Elliot & Erick, fotógrafos: “Queremos hablar de las religiones afrocubanas de una forma más contemporánea”
Los gemelos cubanos encargados de la primera portada en español de la revista ‘Time’ estrenan en el Pérez Art Museum Miami su exposición individual institucional inaugural


La vida de los gemelos de origen cubano Elliot y Erick Jiménez (Miami, 1989), parece sacada de una película. Autodidactas y precoces, llevan dedicándose décadas a la fotografía de moda, dotándola de un halo artístico que juega con el sincretismo, la transculturación y la identidad. Saltaron a la fama en 2023 al firmar la primera portada en español de la revista Time en sus cien años de historia, fotografiando a Bad Bunny, rey del reggaeton y del panorama musical actual.
Los hermanos Jiménez inauguran ahora su primera exposición individual institucional, acogida por el Pérez Art Museum Miami (PAMM) entre el 28 de agosto al 8 de febrero del 2026. La muestra fue curada por la nicaragüense Marisa Lacayo y se titula El monte, en referencia a la influyente obra de la etnóloga y escritora cubana Lydia Cabrera, fallecida en 1991. El libro, apenas traducido al inglés en 2023, es considerado por muchos la biblia de las religiones afrocubanas.
Pregunta. Hacían principalmente fotografía de moda, ¿qué les animó a saltar al mundo del arte?
Respuesta. Erick: Siempre hemos estado interesados en el arte, pero a partir de 2020, durante la pandemia, empezamos a reflexionar sobre nuestra carrera e intereses y decidimos desarrollarlo más. Los clientes siempre resaltaban que nuestro trabajo era muy artístico. En el aspecto creativo ha sido una liberación porque los proyectos comerciales siempre tienen ciertos límites, pero en el arte visual tenemos control completo para experimentar.
Elliot: El arte además continúa después de la sesión de fotos porque conlleva otro tipo de decisiones: cómo vamos a imprimir la imagen, con qué marco, de qué tipo de materiales. Además, experimentamos mucho con pintura y objetos antiguos.
P. La exposición hace referencia a El monte, de Lydia Cabrera. ¿Cuál es su relación con la tradición espiritual lucumí?
R. Erick: Nos criamos con nuestra abuela paterna, que es afrocubana y fue ella quien nos introdujo al lucumí, que por otra parte, es de lo más común en Miami. El libro de Lydia Cabrera fue el primero que documentó en profundidad las creencias y prácticas de las religiones afroamericanas en la isla. Eran historias que se pasaban solo oralmente, por lo que el libro se convirtió en una referencia para muchos artistas como Ana Mendieta, Wilfredo Lam o José Bedia. Nosotros queríamos continuar esa conversación, pero de una forma más contemporánea.
Elliot: Aunque de niños no prestábamos atención, a partir de los dieciocho nos empezó a entrar curiosidad por saber más sobre nuestra identidad. En la religión yoruba somos gemelos jimagua, nos llaman los ibeyi, un espíritu que habita dos cuerpos y que representa la dualidad. Es interesante porque en el Oeste de África, de donde procede la comunidad yoruba, existe una de las comunidades de gemelos más grandes del mundo. Nosotros buscábamos en el lucumí para entender mejor nuestra propia historia personal y encontramos paralelismos. Los ibeyi fueron abandonados y a nosotros también nos abandonó nuestra madre cuando teníamos doce años. Por eso crecimos con nuestros abuelos paternos.

P. Fueron los encargados de hacer la primera portada en español de la revista Time, fotografiando a Bad Bunny. ¿Cómo impactó ese trabajo su carrera?
R. Erick: Fue un momento muy especial. Hasta ese momento nuestros abuelos nunca habían entendido a qué nos dedicábamos, pero ese día, con la portada y el artículo en español pudieron verlo. El equipo entero era latino y Bad Bunny era extremadamente famoso en ese momento, lo que nos dio la oportunidad de representar la importancia de la cultura latina en una publicación estadounidense. Aunque el mundo de la moda es bastante insular, pusieron atención a una revista generalista para ver lo que habíamos hecho.
Elliot: Fue la editora de la revista la que se interesó por nosotros después de haber visto nuestras fotografías artísticas. Nosotros pensábamos que en el sector de la moda no iban a entender lo que estábamos haciendo y fue al revés, nos benefició. A partir de entonces, muchas personas que nunca nos habían prestado atención, empezaron a tener interés en nosotros.
P. Nueva York es una ciudad dura, ¿cómo fue su llegada?
R. Erick: Aprendimos a hacer fotos de forma autodidacta a los quince años y a los dieciocho ya estábamos trabajando en agencias de modelaje. Habíamos creado un portafolio fuerte para esa época y para el mercado de Miami, que era muy pequeño. Fue entonces cuando decidimos irnos a Nueva York, porque las oportunidades de crecer en Miami eran muy limitadas, pero nos resultó muy difícil. No conseguimos nada y tuvimos que volver.
Elliot: Además de descubrir que teníamos que competir con miles de personas en Nueva York, luchando por lo mismo, decidimos hacernos cargo de nuestra hermanastra, que tenía seis años y había pasado a vivir con nuestros abuelos paternos. Como ellos ya estaban muy mayores, decidimos quedarnos en Miami con ella. La criamos desde 2008 hasta 2016. Fue uno de esos momentos en los que uno tiene que poner su vida en pausa.
P. Siendo gemelos y fotografiando juntos, ¿cómo conviven y al mismo tiempo mantienen la identidad individual?
R. Erick: Empezamos en la fotografía separados y era un poco competitivo. Nos dimos cuenta de que teníamos intereses similares y en 2007 decidimos unir fuerzas. Fue la mejor decisión porque nos fue mucho mejor. Ya no me imagino hacer esto sin él. Me siento muy agradecido, especialmente ahora que conozco a muchos artistas y puedo ver lo solitaria que es esta carrera y cómo se deprimen a veces. Honestamente, no sabría decir quién toma qué foto, uno suele tomar fotos y otro dirigir y luego intercambiamos. Es todo muy orgánico.
Elliot: A veces estamos los dos tirando fotos a la vez, uno con cámara digital y el otro con la analógica. Se trata de conseguir la mejor imagen posible, no importa de quién sea. La persona a la que más quiero impresionar es a mi hermano y viceversa. Y si a los dos nos impresiona el trabajo que hemos hecho, estamos seguros de que se trata de un buen trabajo.
P. ¿También viven juntos?
R. Elliot: Vivimos juntos hasta el 2020, que me mudé con mi pareja en Miami. Pero en Nueva York, adonde vamos al menos dos semanas al mes, seguimos teniendo un apartamento juntos.
Erick: Hablábamos además por teléfono todos los días, así que aunque me costó un poco adaptarme al principio, no fue tan complicado.
P. ¿Y cómo viven su biculturalidad?
Erick: Entre nosotros hablamos spanglish y habiéndonos criado en Miami, con una comunidad latina tan grande y tantos cubanos, siempre nos hemos identificado como cubanos. Fue al llegar a Nueva York cuando tuvimos más crisis de identidad, porque había cubanos que nos decían: “Tú no eres cubano, eres americano”. Los americanos, por el contrario, decían: “tú eres cubano porque nosotros no decimos eso”. Aunque nacimos en EE. UU., nos dimos cuenta de que nuestro inglés tenía acento de Miami. Nos costó descubrir nuestra identidad, observar en qué categoría te ponen los demás. Siempre hemos vivido entre dos mundos.
Elliot: La dualidad siempre ha estado en nuestra vida, porque además de ser gemelos, se ha dado en nuestra propia familia, de blancos y negros. Nuestro padre es de origen afrocubano y nuestra madre es cubana blanca, de ascendencia española. Y también estamos entre el mundo de la moda y el del arte. Esta exhibición en el PAMM significa para nosotros no una nueva categorización, sino un momento de expansión de nuestro trabajo y nuestros intereses.
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