El chavismo instruirá a los barrios populares en tácticas militares
El ejército enseñará este fin de semana a los vecinos de las zonas más pobladas de Venezuela a disparar
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha anunciado que ha ordenado a efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana hacerse presente este fin de semana en las barriadas populares de Caracas y otras ciudades venezolanas (villas de chabolas donde vive casi la mitad de la población), para entrenar a la población en técnicas militares y manejo de armas.
“El próximo sábado 20 de septiembre, los cuarteles, la Fuerza Armada Bolivariana, va al pueblo, va a las comunidades, a emplazarlas, a revisar, a enseñar a todos los que se alistaron, vecinos y vecinas, el manejo del sistema de armas”, ha dicho Maduro, quién agregó que “va a ser la primera vez que los cuarteles con sus armas y soldados van al barrio, a la comunidad”.
Las zonas empobrecidas de las ciudades venezolanas fueron el epicentro del antiguo poderío político convocante del chavismo. En su momento, fue su apoyo resultó fundamental para que el comandante Hugo Chávez ganase sus primeras elecciones y después se mantuviera en el poder hasta 2013, el año de su muerte. En los barrios populares venezolanos cunde hoy el descontento, pero también el miedo a la represión. De estas zonas son muchos de los más de cinco millones de venezolanos que han emigrado.
Mientras las tensiones con los Estados Unidos —país que acusa al Gobierno de Maduro de liderar el Cartel de los Soles y de haber organizado unas elecciones fraudulentas el año pasado— han ido escalando, la dirigencia chavista y el Alto Mando Militar han ido profundizando la decisión estratégica de involucrar a civiles en la organización de la defensa nacional.
Algunas de estas jornadas de entrenamiento han sido transmitidas en pleno desarrollo por la estatal Venezolana de Televisión. Diosdado Cabello, ministro del Interior y de Justicia, y número dos del régimen, se ha encargado personalmente de dirigir varias sesiones televisadas.
Cabello comentó que una agresión militar contra Venezuela activaría de inmediato la decisión de pasar a la lucha armada, bajo los principios de la Resistencia Activa Prolongada, y la Ofensiva Permanente, como lo ha llamado el chavismo. Agregó que “nadie tiene por qué preocuparse por eso”. “Tenemos la responsabilidad de garantizar la seguridad de la nación”.
La presencia policial y militar en las calles de Caracas es muy evidente, y los operativos de seguridad con alcabalas militares móviles son muy frecuentes. Sin embargo, en medio de una expectativa que apenas se susurra, la cotidianidad en las calles transcurre con total normalidad.
En las últimas semanas, Maduro, y el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, han ido anunciando jornadas de alistamiento y entrenamiento militar en empresas estatales y de la administración pública, además del anuncio de la creación de 5.300 Unidades Comunales de Milicias. El chavismo da a entender que cuanta con millones de combatientes, pero no hay manera de comprobarlo (a analistas consultados les parece un número difícil de creer).
Mientras Venezuela anuncia movilizaciones internas y el desarrollo de ejercicios militares con sus unidades de elite en la isla de La Orchila, en el caribe venezolano, Estados Unidos ha anunciado el refuerzo de sus poderosos contingentes militares en el caribe con el envío de más aviones F-35 a la base naval Roosevelt Road, ubicada en Estado Libre Asociado de Puerto Rico.
Con todos estos anuncios y decisiones militares, presentadas un día tras otro por ambas naciones desde hace poco más de un mes, los Estados Unidos y Venezuela llegan al punto más alto de tensión militar y política en la historia entre ambos países.
La Casa Blanca parece enfocada en proceder militarmente contra los nudos del narcotráfico en la zona, pero, al mismo tiempo, no abandona el lenguaje hostil contra Nicolás Maduro y su Gobierno, al que acusa de controlar el Cartel de los Soles y alimentar la red gangsteril el Tren de Aragua.
“Nosotros no nos metemos con nadie, pero nos preparamos por si acaso se necesitara”, dijo Maduro al hacer estos anuncios. “Lo que hay detrás es un plan imperial para (procurar) un cambio de régimen; imponer un gobierno títere de Estados Unidos, y venir a robarnos el petróleo, que es la mayor reserva del mundo, y la del gas, que es la cuarta reserva del mundo, y la de oro, que es una de las más grandes del mundo. Pero no ha ocurrido ni ocurrirá”, concluyó el presidente.
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