Ir al contenido
_
_
_
_
Newsletter de Colombia
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

25 años de impunidad

Jineth Bedoya ha inspirado a víctimas de violencia sexual en Colombia y América Latina, y también a periodistas a ejercer la libertad de expresión en un contexto más agresivo con las mujeres que levantan la voz

Jineth Bedoya
Catalina Oquendo

Hola, lectores

‌El boletín de esta semana se detiene en un hecho que no se puede olvidar:

Hace 25 años una periodista colombiana fue secuestrada, torturada y violada cuando fue a hacer una entrevista en una cárcel de Bogotá. En estos 25 años, contra su propia vida, su salud y su cuerpo, ha estado luchando por conseguir justicia. Aportó información sobre sus captores y abusadores, sobre los autores intelectuales del caso, consiguió llevarlo hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenó a Colombia porque halló “indicios graves, precisos y concordantes” de la participación estatal en las agresiones contra ella. Creó el movimiento No es Hora de Callar y consiguió una Ley que designa medio millón de dólares anuales para prevenir ataques a las mujeres reporteras.

Jineth Bedoya ha inspirado a víctimas de violencia sexual en Colombia y América Latina y también a periodistas – porque ha seguido haciendo periodismo- a ejercer la libertad de expresión en un contexto más agresivo con las mujeres que levantan la voz.

‌“Agoté mi humanidad”, escribió. Y es que 25 años después su caso sigue en la impunidad. “Mi aspiración de justicia ha muerto (…) El sistema de justicia de mi país no fue diligente, ni tuvo la capacidad de resolver un proceso, que se ha denominado emblemático”, dijo esta semana en una dolorosa rueda de prensa, en la que anunció que desistía de continuar con su caso judicial.

El año pasado, por azar, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), que acompaña a Bedoya desde hace más de una década, descubrió que Jesús Emiro Rivera, condenado a 40 años por su secuestro, tortura agravada y acceso carnal violento, está prófugo. Ningún funcionario avisó a Bedoya que el Estado había perdido el rastro del hombre, lo que la deja a ella en riesgo. “Los meses posteriores a esa noticia aumentaron las amenazas”, reveló Jonathan Bock, entonces director de la FLIP.

Jineth ha contado antes en este diario que en estos 25 años ha vivido puntos de quiebre muy claros. En 2011, cuando su caso tomó fuerza y apareció el primer violador, con su nombre y apellido. “Lo identifiqué y escuché de su boca cuál era la indicación para matarme. Eso terminó en un intento de suicidio”. Luego, durante el juicio en la Corte IDH, porque tuvo que reconstruir décadas de amenazas que afectaron su salud. Más tarde, en 2021, cuando el Gobierno de esa época la dejó sola. Y ahora. “Es la decisión más difícil tras 25 años de mi secuestro y (la tomo) ante la inoperancia de la Fiscalía”, escribió también. Pasaron 6 fiscales generales, recordó, y ninguno siquiera llamó a pedir explicaciones a los altos mandos de la fuerza pública que fueron mencionados en su caso.

En todos los momentos es el periodismo el que la ha rescatado, ha contado. “Desisto porque no quiero seguir alimentando erróneamente la ilusión de que algo pasará y en el entretanto seguir dejando de lado mi derecho a vivir”, dijo, y aclaró que no desiste de exigir seguridad ante las amenazas con las que aún la despiertan.

La defensora del Pueblo Iris Marín, que la acompañó en la rueda de prensa junto a Bibiana Aído, representante de ONU Mujeres en Colombia, dijo que Jineth tiene derecho a descansar, a vivir, a que la lucha no recaiga solo en ella, en su cuerpo, como hasta ahora. “Este es un llamado a la Fiscalía. El desistimiento no implica que cese la obligación del Estado de investigar”, aclaró Marín, mientras Jineth intentaba contener las lágrimas que rodaban, apretaba los labios como hace 25 años y tomaba aire para seguir.

Otras historias

24 de Abril de 2025, Cartagena del Chaira, departamento del Caquetá, Colombia. Militares montan guardia cerca de la zona de embarque de Puerto Madera. Credito: Nadège Mazars para El País.

Esta es una breve selección de otras noticias recomendadas de EL PAÍS América Colombia:

La disidencia de Calarcá pone en jaque uno de los pocos procesos activos de la paz total

El grupo atenta contra una patrulla militar en Guaviare y mata a siete soldados, pese a que el Gobierno había suspendido los operativos en su contra.

David Fajardo Chica: “En Latinoamérica nos toca crecer con el dolor, y hemos cultivado una cantidad importante de formas de atravesarlo”

El filósofo caleño presenta ‘Carne Doliente’, un ensayo que parte de una experiencia propia para abordar las dolencias físicas y acercarse a su comprensión.

HP, víbora, nazi: Petro inicia la campaña por su consulta popular con un discurso cada vez más agresivo

El presidente de Colombia lanzó los comités por el sí en el acto público en el que insultó al presidente del Senado.

Javier Cercas: “Si el papa Francisco hubiese llegado a donde quería, sin duda alguna hubiera habido un cisma”

El escritor español presenta en la Feria del Libro de Bogotá su nuevo libro, ‘El loco de Dios en el fin del mundo’, inspirado en un viaje que hizo con el fallecido pontífice.

Vivir en medio de la guerra entre dos disidencias: “Estamos agachados y humillados”

Mientras los grupos encabezados por Iván Mordisco decretan un paro armado en los ríos del Caquetá, sus rivales liderados por Calarcá Córdoba obligan a la población a desatender la orden y ponerse en riesgo.

Impuntual, dogmático y alejado de la realidad: las críticas a Petro de quienes han salido de su Gobierno

La carta del excanciller Álvaro Leyva, en la que acusó al presidente de Colombia de problemas de adicción, se suma a los viejos reparos sobre su personalidad y liderazgo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Catalina Oquendo
Periodista de la edición América de EL PAÍS. Comunicadora y Magister en Relaciones Internacionales. Ha recibido el Premio Nacional Simón Bolívar 2024 en crónica; y el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Colombia, edita Lideresas de Latinoamérica y escribe la Newsletter de Colombia.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_