
El hambre que cimentó la civilización
Por la comida se han declarado guerras y esclavizado pueblos. Obviar su naturaleza cultural y precedentes históricos es comprometer el futuro
Andoni Luis Aduriz (San Sebastián, 1971) es un cocinero reconocido internacionalmente que lidera desde 1998 el restaurante Mugaritz, en Errenteria, con dos estrellas Michelin. Comunicador y divulgador, colabora desde 2013 con ‘El País Semanal’, donde comparte su particular visión de la gastronomía y su mirada interdisciplinar y crítica.
Por la comida se han declarado guerras y esclavizado pueblos. Obviar su naturaleza cultural y precedentes históricos es comprometer el futuro
Combatir un mundo de colorantes, ultraprocesados y microondas es el principal acto de resistencia gastronómica hedonista.
Viajar es explorar otras culturas, y explorarse a uno mismo. Es en ese camino donde afloran las mejores ideas, también las culinarias. Incluso cuando no todo sale bien.
Cada sociedad comparte valores y gustos representativos de su comunidad. Solo derribándolos surgen las nuevas corrientes ideológicas, culturales y gastronómicas.
La cocina es indisociable del modo de vida de un país. En España, la diversidad cultural se manifiesta en sus gentes, en su clima y también en su extenso recetario.
Una equilibrada papilla basta para alimentarnos correctamente, pero no solo queremos alimentarnos, sino también disfrutar de las posibilidades que ofrece la gastronomía. Algo entre lo superfluo y lo extraordinario
Las decisiones alimentarias involucran a otros seres vivos y tienen un impacto ambiental. La solución pasa por alcanzar un modelo respetuoso con los espacios silvestres.
Comer, además de placentero, puede convertirse en una experiencia estimulante e inspiradora. La creatividad en los fogones nos acerca también al conocimiento.