni siquiera cuando son broncas de mal gusto y navajeras (verbalmente navajeras)
Yo solo veo una sucesión de chistes más vistos que el tebeo, algunos reciclados de casetes de gasolinera, que huelen a rancio e, incluso, por momentos, a sexista
Por difícil que nos lo pusieran en La 2, un puñado de chavales insomnes despertamos a la vida con esa caterva de personajes que ahora reviven en Filmin y AMC
Siempre tenemos algo mejor que hacer que atender a las chorradas de un niño, y los padres que se la conceden son rápidamente acusados por los psicólogos de guardia de hiperprotectores
Un humor de gueto, restringido a los programas de sátira y a los días autorizados como este, es incapaz de resumir la desesperación mirándola a la cara, como hacen los judíos
Hay una distancia sideral entre lo que los políticos declaran en público y lo que comentan en privado. La hipérbole se ha naturalizado tanto que ha transformado la realidad
La serie ‘No me gusta conducir’ parece fácil y para toda la familia, pero yo pondría un aviso para otros guionistas y directores: no lo intenten en su casa
Se extiende la creencia de que no todo el mundo puede hablar de según qué cosas. El filósofo Jürgen Habermas, sin embargo, sostiene que no hay un asunto tan especializado como para excluirlo del debate público
Parecía que ya éramos capaces de entender la simpatía entre dos antagonistas que, antes que militantes, son personas capaces de trascender sus prejuicios
Conocimos a Meredith Grey en noviembre de 2005, cuando se disponía a hacer el equivalente al MIR en el drama sanitario de Shonda Rhimes, Ahora se va tras 270 horas en pantalla