Una herramienta para atacar la reincidencia criminal en Colombia

Las bases de datos de ADN con fines judiciales son herramientas utilizadas en varios países para identificar responsables de delitos, esclarecer casos sin resolver y evitar que inocentes sean condenados. Estas bases almacenan perfiles genéticos de personas condenadas o imputadas y permiten compararlos con el ADN recolectado en escenas del crimen, facilitando así la identificación de posibles responsables de manera rápida, precisa y confiable. Estos sistemas respetan derechos fundamentales al limitar su uso exclusivamente a fines de identificación penal. Su uso está estrictamente regulado: no contienen información médica, solo cadenas codificadas que sirven para identificar a una persona, como si fuera una huella dactilar genética.

La evidencia internacional sobre sus beneficios es impresionante. Estudios realizados en Estados Unidos y países europeos muestran que la incorporación de perfiles genéticos a las investigaciones criminales no solo aumenta las tasas de esclarecimiento, sino que también reduce la reincidencia criminal.

Por ejemplo, un artículo por Anker et al encontró que una gran ampliación de la base de datos de ADN en Dinamarca redujo la reincidencia durante el año siguiente en hasta un 42%. Otro artículo de Doleac muestra que la expansión de estas bases de datos en EEUU reducen las tasas de criminalidad y son más costo-efectivos que las herramientas tradicionales de aplicación de la ley.

La razón es sencilla: la certeza de ser identificado como autor de un crimen actúa como un potente disuasivo, especialmente para quienes están en libertad condicional o recién salieron de prisión.

Estas herramientas también mejoran la eficiencia del sistema penal: permiten priorizar recursos investigativos, identificar rápidamente patrones en crímenes violentos o sexuales, y fortalecer la protección de las víctimas. Cuando están bien diseñadas y reguladas, estos sistemas se convierten en instrumentos fundamentales de una justicia más eficaz y más justa.

Por eso es una buena noticia que la Cámara de Representantes de Colombia haya aprobado en plenaria en último debate el proyecto de ley que crea el Banco Nacional de Perfiles Genéticos con fines penales. Esta base sería administrada por el Instituto Nacional de Medicina Legal y permitiría almacenar perfiles de condenados, imputados y evidencias, todo bajo supervisión judicial, protocolos éticos y garantías de confidencialidad.

En un país donde la reincidencia es una verdadera epidemia—por ejemplo, la tasa de impunidad para homicidios en Colombia puede ser por encima del 90%—es crítico contar con una base de datos genética como otra herramienta en la lucha contra la delincuencia. Colombia lleva años recolectando perfiles forenses sin una base legal clara ni mecanismos robustos para su uso. Esta ley llena ese vacío, trae seguridad jurídica y pone a nuestro sistema penal en línea con estándares internacionales.

En vez de cárceles cada vez más llenas y calles cada vez más inseguras, es clave apostar por herramientas modernas que nos ayuden a prevenir el crimen, proteger a las víctimas y usar mejor los recursos públicos. La creación de un banco de perfiles genéticos no reemplaza una política criminal integral, pero sí llena un vacío en la lucha contra la reincidencia y la impunidad: disuade, esclarece y evita que la justicia actúe a ciegas. Felicito a la Cámara de Representantes por aprovechar la tecnología para cerrar la brecha entre la impunidad y la justicia, y por dar un paso concreto hacia una justicia más efectiva, moderna y confiable.