El peronismo busca a los herederos políticos de Cristina Kirchner

Como el tango, el peronismo siempre piensa en volver. En sus ochenta años de historia, ha sido dado por muerto muchas veces, pero siempre ha resucitado. La expresidenta argentina Cristina Kirchner desempolvó ese relato épico en su primer mensaje en prisión domiciliaria. “Vamos a volver, argentinos y argentinas. “Lo vamos a volver a hacer una y mil veces, como se ha hecho siempre desde el fondo de la historia. Los pueblos siempre vuelven”, dijo la líder peronista en un mensaje de audio que fue transmitido por altavoces en la Plaza de Mayo y escuchado en un silencio reverencial el miércoles pasado. La multitud que se había congregado para protestar contra su condena a seis años de cárcel por corrupción y a la inhabilitación para ejercer cargos públicos respondió con el mismo cántico que entonó durante los cuatro años de Gobierno de Mauricio Macri: “A volver, a volver, vamos a volver”. Pero si Kirchner tiene prohibido ser candidata, la pregunta que surge es: ¿Volver con quién?

El kirchnerismo gobernó entre 2003 y 2015, 12 años consecutivos —cuatro con Néstor Kirchner y ocho con su mujer y sucesora, Cristina Kirchner— sin que el matrimonio presidencial lograse definir un heredero a su altura. Los candidatos designados por Kirchner desde que dejó el poder fueron siempre cuestionados por las bases y tanto las derrotas de algunos de ellos —como el exgobernador bonaerense Daniel Scioli en 2015, que hoy es secretario de Turismo de Javier Milei, o el exministro de Economía Sergio Massa, que perdió en 2023 contra Milei—, como la criticada gestión del único que salió victorioso, Alberto Fernández, y las peleas internas entre él y Kirchner, en ese momento vicepresidenta— royeron su liderazgo.

La presidenta del Partido Justicialista, la agrupación histórica del peronismo, iba a presentarse como candidata a diputada provincial en la provincia de Buenos Aires en las elecciones del próximo 7 de septiembre, una postulación poco significativa que muchos veían como símbolo del ocaso de su poder. El fallo de la Corte Suprema que dejó firme su condena por corrupción hizo resurgir el relato de la proscripción política —que en el peronismo remite a los 18 años de exilio forzoso de Juan Domingo Perón— y la devolvió al centro indiscutido de la escena.

Sus rivales internos han depuesto las armas y se alinean detrás de ella, conscientes de que nadie iguala su poder de convocatoria dentro del peronismo. Pero la tensión resurgirá en breve, en la definición de las listas electorales a las elecciones legislativas del 26 de octubre, y se agravará de cara a 2027, cuando deba decidirse un candidato que dispute la Presidencia a Milei. Estos son algunos de los hombres fuertes del peronismo:

Máximo Kirchner

El hijo de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner es el heredero biológico del kirchnerismo. Su madre ha hecho todo lo posible por allanarle el camino, pero encuentra innumerables resistencias. La figura de Máximo Kirchner (La Plata, 48 años), no solo choca con el odio visceral de los antiperonistas hacia Cristina Kirchner, si no que también es rechazado masivamente por las bases peronistas. En una encuesta reciente del Observatorio de la Facultad de Psicología de la UBA publicada por Clarín (OPSA), solo el 3% de los entrevistados lo consideraron el mejor candidato del peronismo. Máximo Kirchner, diputado desde 2019 y líder de la agrupación política La Cámpora, tiene también en contra a la mayoría de gobernadores provinciales peronistas, que dan por casi segura una ruptura si se impone el hijo de la expresidenta. A la falta de apoyos políticos se le suma la amenaza judicial: Máximo está imputado en una de las causas por presunta corrupción que tiene pendientes su madre, la que acusa a la familia de haber lavado dinero vinculado a concesiones irregulares de obra pública en la provincia de Santa Cruz a través de las sociedades que gestionaban los hoteles de los Kirchner.

Axel Kicillof

El gobernador de la provincia de Buenos Aires ha pasado de ser uno de los dirigentes favoritos de Kirchner a su principal rival interno. El economista y docente Axel Kicillof (Buenos Aires, 53 años) tuvo un ascenso político fulgurante y llegó a ser ministro de Economía de Kirchner al final de su segundo mandato, cuando decidió la expropiación de la petrolera YPF a Repsol. Hoy, al frente de la provincia más grande y poblada de Argentina, Kicillof es el peronista con el cargo político más poderoso y el que tiene mayor apoyo interno, cercano al 40%. Tras la derrota en las urnas contra Milei, en 2023, este dirigente reclamó la necesidad de “componer una nueva canción, una que no sepamos”, en referencia a una renovación del peronismo que por ahora se le resiste. Con ese objetivo, y respaldado por destacados alcaldes de municipios del conurbano, creó una formación propia, Movimiento Derecho al Futuro, que buscaba distanciarse de Kirchner y, de ser necesario, romper con ella. La frágil unión se mantiene para poder competir en las legislativas contra un oficialismo aliado con el Pro de Macri en la provincia de Buenos Aires, pero nadie sabe por cuánto tiempo.

Juan Grabois

Este dirigente social se dio a conocer como líder de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y fue uno de los impulsores de la entrada de los movimientos sociales en el Gobierno peronista de Alberto Fernández. Muy cercano al fallecido papa Francisco, Juan Grabois (San Isidro, 42 años) representa el ala más a la izquierda del peronismo y es el que tiene un perfil más combativo, como muestra su participación en ocupaciones de tierras y del recientemente clausurado Instituto Juan Domingo Perón, que le valió una detención de 12 horas. En 2023, se negó a aceptar al entonces ministro de Economía Sergio Massa como candidato del peronismo y lo enfrentó en unas primarias en las que fue derrotado. Desde entonces, mantiene un alto perfil al frente de la agrupación Argentina humana y sostiene que el peronismo tiene que mantener la movilización permanente en las calles contra Milei.

Sergio Massa

El último candidato presidencial del peronismo se encuentra casi desaparecido desde la dura derrota que sufrió contra Milei en segunda vuelta en 2023. El abogado y político Sergio Massa (San Martín, 53 años) fue exjefe de Gabinete de Kirchner durante un año entre 2008 y 2009, pero después abandonó el Partido Justicialista para fundar el Frente Renovador y competir en las elecciones legislativas de 2013, en las que fue elegido diputado. Tras años de mucha distancia y críticas cruzadas, Massa volvió a acercarse a Kirchner en la campaña electoral que llevó a Fernández a la presidencia en 2019 y fue ministro de Economía en la recta final de su Gobierno. La inflación de más del 200% con la que concluyó su gestión ministerial pesa en el recuerdo de los argentinos y según la encuesta de OPSA solo un 2% lo considera la mejor opción para suceder a Kirchner al frente del peronismo.

José Mayans

La inhabilitación de Kirchner para ejercer cargos públicos significa que de forma temporal la presidencia del Partido Justicialista queda a manos de su vicepresidente, José Mayans (Clorinda, 67 años). El veterano senado se apresuró a dejar clara su lealtad: “Yo soy el vicepresidente primero a cargo, pero la presidenta siempre va a ser ella”. Mayans cumple su quinto mandato consecutivo desde que ingresó a la Cámara Alta en 2001 y actualmente es el jefe de bloque del partido. Nada hace pensar que aproveche la silla vacía para traicionar a su jefa política.

Ricardo Quintela

El actual gobernador de la provincia de La Rioja (en el noroeste de Argentina) intentó disputar sin éxito la presidencia del Partido Justicialista a Kirchner el año pasado. La exmandataria aplastó ese intento de disidencia interno sin siquiera disputar elecciones: la junta electoral del PJ impugnó la candidatura de Quintela. El gobernador representa un peronismo más conservador y coincide con la posición de muchos dirigentes de fuera de Buenos Aires, lo que en Argentina se conoce como “el interior”. Su fuerza hasta ahora nunca ha representado una amenaza para Kirchner a excepción de Córdoba, una provincia en la que el peronismo hace años se alejó del PJ y tomó un camino muy distinto al del kirchnerismo, con el que está enfrentado.