El mileísmo celebra en las calles la victoria en las elecciones legislativas: “Populismo nunca más”
Los seguidores del presidente se concentran a celebrar frente al búnker electoral. El peronismo intenta maquillar la derrota


El anuncio de los resultados electorales se gritó como un gol en el búnker de La Libertad Avanza. “Milei, querido, el pueblo está contigo”, comenzaron a cantar las decenas de personas que se concentraron frente al hotel Libertador de Buenos Aires. Algunos conductores aminoraban la marcha y se sumaban al festejo callejero haciendo sonar la bocina y con gritos de “Vamos, Javo”, “Vamos, Peluca”, dos de los apodos cariñosos con los que se conoce al presidente ultraderechista de Argentina, Javier Milei. Sus seguidores, que confiaban en un triunfo ajustado, estallaron de alegría al enterarse que gran parte de Argentina se había teñido de violeta. La Libertad Avanza ganó en 18 de las 24 provincias.
“Si vieras qué linda está la Argentina, y qué lindo le queda el violeta. Hoy el pueblo decidió dejar atrás 100 años de decadencia, hoy empieza la construcción de la Argentina grande”, dijo Milei en su primer discurso triunfal. El presidente agradeció uno a uno a sus ministros, incluso a los que ya presentaron su renuncia, como el canciller Gerardo Werthein y el de Justicia, Mariano Cúneo Libarona.
“Este resultado es la confirmación del mandato que asumimos en 2023. El país decidió cambiar de forma irreversible el destino de la patria”, continuó el presidente argentino. “Libertad”, “libertad”, “libertad”, gritaban los mileístas en la calle. Los hombres jóvenes, que fueron el núcleo duro que acompañó al economista cuando decidió dar el salto a la política en 2021, son todavía mayoría en las movilizaciones partidarias. Pero cuatro años después, celebran junto a ellos hombres y mujeres de todas las edades. “Voté a Milei porque quería un cambio, dejar atrás el kirchnerismo que causó un desastre para el país”, dice Jennifer Lotti, empleada de una tienda de ropa de 22 años. Lotti admite que el último año no ha sido fácil para ella ni para su familia, pero está convencida que el sacrificio valdrá la pena, un discurso que se repite entre muchos votantes de La Libertad Avanza. “El cambio no puede ser de un día para el otro, sí o sí hay que esperar. Yo soy joven y estoy dispuesta a esperar. Ahora veo futuro para Argentina, antes no lo veía”, agrega.

El odio visceral al peronismo —y en especial a la versión kirchnerista encabezada por la expresidenta Cristina Fernández— une a muchos de los votantes de Milei. El presidente ha convertido ese rechazo en una efectiva arma electoral. “Los argentinos no quieren volver al modelo del fracaso, le dijeron basta al populismo, populismo nunca más”, destacó el mandatario ultraderechista en su discurso. La victoria fue especialmente significativa en la provincia de Buenos Aires, donde La Libertad Avanza remontó la derrota sufrida el 7 de septiembre por 14 puntos frente al peronismo para imponerse por medio punto.
“Es una noche emocionante, con Milei sacamos al kirchnerismo de Argentina y no lo vamos a dejar volver nunca más. Los peronistas son lo peor que hay, se robaron todo, arruinaron el país”, dice David Kibudy, repartidor de 21 años. Kibudy, eufórico, arenga a la multitud a cantar contra Kirchner, quien cumple en prisión domiciliaria una condena a seis años de cárcel por corrupción. “Cristina tobillera, Cristina tobillera”, cantan las bases mileístas entre insultos y abucheos.
Kirchner baila en el balcón
Los resultados sumieron a los peronistas en un desconcierto absoluto. “No entiendo nada”, “qué desastre”, “qué locura”, se escribían unos a otros en los grupos de whatsapp. La victoria en la provincia de Buenos Aires había devuelto el optimismo a la militancia peronista y no se esperaban ese naufragio menos de dos meses después.

En el búnker peronista de la ciudad de La Plata, la capital bonaerense, predominaban las caras largas. El gobernador de la provincia, Axel Kicillof, salió a hablar pasadas las once de la noche y advirtió que Milei “se equivoca si festeja este resultado electoral”. Kicillof anticipó que la provincia de Buenos Aires, la más grande del país, se va a mantener como una alternativa a las políticas de ajuste del Gobierno nacional: “Vamos a redoblar los esfuerzos para cuidar a la gente. Más trabajo, más militancia y más fuerza”.
Kirchner se mantuvo en silencio durante la noche electoral, pero salió a saludar al grupo de simpatizantes que se acercó hasta su domicilio, en el barrio de Constitución, y bailó alentada por sus cánticos. El peronismo temía una derrota en votos, pero esperaba ganar en número de provincias. La batalla narrativa de interpretaciones que se esperaba no ocurrió: nada pudo maquillar la derrota de la oposición.
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