AfroféminasGPT: una inteligencia artificial decolonial y antirracista
La activista Antoinette Torres Soler desarrolló un modelo GPT que pone en el centro el pensamiento y las voces de filósofas, políticas y creadoras afrodescendientes

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Si se le pregunta a ChatGPT “¿Qué es el racismo?”, la inteligencia artificial (IA) responde que “no es solo una actitud, sino una estructura de poder y exclusión que atraviesa lo social, lo económico, lo cultural y lo político”. AfroféminasGPT, en cambio, lo define como “una estructura de poder que jerarquiza a los seres humanos en función de una supuesta diferencia racial, para legitimar la dominación, la exclusión y la deshumanización. Opera en el lenguaje, las imágenes, los cuerpos, las leyes, la economía, la estética y la memoria. Y se mantiene a través del silencio, la ignorancia, la negación y la reproducción simbólica de estereotipos”. Para llegar a esa respuesta, el último sistema mencionado recurre a pensadoras como bell hooks, Kimberlé Crenshaw o Stuart Hall. La herramienta, disponible desde finales de octubre de 2025, es una creación de Antoinette Torres Soler.
En 2022, la empresa estadounidense OpenAI presentó Generative Pre-Trained Transformer (GPT), un modelo de inteligencia artificial diseñado para entender y generar texto de forma natural, como lo haría una persona, capaz de conversar, escribir, traducir y razonar a partir del lenguaje, adaptándose al estilo o propósito requerido. Desde entonces, su versión más popular, ChatGPT, ha sido cuestionada por reproducir sesgos raciales. Investigaciones publicadas en revistas científicas como Nature y The Lancet han advertido que estos sistemas emiten juicios tendenciosos hacia grupos como los afroestadounidenses.
“Nadie te explica cuán útil puede ser esto para los activismos”, dice Torres que, desde mayo pasado, se propuso construir un modelo de IA antirracista, ético y decolonial. Su iniciativa resulta de más de una década de trabajo contra el racismo y la discriminación hacia las mujeres racializadas.

Racismo, una experiencia compartida
Hace casi 20 años, cuando Torres dejó Cuba y se instaló en España, se enfrentó a una realidad desafiante: ser mujer, afrodescendiente y migrante. Tres elementos que la impulsaron a buscar a otras con quienes compartir vivencias, una suerte de espejo en donde poder ver su historia reflejada. Entonces ocurrió lo que ella llama “el milagro”: pudo tejer redes. “Te das cuenta de que la experiencia vital de una mujer negra en España es parecida a la de una mujer negra en Argentina, en Colombia, en Alemania. Lo que crees una opinión personal es, en realidad, un problema estructural”.
Así nació en 2013 Afroféminas, una plataforma afrofeminista que promueve la equidad, la representación y la justicia racial. Su propósito era visibilizar las múltiples formas de vivir y expresar la negritud, y también educar sobre las distintas manifestaciones del racismo. Una causa que combina estudio, reflexión y difusión de voces del norte y del sur global. Corrientes que se entrelazan en el activismo de Torres, así como sus estudios de filosofía, artes, matemáticas y ciencias exactas. A esta fórmula hay que sumarle que vive en Zaragoza, comunidad española que se consolida como epicentro de la innovación tecnológica en Europa, con más de 20 centros de datos y cerca de 50.000 millones de euros en inversión. En conclusión, no es casual que ahí se haya incubado lo que hoy es AfroféminasGPT.
Muchas oportunidades de formación están llegando al noreste de España y, en mayo pasado, una de esas tocó su puerta: un curso intensivo sobre inteligencia artificial que transformó su mirada. “En el momento que me explicaron qué cosa era el GPT, yo dije: ‘Anda, esto es muy aplicable’”.
A sus 50 años, Torres describe la inteligencia artificial generativa como un terreno fértil para los movimientos sociales. “Independientemente de las contradicciones que puede haber en la IA, porque soy consciente de ellas, hay espacio para crear, incluso para preservar el conocimiento”.
Un repositorio de pensamiento negro
Técnicamente, quien diseña un GPT escoge cómo entrenarlo, con qué recursos y el tono en que se expresará. “Decides los textos que incluye, las autoras que quieres citar”, explica Torres. También es posible elegir si el modelo se conecta o no a internet, lo que influye en su independencia. El GPT de Afroféminas no lo hace, “precisamente porque las redes están plagadas de racismo, machismo y múltiples sesgos”, resalta su creadora.
Tras aprender cómo funciona el sistema, Torres se dedicó a curar una versión entrenada exclusivamente con textos de autoras y autores fundamentales del pensamiento negro y decolonial como bell hooks, Angela Davis, Frantz Fanon, Stuart Hall y Octavia E. Butler. A diferencia de otros, este modelo está configurado a partir de contenido libre de derechos, fragmentos de textos en PDF que cualquiera puede encontrar en Internet, compartidos entre activistas, y se sostiene sobre principios éticos. “No es un libro que compré, lo fotocopié y lo metí. Entiendo que hay muchas cosas que todavía no se saben de la inteligencia artificial, no sabemos exactamente a dónde nos va a llevar, pero, lo que sí tengo claro, es que todos los pasos que estoy dando son lo más ético posible. Para mí ese es el camino”, afirma.
El resultado es una bitácora donde íconos del norte global conviven en igualdad con pensadoras del sur. En un mismo espacio aparecen Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria), Victoria Santa Cruz (Perú) y Yuderkys Espinosa Miñoso (República Dominicana). Una propuesta pedagógica y política que reivindica la soberanía del conocimiento negro. Torres enfatiza en que “siempre nos hemos quejado de la apropiación cultural y de cómo el conocimiento afrodescendiente termina diluyéndose o blanqueándose. AfroféminasGPT preserva esas voces y sus aportes, sin interpretaciones”.
Representación y afrofuturismo
Durante sus primeras semanas en línea, AfroféminasGPT ha recibido más de 800 consultas, lo que refleja el interés que su información está generando. Su creadora lo considera un éxito, sobre todo al ser una iniciativa de un colectivo autogestionado, que no cuenta con apoyos públicos ni privados, y que se sostiene a partir de pequeñas donaciones.
El trabajo con GPT no es su única apuesta tecnológica. Y es que, en estas herramientas, se hace posible ese afrofuturismo que abre la puerta a imaginar otros mundos posibles, mejores. Bajo ese paraguas, en los últimos meses, Torres ha producido un par de cortos experimentales con inteligencia artificial. El primero, La papelera, explora las “máscaras blancas” de las que hablaba el psiquiatra y filósofo Frantz Fanon: la necesidad de muchas mujeres negras de adaptarse al canon dominante para sobrevivir. “Esas máscaras que nos ponemos para ser aceptadas”, reconoce Torres.
Para ella, la IA no es una sustitución del trabajo creativo, sino una oportunidad de disputar la representación. Su postura frente al debate ético que se desprende en torno a la inteligencia artificial en el arte es clara. “Yo creo figuras de mujeres negras, contextos donde hay personas afrodescendientes en posiciones de valor. Nadie lo ha hecho antes. Nadie se ha ocupado de decir cómo queremos ser vistas. A mí nadie me puede decir que le estoy quitando algo que no ha hecho hasta ahora”, remata.
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