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La Patrulla Fronteriza abandona Charlotte después de realizar más de 250 detenciones

Los agentes migratorios bajo el mando de Gregory Bovino se dirigirán a Nueva Orleans para continuar la caza de migrantes, según las previsiones

Detenciones de la Patrulla Fronteriza en Chicago, el 27 de septiembre.
Patricia Caro

La operación de la Patrulla Fronteriza (CBP) en Charlotte, Carolina del Norte, lanzada el sábado por la Administración para impulsar las detenciones de migrantes, ha terminado. Menos de una semana ha durado el despliegue de efectivos en la ciudad más poblada del Estado, que ha dejado un saldo de más de 250 detenidos (275 según algunas fuentes).

Funcionarios federales confirmaron este jueves al sheriff del condado de Mecklenburg, Garry McFadden, que la llamada “Operación Charlotte’s Web” (La telaraña de Charlotte) había finalizado oficialmente, según informa AP que comunicó la oficina del sheriff.

Charlotte ha sido la fase más reciente de los agresivos esfuerzos de deportación masiva del presidente republicano Donald Trump, que ha enviado a militares y agentes de inmigración a ciudades gobernadas por demócratas, como Chicago y Los Ángeles. Se espera que la próxima parada sea Nueva Orleans, donde la operación Swamp Sweep (Barrido del Pantano) servirá al mismo objetivo: detener a migrantes con los que engrosar la lista de deportaciones, que está muy por debajo de la meta de un millón de expulsiones anuales del presidente. Hasta 250 efectivos federales podrían llegar este mismo viernes para la operación, que se prevé que comience a principios de diciembre.

También en Nueva York esperan la llegada de los agentes migratorios después de que el zar de la frontera, Tom Homan, lo anunciara este martes en la cadena de televisión Fox.

Las redadas de los agentes en Charlotte, capitaneados por el controversial jefe de la CBP Gregory Bovino, propagaron el miedo por la ciudad de 950.000 habitantes. El temor a los agentes provocó que muchos negocios cerraran sus puertas para evitar el enfrentamiento entre sus clientes y los funcionarios. Además, se registraron grandes ausencias en las escuelas por el miedo a que los padres fueran detenidos cuando llevasen a los menores.

Las tácticas de Bovino han sido muy criticadas por su excesiva violencia, pero respaldadas por el Gobierno, que defiende una mayor agresividad que la ya empleada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la cruzada antiinmigración de Trump.

La ofensiva se extendió el martes a zonas aledañas a Raleigh, la capital de Carolina del Norte, donde se vieron agentes en un suburbio en el que casi el 20% de la población es migrante.

Los responsables del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) justificaron la intervención policial en el Estado por la falta de cooperación entre las autoridades locales y los agentes de inmigración propia de las ciudades llamadas santuario.

La operación en Charlotte generó resistencia y protestas. Unas cien personas se congregaron el miércoles frente a una tienda Home Depot, uno de los lugares a donde los agentes federales acudieron en varias ocasiones para detener a los residentes.

La alcaldesa de Charlotte, Vi Lyles, demócrata, declaró el jueves que se alegraba de que el operativo policial aparentemente hubiera concluido. “Me siento aliviada por nuestra comunidad y por los residentes, negocios y todos aquellos que fueron el objetivo y se vieron afectados por esta intrusión”, escribió Lyles en X. “De cara al futuro, es fundamental que nos unamos, no como grupos separados divididos por los recientes acontecimientos, sino como una sola comunidad de Charlotte”.

La actuación de los efectivos de la CBP en Chicago, la ciudad donde estuvieron desplegados previamente, anticipó el temor por su llegada a Charlotte. En la ciudad de Illinois, el operativo de los agentes dejó evidencias de un uso excesivo de la fuerza y de la utilización de armas químicas, como balas de pimienta y gases lacrimógenos contra la población.

El gobernador de Carolina del Norte, Josh Stein, señaló acusó a los agentes de la Patrulla Fronteriza de “avivar el miedo” y de usar perfiles raciales en las detenciones, al arrestar a las personas “por el color de su piel”.

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Sobre la firma

Patricia Caro
Periodista en Washington, especializada en temas latinos y de inmigración. Forma parte del equipo de la edición de Estados Unidos de EL PAÍS. Fue corresponsal de la Cadena SER en Brasil. Trabajó como redactora de Economía Internacional en el diario Cinco Días.
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