El Gobierno de Petro aumenta el cobro de la retención en la fuente a la industria extractiva para enfrentar sus problemas de liquidez

Desde este jueves 29 de mayo, la mayoría de empresas colombianas debe aportar un mayor porcentaje del dinero que se les retiene (mediante la figura de la retención en la fuente) y que funciona como una especie de pago por anticipado del impuesto sobre la renta. Así lo determina el decreto 0572 de 2025, emitido este miércoles por el Ministerio de Hacienda y que autoriza al Gobierno nacional a adelantar el cobro de la retención en la fuente correspondiente a 2026, y trasladarlo a este año. La medida, sobre la que varios economistas ya habían lanzado advertencias, pues el borrador del decreto se conocía desde el mes pasado, genera preocupación e incertidumbre entre varios gremios. Advierten que se trata de una solución temporal, que pone en aprietos a las empresas sin solucionar el problema de fondo. “Da pan para hoy… y hambre para mañana", dice, a través de su cuenta de X, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana.

Esta, sin embargo, era una decisión anunciada, pues desde hace meses el Gobierno viene buscando estrategias para aliviar el déficit fiscal, que ha alcanzado casi el 7% del PIB. El Ejecutivo debe cubrir un faltante de por lo menos 12 billones de pesos. Aunque el adelanto del pago de los impuestos planteado por el decreto no cubrirá toda la deuda, es el camino que el Ejecutivo ha encontrado para recuperar su solvencia económica de forma rápida, ante la inviabilidad política de tramitar una nueva reforma tributaria; una situación usual en Colombia, donde cada dos años el Gobierno de turno plantea modificar las reglas fiscales. Esta es la primera decisión de fondo que toma el nuevo ministro de Hacienda, Germán Ávila Plazas, designado el pasado mes de marzo. Su antecesor, Diego Guevara, quien renunció al cargo, defendía estrategias como el recorte presupuestal, la búsqueda de ingresos adicionales y la reprogramación de las vigencias futuras. Opciones cuyos resultados no se verían en el corto plazo.

En el decreto, el ministerio argumenta que el aumento del monto de la retención del impuesto sobre la renta se hizo tras un estudio de la situación de cada sector. “Se desarrollaron simulaciones que permitieron estimar la brecha entre el impuesto a cargo y las retenciones y autorretenciones practicadas para el año gravable 2025, partiendo de las declaraciones de renta del año gravable 2023 y las declaraciones de retención en la fuente del año gravable 2024″, especifica el texto. Adjunta hay una tabla de 20 páginas donde se especifica el aumento para cada actividad económica. Los sectores que tendrán un mayor incremento son, entre otros, el gas, el oro y la energía eléctrica, así como las plantas de tratamiento de agua, con un 4,5%. La industria extractiva es una de las que verá un mayor aumento en la retención.

Le siguen, con un 3,5%, actividades relacionadas con servicios, como la reparación de muebles y accesorios para el hogar, la peluquería y otros tratamientos de belleza; pompas fúnebres, actividades de los hogares como empleadores de personal doméstico; juegos de azar y apuestas; clubes deportivos y parques de atracción. En dicha franja también se incluyen asociaciones empresariales y de empleadores, sindicatos, y asociaciones religiosas o políticas. A su vez, instituciones educativas, desde las guarderías para niños hasta la educación primaria, básica, secundaria y técnica. Solo las universidades, muchas de las cuales atraviesan una crisis económica, se ubican en un gravamen de 1,10%. Actividades artísticas como la creación literaria, audiovisual y el teatro también deberán aplicar una retención de 3,5%. La extracción de petróleo crudo, en cambio, quedó en 2,7%.

La retención en la fuente, el mecanismo mediante el cual se implementará este gravamen, es un proceso que le asegura al Estado el cobro oportuno de impuestos gracias a un flujo constante de recursos. Esta figura le permite al Gobierno recaudar anticipadamente impuestos como el IVA, el ICA o el impuesto de renta, y se aplica cuando a las empresas de estos sectores les entra un pago. Agentes retenedores se encargan de frenar parte del dinero que ingresa, por la compra de un bien o servicio, para entregárselo al Estado, aunque en caso de compañías más grandes, son ellas mismas las que separan el monto y hacen el pago directo a la DIAN. En ese caso, se habla de una autorretención.

“Usualmente las retenciones en la fuente se ajustan como resultado de una reforma tributaria que eleva los impuestos”, explica José Ignacio López, presidente del Centro de Estudios Económicos ANIF, a través de su cuenta de X. A su juicio, entonces, “no se entiende su justificación jurídica, ni económica más allá de un afán de caja en 2025 a costa de las finanzas públicas de 2026″. Lo que sostienen los críticos es que este aumento golpea especialmente a las pequeñas y medianas empresas, pues el aumento en el pago afecta su flujo de caja. Las compañías financian al Estado sin saber si tendrán utilidades, argumentan. Y, si tienen premuras económicas, deben recurrir a créditos bancarios, bajar costos, e incluso despedir empleados o cerrar la empresa. Sin embargo, esta es por el momento la única opción que ha encontrado el Ejecutivo para hacer frente a su déficit fiscal.