El banco de los BRICS impulsará las divisas locales sin aventurarse a una moneda propia
Colombia y Uzbekistán elevan a 11 los países del Sur Global que forman la entidad alternativa al Banco Mundial


El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), más conocido como el banco de los BRICS, ha anunciado este sábado, en la reunión anual que celebra en Río de Janeiro (Brasil), que una de sus prioridades estratégicas es “aumentar la financiación y la captación de recursos en monedas locales para reducir la exposición a la volatilidad de los tipos de interés” y de las tasas de cambio, en palabras de la presidenta del banco de desarrollo del Sur Global, la brasileña Dilma Rouseff, de 77 años. Rusia es el principal impulsor de que el bloque y su banco se desdolaricen, pero su afán encuentra enormes resistencias. Los países han apostado por intensificar el uso de sus propias monedas, lo que va en detrimento del dominio del dólar.
El NBD elude, por tanto, emprender la senda hacia una moneda propia y levantar de nuevo la ira del estadounidense Donald Trump, pese al interés de Rusia, que ve en uesa alternativa una manera de aminorar las sanciones que EEUU y la UE le han impuesto, sin la aprobación de la ONU, por la guerra de Ucrania. También el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se mostró el viernes a favor de intensificar el debate sobre una divisa de los BRICS. “La discusión [de los representantes del banco] sobre una nueva moneda comercial es sumamente importante. ¿Es complicado? Lo sé. ¿Hay problemas políticos? Lo sé”, dijo en el discurso inaugural del banco. Fuentes diplomáticas brasileñas explican que las dificultades técnicas, incluso para las transacciones en monedas locales, son enormes y que, en todo caso, la vía de los sistemas de pago electrónicos es más prometedora.
El debate sobre una moneda de los BRICS y una desdolarización llevaron a Trump, el día de su toma de posesión a amenazar a los socios del bloque con imponerles unos aranceles del 100% si seguían en su empeño. En su diatriba, el republicano incluyó a España por error en este grupo del Sur Global.
Rousseff, que fue presidenta de Brasil entre 2011 y 2016, ha añadido, a preguntas de la prensa, que no ve que el dólar esté perdiendo relevancia como moneda refugio aunque ha señalado que tras el llamado Liberation Day, el día que Trump desencadenó la guerra tarifaria contra el resto del mundo, “los mercados no corrieron hacia el dólar, al contrario que en la crisis de 2008”.
El banco de los BRICS, fundado hace una década y con sede en Shangai (China), es la conquista más tangible de este bloque formado por países bien heterogéneos, tanto en tamaño, como en sistema político e intereses geopolíticos. El NBD tiene 122 proyectos, según su presidenta, que suponen unos 40.000 millones de dólares, de los que se han desembolsado en estos años unos 22.000 millones.
Colombia y Uzbekistán se han adherido al nuevo banco de desarrollo. Se suman a los socios (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), a Bangladés, Egipto, Emiratos Unidos y Argelia.
Otra de las prioridades de la entidad es avanzar en “la expansión a través de la entrada de nuevos miembros”, ha declarado Rouseff, acompañada por los vicepresidentes de la entidad, en una conferencia de prensa en el hotel de lujo de la playa de Copacabana donde se celebra la reunión anual del NDB. La exmandataria, del Partido de los Trabajadores, llegó al cargo que ahora ocupa a propuesta del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuando este regresó al poder, en 2023.
Rousseff ha detallado las diferencias entre el banco de los BRICS y el Banco Mundial u otros bancos multilaterales de desarrollo. “Un proyecto puede gustar o no por cuestiones técnicas, pero no podemos condicionar [la aprobación] a cuestiones políticas”, según la brasileña. “Los préstamos no están condicionados a que privatices esta o aquella empresa”, ha puesto como ejemplo.
Dentro del banco de los BRICS, según ha enfatizado la presidenta, “las relaciones están basadas en la igualdad, ningún país domina y todas las voces son oídas. Nadie tiene tampoco poder de veto”, ha añadido. “Los países sienten que se respeta su soberanía”, ha dicho sin adentrarse en las críticas que tan a menudo emanan desde el Sur Global sobre la relación que dispensan Occidente al resto de países.
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