Pedro Cateriano: “Vargas Llosa fue un escritor comprometido hasta el final de sus días”
El abogado y profesor presenta en el Hay Festival de Arequipa un perfil político del Nobel peruano retratado en su nuevo libro ‘Vargas Llosa, su otra gran pasión’

Pedro Cateriano, abogado, profesor y político peruano, reconstruye en un nuevo libro la larga trayectoria ideológica del conocido escritor Mario Vargas Llosa, quien falleció el pasado abril. Titulado Vargas Llosa, su otra gran pasión, es un perfil político del Nobel e intelectual arequipeño, que va desde su juventud comunista, pasando por su ruptura con la Revolución Cubana, hasta su tránsito al liberalismo y su fallida candidatura presidencial. “No era un anarco-capitalista”, aclaró Cateriano en conversación con David Marcial Pérez de EL PAÍS.
Vargas Llosa estuvo cien por ciento comprometido con la revolución cubana en sus inicios, recordó Cateriano en un evento del Hay Festival en Arequipa, al punto que fue él quien convenció al argentino Julio Cortazar, cuando los dos se conocieron en Paris, a que se acercara al gobierno de Fidel Castro. Cuando rompe con el régimen, después del conocido caso Padilla, contra el poeta disidente cubano Heberto Padilla, Vargas Llosa no solo rompe con el régimen sino con casi todos sus antiguos amigos. “Que solos estamos”, le dijo Octavio Paz al escritor peruano, cuando se creó un abismo entre quienes se mantuvieron en la izquierda y Vargas Llosa.
Cateriano dice que el escritor, sin embargo, no pasó a la extrema derecha, y cuando algunos peruanos lo consideraba ‘pinochetista’, él fue invitado por la entonces presidenta Michelle Bachelet a inaugurar el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos que rememora los horrores de la dictadura. “Creo que hay que reconocerle su lucidez al denunciar la dictadura, sea de derecha o izquierda”, dice su antiguo amigo.
Al preguntarle por qué entonces Vargas Llosa apoyó a figuras políticas de corte más autoritario, como Jair Bolsonaro en Brasil, o Javier Milei en Argentina, Cateriano dice que al final el tiempo le dio la razón al no apoyar a presidentes de izquierda como Gustavo Petro, Andrés Manuel López Obrador o Luis Ignacio Lula da Silva. Ellos, afirma, “terminaron avalando el fraude electoral de la criminal dictadura venezolana”, dijo, con la excepción de Gabriel Boric, en Chile.
Vargas Llosa pedía, entonces, votar por lo que él consideraba el mal menor, “en algunos casos tapándonos la nariz”, cuando se trataba elegir entre alguien como Ollanta Humala, más a la izquierda, y Alan García, quien no era afín al escritor pero a quien terminó apoyando. “Lo más fácil para él hubiera sido quedarse callado”, dijo Cateriano. “Pero fue un escritor comprometido hasta el final de sus días”.
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