Bandas criminales atacan un orfanato y secuestran a nueve personas en Haití
Entre las personas secuestradas está una misionera irlandesa, siete trabajadores del centro y un niño de tres años. EE UU ha cerrado este lunes su embajada por la violencia en Puerto Príncipe


Las pandillas que desde hace meses se disputan con violencia el control de la comuna de Kenscoff, en el oeste de Puerto Príncipe, atacaron el domingo el orfanato de Santa Elena —que forma parte de la organización humanitaria francesa Nos Petits Frères et Soeurs (NPFS)— y secuestraron al menos a nueve personas, entre ellas a una misionera irlandesa y a un niño de tres años, ha informado Massillon Jean, alcalde de la localidad.
Jean lleva desde enero lidiando con el asedio de las bandas criminales, cuyos enfrentamientos han dejado más 200 muertos en esa región de 60.000 habitantes. El alcalde informó de que el ataque al orfanato fue registrado en la madrugada del domingo y lo ha calificado como un “acto planeado”, dado que los atacantes no dispararon contra los residentes del local, aunque rompieron una pared para ingresar a la propiedad y se dirigieron al edificio donde se alojaba la directora.
Entre las personas secuestradas está la responsable, Gena Heraty, de nacionalidad irlandesa, y quien vive en Haití desde 1993. También fueron secuestrados otros siete trabajadores y un niño de tres años. El centro, que es el hogar de 270 niños, se ocupa principalmente del cuidado de personas con discapacidad. El alcalde Jean ha informado que hasta ahora no se ha realizado ninguna exigencia de parte de los secuestradores.
La NPFS ha calificado a través de un comunicado el hecho como “intolerable e inaceptable” y ha informado de que todas las instituciones de su red en Haití —entre las que se encuentran el Hospital Saint-Damien, el Programa de Vida y el Family Hospital—, anunciaron la decisión de “cerrar sus puertas desde ayer hasta la liberación incondicional de las personas secuestradas”, informa Efe. “Decimos no a la impunidad, no a la indiferencia, no a la banalización del terror”, afirmaron los directores de ese organismo.

Kenscoff ha sido una de las regiones que más ha sufrido la pesadilla de violencia que desangra Haití. Las bandas criminales que se disputan el control del territorio han desatado desde enero intensos combates para apoderarse de la ciudad. Jean ha alertado en varias ocasiones sobre el pánico que padece la población por los constantes disparos, hasta el punto que son centenares los que han tenido que huir a otras regiones de Haití. Los secuestros son comunes por parte de las pandillas, que detuvieron a 17 misioneros estadounidenses y canadienses hace seis meses.
Haití sufre su peor crisis de seguridad en años. La violencia y ataques contra organizaciones humanitarias hicieron que Médicos sin Fronteras cerrara dos de sus centros en abril y que la Cruz Roja alertara de que “la vida se vuelve cada vez más precaria” en el país caribeño. La ONU ha alertado de que Puerto Príncipe se queda sin hospitales: más del 60% de los centros sanitarios no están operativos. Naciones Unidas también ha alertado de que más del 80% de Puerto Príncipe está bajo control de grupos armados, organizaciones criminales que han aprovechado el vacío de poder dejado tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021 para implantar un estado de terror: hay más de un millón de desplazados y las muertes ascienden a más de 5.000. Esta pesadilla ha generado la peor crisis humanitaria del Hemisferio Occidental. Estados Unidos pidió a finales de junio a sus ciudadanos abandonar el país “lo antes posible” ante la escalada de violencia, mientras que este lunes informó del cierre de su embajada debido a los tiroteos en las cercanías de su sede, en el barrio de Tabarre. “El personal del Gobierno ha pausado todo movimiento oficial fuera del recinto de la embajada”, han dicho sus responsables.
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