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Los mexicanos detenidos en la redada masiva de la planta de Hyundai aceptan autodeportarse

El ministro de Exteriores de Corea del Sur viaja a Estados Unidos para ultimar la repatriación de los 300 ciudadanos surcoreanos arrestados

Redada en la planta de fabricación de Hyundai, el 4 de septiembre.
Patricia Caro

Unos 23 mexicanos se encontraban entre los 475 detenidos en la macrorredada que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) realizó el jueves pasado en una planta de baterías de Hyundai en la ciudad de Ellabell, en el Estado de Georgia. Los detenidos han recibido asistencia legal y familiar, según informó el consulado mexicano en Atlanta, que ha manifestado que la mayoría ha accedido a autodeportarse, por lo que volverán a México en los próximos días.

A lo largo del fin de semana han ido saliendo a la luz los detalles de la mayor redada que han realizado las autoridades migratorias en Estados Unidos y que amenazó con crear un conflicto diplomático con Corea del Sur, un importante socio comercial, por el arresto de 300 ciudadanos del país asiático. El ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Cho Yun, partió el lunes hacia Estados Unidos para ultimar los pasos para la repatriación de los detenidos. Al comparecer en una audiencia legislativa antes de su partida, el ministro calificó la redada como “un asunto muy serio”.

Hispanos con permisos de trabajo

El resto de los detenidos eran en su mayoría hispanos. Familiares de algunos de ellos han denunciado que contaban con permiso de trabajo, y que los agentes ignoraron los papeles que les mostraban.

La familia de Camila, una venezolana de 20 años, dice que pasaron 30 horas sin conocer su paradero. Sin querer dar su identidad por el miedo a represalias, la hermana aseguró en una entrevista a Univisión que Camila no quiso esconderse porque tenía un permiso de trabajo. “Ella nunca pensó que se la iban a llevar. Nunca se escondió, nunca corrió, no hizo nada”, declaró.

En un vídeo, en el que identifica a Camila, se oye a una joven pidiendo a los agentes del ICE que le suelten las cintas plásticas con las que les amarraron las manos porque le están haciendo daño. En el traslado, los detenidos fueron esposados de pie y manos con cadenas. “Hay criminales en las calles a quienes no les están haciendo lo que a una niña de 20 años, estudiante, trabajadora”, denuncia la hermana de Camila. La joven aparece en imágenes que han sido difundidas por el ICE. La venezolana fue recluida en un primer momento en un centro de detención para inmigrantes de Folkston, pero fue trasladada al centro de Stewart, a unas cinco horas de Savannah.

También familiares entrevistados por CNN afirman que entre los arrestados había personas con permisos de trabajo válidos. Luz Dary Suárez, migrante de origen colombiano, le había advertido a su esposo sobre la masiva redada, pero él le aseguró que estaría bien, ya que tenía un permiso válido para trabajar en Estados Unidos. “Tengo todo en orden, no tengo prisa”, le dijo el esposo de Luz Dary Suárez por teléfono.

Suárez, quien llegó al país con su pareja y sus dos hijos hace casi dos años, dijo que tiene una solicitud de asilo pendiente ante las autoridades migratorias estadounidenses. Sin embargo, según su esposo, quien no quiso dar su nombre completo, los agentes se negaron a tomar en cuenta sus documentos antes de detenerlo.

Desde entonces permanece bajo custodia de las autoridades migratorias estadounidenses, a la espera de la revisión de su caso, al igual que otros trabajadores de la planta que afirmaron que las autoridades no tomaron en cuenta su estatus migratorio durante la redada.

“Nos tratan como delincuentes”

También un migrante que responde al nombre de Mauricio, manifestó a la CNN que su esposa fue detenida a pesar de tener papeles en regla.

“Estaban tranquilos porque ella y su hermano tenían sus documentos en regla”, declaró. Según él, cuando llegaron los agentes del ICE, corrieron rápidamente hacia la gente y “no aceptaron ningún documento”. “Aunque pudieron verificarlos, les dijeron que nada era válido, que todos serían arrestados”, dijo.

El despliegue de decenas de agentes armados, vehículos blindados y un helicóptero provocaron una estampida entre los trabajadores, que corrieron a esconderse en donde pudieron. Algunos pasaron horas caminando por el bosque y otros encerrados en los conductos del sistema de aire acondicionado.

Una mujer hispana que se escondió en el ducto y así logró escapar de los agentes relató a Telemudo como pasó 12 horas, desde la 9 y media de la mañana hasta las 9 y media de la noche encerrada con otras siete personas. Era difícil respirar y no podían moverse para no hacer ruido, porque oían a los agentes moverse y a los drones sobrevolar el tejado. “Nos tratan como ladrones”, lamentó entre lágrimas.

“Estuve más de ocho horas caminando por el bosque”, relató un mexicano que pudo escapar. Explicó que otro trabajador que le acompañaba incluso iba descalzo. “Nos trataron como terroristas, como delincuentes”, señaló.

Conflicto con Corea del Sur

El impresionante despliegue de los agentes y la detención masiva de los trabajadores surcoreanos amenazó con crear un incidente diplomático con Seúl. El viernes, tras conocerse la operación, el Gobierno surcoreano transmitió su “preocupación y pesar” a Washington, envió diplomáticos a Georgia y advirtió que no deben violarse los derechos de los ciudadanos coreanos que invierten en proyectos estadounidenses. Los dos gobiernos mantuvieron negociaciones y acordaron la liberación de los detenidos surcoreanos y el envío de un vuelo chárter para ser repatriados.

“Por favor, respeten las leyes de inmigración de nuestra Nación”, publicó el presidente en redes sociales el domingo. “Sus inversiones son bienvenidas, y los animamos a traer de manera LEGAL a su gente tan inteligente... Lo que pedimos a cambio es que contraten y formen a trabajadores estadounidenses”, agregó.

La fábrica de baterías donde ser realizó la redada aún no está en funcionamiento. Forma parte de un macro complejo de Hyundai que es uno de los mayores proyectos desarrollados en el Estado de Georgia. Se han contratado pocos de los empleados permanentes que se espera cubran las 8.500 plazas, y la mayor parte de la plantilla actual es temporal.

En un comunicado el sábado, LG Energy Solution, que es copropietaria con Hyundai de la planta de Ellabell, anunció la suspensión de todos los viajes de negocios a Estados Unidos y solicitó a sus empleados que permanezcan en sus alojamientos o regresaran a Corea del Sur de inmediato. La compañía indicó que su director de recursos humanos se dirige a Estados Unidos para abordar los problemas in situ.

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Sobre la firma

Patricia Caro
Periodista en Washington, especializada en temas latinos y de inmigración. Forma parte del equipo de la edición de Estados Unidos de EL PAÍS. Fue corresponsal de la Cadena SER en Brasil. Trabajó como redactora de Economía Internacional en el diario Cinco Días.
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