Sigue el maratón de apagones en Cuba, que reporta el mayor número de cortes eléctricos simultáneos en dos años
Cuando la población aún se recuperaba del apagón nacional de la semana pasada, la Unión Eléctrica advirtió que la isla tendrá este miércoles cortes en hasta el 57% del territorio


La luz definitiva que alumbre a los cubanos aún no acaba de llegar. Cuando los habitantes de la isla se recuperaban —poco a poco y espaciadamente— del apagón nacional que los dejó a oscuras el pasado 11 de septiembre, ahora confirman a través de las actualizaciones de la Unión Eléctrica (UNE) que este miércoles será un día histórico: Cuba reportará apagones simultáneos en hasta el 57% de todo el país, el mayor número registrado en los últimos dos años. Los dirigentes han pedido “paciencia”, “confianza”, han prometido mejoras, pero no hay palabra que calme la angustia de la gente.
El activista Adetlh Bonne, desde su casa de La Habana, agarró su teléfono celular este martes y escribió en Facebook: “Nos están matando. Poco a poco, gota a gota, hambre a hambre, apagón tras apagón”, aseguró. Casi a la medianoche, Bonne esperaba noticias de su vecina, una señora mayor, a quien le habían cortado el servicio de luz eléctrica por quinta vez en diez horas, y quien intentaba cocinar un arroz congrí, que se quedó a medio camino porque tampoco tenía gas licuado. “Se encabronó, le dio un infarto y ahora mismo (...) se está debatiendo entre la vida y la muerte en un hospital de la ciudad”, contó el activista.
El malestar es colectivo. La luz solo les llega a los cubanos de a poquito, como repartida a cucharazos. Ya no recuerdan cuándo fueron aquellos momentos en que no estaban pendientes de las explicaciones cada semana de los funcionarios del Ministerio de Energía y Minas en la televisión nacional, o de las notas informativas diarias de la UNE. La de este miércoles, por cierto, indicaba que el déficit de generación en la isla superó los 2.000 megavatios, lo que se traduce en un maratón de apagones por venir.
El pasado jueves, los cubanos tuvieron 28 horas consecutivas de un apagón que llegó a ser el quinto de alcance nacional en menos de dos años, desde aquel del 18 de octubre de 2024, en que la isla estuvo desconectada por varios días. Era algo que los expertos habían advertido que podía pasar, conscientes del empobrecimiento económico del país, la crisis de combustible y un sistema electroenergético con más de 40 años en uso, completamente deteriorado y sin la infraestructura necesaria para garantizar la demanda de millones de personas.
Como era de esperarse, la actual falta de luz hizo estallar la paciencia de los cubanos. A pesar de que el presidente Miguel Díaz-Canel festejó en X la “recuperación en tiempo récord” del gran apagón masivo, los cortes constantes de electricidad no han dejado de ocurrir. En la madrugada del pasado 14 de septiembre, los habitantes de Gibara, un pueblo costero de la provincia de Holguín, en el oriente del país, tomaron las calles exigiendo “corriente” y gritando “libertad”, tras una jornada de 24 horas seguidas sin luz.
La protesta, como siempre, fue aplacada por las autoridades. Nayla Marieta Leyva Rodríguez, secretaria del Partido Comunista de Cuba en el municipio, pidió confianza “en la tremenda Revolución” que “jamás abandona a sus hijos y guapea en la búsqueda de sus soluciones”. Aún así, en La Habana —una zona normalmente privilegiada por ser la capital del país— este martes se oyeron cacerolazos y protestas de vecinos exigiendo una solución definitiva a la escasez de luz en la que viven hace tiempo.
Pero esa solución hoy parece lejana. Los especialistas han calculado que Cuba necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares en una década para reparar el sector electroenergético. En anteriores declaraciones a EL PAÍS, el economista Ricardo Torres, exinvestigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana y profesor en la American University de Washington, aseguró que hay “cuestiones de fondo” en la crisis energética cubana. “Por un lado, a la economía le va tan mal que no se generan divisas suficientes para comprar el combustible necesario”, sostuvo. “Por otro, se ha invertido muy poco en el sector, y eso termina pasando factura. El contraste es evidente en relación a los volúmenes que se han destinado a hoteles de alto estándar (...). Cuba nunca ha llegado a generar todos los recursos que necesita para tener un sistema energético robusto. Estas infraestructuras son caras, y se necesita una economía productiva para poder pagarlas”, insistió.
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