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El presidente de la Conferencia Episcopal dice que la renuncia del obispo de Cádiz “puede ser aceptada próximamente”

La cúpula de la Iglesia española explica al Papa la investigación a Rafael Zornoza por acusaciones de pederastia. El proceso ha comenzado solo hace 15 días, pese a que la denuncia se conoció hace cuatro meses

Íñigo Domínguez

EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.

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La renuncia del obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, investigado canónicamente por acusaciones de pederastia en los años noventa, “puede ser aceptada próximamente”, ha informado este lunes en Roma Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). “Nos han transmitido que quizá sea aceptada. Que va a ser aceptada y diciéndonos el día y la hora, no, que puede ser aceptada, sí”, ha dicho tras salir de la primera reunión que ha mantenido el papa León XIV con la cúpula de la CEE, en la que ha confirmado que han abordado el caso, destapado hace una semana por EL PAÍS.

En el encuentro con la Comisión Ejecutiva de la CEE, que ha durado una hora, los obispos también han invitado al Papa a visitar España, como hicieron muchas veces con Francisco, sin que finalmente cristalizara en un viaje, y han mostrado su “esperanza” de que León XIV pueda aceptar la propuesta, “quizá relativamente pronto”. Le han sugerido varias ideas, como ir a Canarias, algo que ya barajó Francisco, para abordar la crisis migratoria; o a Barcelona, para cuando terminen las obras de la Sagrada Familia. En la reunión previa con el secretario de Estado, Pietro Parolin, el arzobispo de Madrid, José Cobo, le ha explicado el resultado del concurso de ideas para la resignificación de Cuelgamuros, el antiguo Valle de los Caídos.

En el caso del obispo de Cádiz, en resumen, su salida del cargo sigue en el aire y tanto en el Vaticano como en la Iglesia española predomina la ambigüedad, aunque han pasado cuatro meses desde que conocieron la denuncia. La reacción solo se ha producido tras la publicación de la noticia, el pasado lunes. Ante el impacto del escándalo, fuentes de los obispos españoles aseguraron la semana pasada que la renuncia era “inminente” e incluso le pusieron fecha, el viernes pasado. Pero el tiempo en la Santa Sede transcurre de otra manera, y además tampoco le gusta que le marquen la agenda.

Es más, Argüello ha revelado este lunes que el proceso canónico en sí, en manos del Tribunal de la Rota de la nunciatura (la embajada vaticana), solo “lleva 15 días abierto”. “Está en fase de investigación”, ha señalado.

Preguntado por la lentitud en la decisión de apartar o no a Zornoza y en la resolución del caso, Argüello ha replicado: “Los procesos en general casi siempre son lentos, porque son garantistas, nosotros creemos en el Estado de derecho”. En este sentido, ha añadido: “Nosotros mantenemos la existencia de dos derechos, el derecho de cualquier víctima a presentar su caso y el derecho a la presunción de inocencia. Eso luego ha de resolverse a través de un procedimiento”. En el proceso, ha continuado, se debe comprobar “la verosimilitud de la legítima denuncia que una persona plantea”.

El obispo de Cádiz dijo el lunes, tras la publicación de la noticia, que las acusaciones eran falsas y que suspendía su agenda “para el esclarecimiento de los hechos”. También informó de que lo hacía para tratarse de un cáncer, un detalle desconocido que revelaba por primera vez.

La gestión del caso, no obstante, contrasta con una de las principales recomendaciones de la Comisión Pontificia de Menores de la Santa Sede en su último informe, presentado el mes pasado, fue agilizar la destitución de los sacerdotes implicados en casos de abuso. La entidad destacó “la importancia de un protocolo simplificado para la dimisión o destitución de los líderes o el personal de la Iglesia en casos de abuso o negligencia”.

Zornoza, en realidad, presentó su renuncia el año pasado, cuando cumplió 75 años, siguiendo la norma canónica que establece que lo hagan automáticamente a esa edad. No obstante, lo normal es que el Pontífice les deje unos años más en el cargo, salvo que tengan problemas de salud o quiera enviar una sutil señal de reprobación por alguna cuestión, que muchas veces ni siquiera llega a trascender. Ante la denuncia contra Zornoza y el escándalo que se ha producido al salir a la luz, la vía más rápida para atajarlo es ejecutar una dimisión que estaba ya sobre la mesa.

La otra vía es apartarlo como medida cautelar, algo que tampoco se ha producido y se podía haber decidido tanto en el Vaticano como en el arzobispado de Sevilla, a quien se encargó la investigación, que luego delegó en el Tribunal de la Rota.

El Vaticano ha abierto una investigación contra Zornoza por una acusación de abusos a un menor en los años noventa ―por tanto, ya prescrito en los tribunales―, cuando era sacerdote en Getafe, provincia de Madrid, y dirigía el seminario mayor de la diócesis.

Es la primera vez en España que se conoce el caso de un obispo investigado canónicamente por un presunto caso de pederastia. Y también es la primera vez, desde que fue elegido hace seis meses, que el Papa debe afrontar un caso que afecta a un alto cargo eclesiástico, y el reto para él es definir su postura ante esta lacra y cómo actuará a partir de ahora. Además, el caso del obispo de Cádiz cuestiona cómo se ha comportado la Iglesia española ante el escándalo de la pederastia del clero, tras años de inacción de Francisco, que confió en cómo la CEE se ocupaba de ello, con escasos resultados y muchas críticas de las víctimas. Los obispos celebran a partir del martes su asamblea plenaria, donde de nuevo se abordará la cuestión.

[Noticia de última hora. Habrá actualización en breve]

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Sobre la firma

Íñigo Domínguez
Corresponsal en Roma desde 2024. Antes lo fue de 2001 a 2015, año en que se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar en EL PAÍS. Es autor de cuatro libros sobre la mafia, viajes y reportajes.
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