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Evo Morales crea un nuevo partido y desafía al Gobierno de Luis Arce

El expresidente de Bolivia lanza la agrupación Evo Pueblo. El oficialismo lo cuestiona por “culto a la personalidad” y “personalismo antidemocrático”

Evo Morales durante un congreso este lunes en la localidad de Villa Tunari, en el Trópico de Cochabamba, Bolivia.

El partido del expresidente boliviano Evo Morales se llamará como él: “Evo Pueblo”. Así lo resolvió el “congreso organizativo” que sus seguidores, la mayoría de ellos campesinos, realizaron en la ciudad de Villa Tunari, en la zona cocalera del Chapare. El nombre fue propuesto por el propio líder indígena. Este “nuevo instrumento político” ha sustituido al Movimiento al Socialismo (MAS), después de que un fallo del Tribunal Constitucional pusiera al partido bajo control de sus enemigos, los seguidores del presidente Luis Arce.

La decisión ha sido criticada por el oficialismo y por otros sectores políticos, que han señalado “egolatría”, “culto a la personalidad” y “personalismo antidemocrático”. Un senador del MAS declaró que “ni Hitler ni Mussolini le pusieron sus nombres a sus partidos”. Otros críticos señalaron que con esta medida el movimiento de Morales se ha convertido en una “secta” con un “profeta” inamovible. Un locutor de la televisión del Gobierno se preguntó qué clase de democracia interna podría haber en un partido que lleva el nombre de su máximo dirigente.

Evo Pueblo todavía tiene por delante un largo camino burocrático para convertirse en una organización política reconocida por las autoridades electorales. Morales quiere participar en las elecciones programadas para el 17 de agosto con una sigla prestada, el Frente para la Victoria. El problema es que su presencia ha sido prohibida por los mismos magistrados del Constitucional que le arrebataron el MAS. Estos juristas interpretaron la Constitución de un modo que limita las gestiones de los presidentes a dos mandatos y Morales ya ha sido el jefe del Ejecutivo tres veces.

El Tribunal Electoral ha anticipado que obedecerá la decisión judicial, es decir, que no inscribirá a Morales en las elecciones. El expresidente confía en que terminará siendo de la partida. “Estaremos en la papeleta”, ha asegurado y ha estado hostigando y bloqueando a quien podría reemplazarlo, el joven presidente del Senado, Andrónico Rodríguez. En las últimas encuestas, Rodríguez ha aparecido como el mejor puntuado, por encima de los candidatos de la centroderecha. Rodríguez no participó en el congreso del evismo, supuestamente por enfermedad.

Evo Morales

Además, Morales está siendo perseguido por la Justicia, que procesa una acusación de estupro en contra suyo. Si no se halla en prisión es porque vive refugiado en el Chapare, protegido por una “guardia sindical” dispuesta a impedir una acción policial “a cualquier costo”. Como resultado, el expresidente no puede salir de su baluarte y el Gobierno no puede llegar hasta él.

Al mismo tiempo que Evo Pueblo nacía, la otra ala de la izquierda boliviana, que se ha quedado con el MAS, se reunía para cambiar el estatuto del partido. Hicieron retoques en muchos artículos y reformaron a fondo dos muy importantes para ellos: el que consagraba a Evo Morales “comandante” y líder histórico, que fue eliminado, y el que establecía como requisito para ser candidato presidencial una militancia de al menos diez años, un plazo que Luis Arce no cumplía y que fue rebajado a seis años, tiempo que sí le conviene al presidente.

Esto hace pensar que el candidato del MAS será Arce, aunque en las encuestas que se han conocido hasta ahora la intención de voto en su favor se ubica entre el 1 y el 4%, perjudicada por la crisis cambiaria y energética que sufre el país y sobre todo por la creciente inflación, que ha llegado al 10% interanual. Existe la posibilidad de que el presidente sea sustituido en las urnas por alguno de sus ministros, pero la decisión final no se conocerá hasta mediados de abril.

La batalla fratricida entre Morales y Arce ha abierto una oportunidad de oro para que los políticos de la llamada “oposición tradicional” lleguen al poder. Para evitar la fragmentación interna, estos han formado dos bloques que están intentando dotarse de candidatos únicos por medio de encuestas especialmente contratadas para eso. El resultado final de este esfuerzo todavía es incierto. De acuerdo a los sondeos, alrededor del 80% de los bolivianos cree que el país está mal y quiere tomar un rumbo opuesto al definido por el presidente Arce. Además, el 56% desea que los políticos de centroderecha se unan para sacar al MAS del poder.

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