Bar Refaeli escandaliza a los judíos ortodoxos

Que Bar Refaeli no cuenta con muchos amigos en Israel no es ninguna novedad. La gran modelo internacional reniega de algunas costumbres de los suyos. Ella vive en Estados Unidos y se pasea por las pasarelas de medio mundo, por eso sus hábitos son otros.

Los judíos ultraortodoxos la siguen muy de cerca porque Bar Refaeli, ex de Leonardo DiCaprio, es un mal ejemplo. Ayer, un grupo de ellos se levantó en pie de guerra contra un cartel publicitario en el que aparece una imagen sugerente de ella, según informó el diario Haaretz. El anuncio está instalado en una carretera que discurre en paralelo al Mediterráneo, desde el sur de Tel Aviv hasta el pueblo de Herzliya. En el cartel, que tiene dos secuencias, se ve primero a Refaeli besando a un hombre y luego, en otra escena, a ella tumbada sobre una cama vestida sólo con pantalones vaqueros y cubriéndose el pecho con un edredón.

"Si la gente quiere o no ver eso es una opción personal y nosotros no decimos a la gente lo que hacer en su vida privada en casa, pero no se puede permitir que se envenene el ámbito público" ha criticado el rabino Mordejai Bloi, líder del grupo ultraortodoxo Guardianes de la Santidad y la Educación.

Los críticos amenazan con boicotear a la cadena de ropa Fox, que contrató a Refaeli. La empresa israelí había evitado hasta ahora exponer en espacios públicos aquellos anuncios más provocativos de Bar Refaeli y limitarlos a la televisión e Internet, que emplea sólo una ínfima parte de la comunidad ultraortodoxa judía. Refaeli ha padecido varias campañas de boicoteo a los productos que promociona por eludir el servicio militar. Ella ha dicho que no entiende qué es eso de dar la vida por la patria.

Hace sólo dos semanas, Refaeli se vio inmersa en la penúltima polémica con la modelo israelí Esti Ginzburg, a quien no le hace ni pizca de gracia que su colega eludiera -mediante matrimonio y divorcio inmediato- el servicio militar de dos años que muchas mujeres cumplen en Israel.

Refaeli no pertenece ni al tipo de chicas piadosas que por motivos religiosos, ni de jóvenes que por razones familiares, pueden legalmente evitar el servicio en el Tsahal. Simplemente, tenía otras prioridades. Salirse del carril tiene su precio en Israel. Ginzburg se lo ha recordado: "Para ayudar y ser parte del Estado de Israel, alistarse es una obligación, no una elección", arremetió la joven de 19 años.