Tamarismo
Ellos no veían nada extraño en su comportamiento ni en sus obras. ¿Me visto de arlequín? Todo normal. ¿Finjo un accidente en Cibeles? Todo en orden


Yo no seré quien les hable de la serie Superestar (dirigida por Nacho Vigalondo, producida por Suma Content) porque, para cuando se estrene, habrán hablado de ella cuatro o cinco compañeros de columna, y no es plan de contarles cada día lo mismo.
Hoy seré quien les hable (a la espera de ver dicha serie) de aquel entrañable ramillete de personajes a los que conocimos con estupor allá por el año 2000. Nadie ha sido tan maltratado por la televisión como aquellos discretos artistas que hasta entonces habían sido reflejos en los espejos del callejón del Gato. Si digo que fueron una metáfora de España, miento. No eran metáfora de nada, ni se parecían a nada. Fueron, eso sí, pioneros en el puesto de bufón televisivo. A veces por propia voluntad, y otras por engaño malintencionado. Como me dijo alguien que los conoció bien, ellos no se perciben como freaks, y por eso lo pasaban tan mal.
Ellos no veían nada extraño en su comportamiento ni en sus obras (y me refiero a las artístico-musicales). ¿Me visto de arlequín? Todo normal. ¿Finjo un accidente en Cibeles? Todo en orden. Yo, que les he tratado menos, les puedo decir que Tamara es una mujer cariñosa y encantadora, cándida y familiar. Les puedo contar que Paco Porras tiene un gran talento de actor, además de ser un hombre cultivado. Les informo de que lo de los macarrones con tomate que le hizo Tony Genil a Michael Jackson es rigurosamente cierto, y que sobre Leonardo Dantés hay un documental cuyo director quiere ocultar por todos los medios. De Arlequín solo sé lo que me dijo una chica del cuerpo de baile de Doña Croqueta, pero eso no se lo puedo contar aquí. Hemos visto a Tamara / Ambar / Yurena emocionada con su serie (no sé si la ha visto ya), llorando a lágrima viva. Espero que haya cobrado bien y que esta vez nadie venga a arrebatarle lo que se ha ganado con no pocos disgustos. No sé si Yurena abrió un camino, o si fue la que lo transitó por primera vez. Hoy eso de cantar mal no importa. Los conciertos de Yurena que he visto me han encantado, y el público le ha dado un cariño que creo que necesitaba. Ahora espero que, por fin, esta gente disfrute del trato que se les ha negado durante años: el trato de ser humano de plena categoría.
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