El Reino Unido acelera el despliegue de los vehículos sin conductor
Los primeros taxis y autobuses autónomos circularán por carreteras y calles en la primavera de 2026


El Gobierno laborista ha apostado su futuro político a la capacidad de reactivar la economía del Reino Unido. Y para conseguirlo, está dispuesto a acelerar el ritmo de proyectos sofocado por una regulación o precauciones excesivas. El Departamento de Transporte británico ha anunciado que adelantará un año, exactamente en la primavera de 2026, la luz verde a los ensayos en el país de vehículos sin conductor.
Las compañías que han apostado por esta tecnología podrán sacar a calles y carreteras servicios de taxi y de autobús autónomos, contratados previamente por los usuarios a través de una aplicación móvil. La Ley de Vehículos Automatizados prevé que en la primavera de 2027 el despliegue de este tipo de vehículos cubra todo el país. El Gobierno laborista calcula que la nueva realidad aporte casi 40.000 empleos, y miles de millones de libras —hasta 42.000 millones en el plazo de una década— a la economía del país.
“Ya está llegando el futuro del transporte. Los vehículos sin conductor pueden traer consigo puestos de trabajo, inversión y la oportunidad de que el Reino Unido se convierta en uno de los líderes mundiales de esta nueva tecnología”, ha proclamado la ministra de Transportes, Heidi Alexander, al dar a conocer su decisión de acelerar el despliegue.
Durante todo ese primer año, el Gobierno podrá estudiar a conciencia toda la información y datos generados por los nuevos vehículos. Antes, aseguran fuentes del Departamento de Transporte, se habrá exigido a todos esos automóviles robóticos un nivel de seguridad tan competente al menos como el de los mejores y más precavidos conductores.
Los defensores de esta nueva tecnología de movilidad aseguran que la capacidad de reacción de estos vehículos es mucho más rápida que la de los humanos, y después de un entrenamiento y aprendizaje continuo en escenarios complejos, es posible reducir notablemente el número de muertos y heridos que provocan cada año los accidentes de tráfico.
“No nos podemos permitir ser desplazados al asiento trasero cuando se trata de la Inteligencia Artificial, a no ser que se trate de un autobús sin conductor”, ha ironizado el ministro británico de Tecnología, Peter Kyle. “Debemos liderar un sector que va a hacer nuestras carreteras más seguras y mucho más fácil el transporte”.
La posibilidad de comenzar a utilizar estos vehículos en una ciudad como Londres, con un trazado medieval, escasa planificación urbana y apenas grandes avenidas, supone un desafío descomunal para las empresas implicadas en este sector, pero garantiza a la vez una generación de datos y un aprendizaje de los vehículos mucho más intenso que la conducción en grandes autopistas, espacios abiertos y trazados pensados para los automóviles que suponen los paisajes estadounidenses.
Ya se han realizado pruebas con vehículos sin conductor en el Reino Unido desde enero de 2015. Las compañías británicas Wayve y Oxa han estado a la cabeza de estos primeros ensayos reducidos. Wayve se aseguró recientemente inversión privada por casi 1.2000 millones de euros, y ha anunciado alianzas recientes con Nissan y con Uber. Oxa, por su parte, ya ha puesto en marcha servicios de autobús sin conductor en algunas zonas de Estados Unidos, y automóviles robóticos en el aeropuerto londinense de Heathrow que ayudan en el manejo de los equipajes de los viajeros.
“Con estos primeros ensayos lograremos ganarnos la confianza de los usuarios y generar nuevos empleos, servicios y mercados”, ha dicho el cofundador y director ejecutivo de Wayve, Alex Kendall. “Desde que desplegamos nuestro primer prototipo en Cambridge hemos sido capaces de realizar el primer trayecto en carreteras públicas con conducción generada por Inteligencia Artificial. Hemos comenzado en Londres y nos hemos expandido al resto del país”, ha señalado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
