La Junta impone recortes en personal de 91 millones a los grandes hospitales públicos de Andalucía
Los ajustes llegan al 9,9% en el Regional de Málaga y el 8,2% en el Puerta del Mar de Cádiz. Los expertos alertan del impacto asistencial de una medida que “aumenta la desigualdad” y “debilita la cohesión social”

Los recortes en los gastos de personal impuestos por la Junta de Andalucía a los hospitales públicos no solo golpean al mayor centro de la región, el Virgen del Rocío de Sevilla —epicentro de la crisis de los cribados de cáncer de mama—, sino que se extienden sobre buena parte de la red sanitaria. Así lo revelan los datos internos de la gerencia del Servicio Andaluz de Salud (SAS) a los que ha tenido acceso EL PAÍS, que muestran que el gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) quiere ahorrar 91 millones de euros en esta partida en 2025.
El hospital más afectado es el Regional de Málaga, con un ajuste de 25,4 millones, el 9,9% de los casi 256 millones gastados en personal el año pasado. Estas cifras son aún más elevadas que las del Virgen del Rocío, avanzadas por este diario el viernes, que ascienden 25,3 millones (un 7,15% menos que en 2024).
El tercer centro con un mayor recorte absoluto es el Virgen de las Nieves de Granada, con 16,3 millones y un 6,6%; seguido del Puerta del Mar de Cádiz, 12,6 millones y 8,25%; el Ciudad de Jaén, 7,3 millones y 4,95%; y el Juan Ramón Jiménez de Huelva, 4,2 millones y 3,3%.
Estos seis centros concentran la mayor parte del ahorro en personal impuesto por el SAS a los 16 mayores hospitales públicos, que en su conjunto asciende a 90,8 millones. Esto supone un 3,35% menos que los 2.554,1 millones gastados en total el año pasado, según los datos del SAS.
El presupuesto de los demás centros presenta variaciones mínimas respecto a 2024, lo que en todo caso supone que también perderán recursos si se tiene en cuenta el IPC, cuyo último dato disponible es del 3,1%.
La Consejería de Salud ha declinado contestar a este diario las razones que hay detrás de las diferencias entre hospitales. El departamento sí considera que estas medidas “en ningún caso se tratan de recortes de personal, ya que no hay reducciones en plantillas ni en la asistencia”.
Todas las fuentes consultadas, sin embargo, destacan que los ajustes llevan a muchos servicios a una “situación límite” en la que, en la práctica, el personal en activo se reduce debido a que no se cubren todas las bajas por jubilación, enfermedad, reducción de jornada… Esto repercute en “la asistencia que reciben los pacientes y las condiciones de trabajo”.
Una de las razones que lo explica es que buena parte de los gastos de personal son fijos y deben incrementarse de forma obligatoria, como la actualización del IPC. Esto hace que el grueso de los recortes deba recaer en partidas como el personal sustituto. El Virgen del Rocío, por ejemplo, redujo en más de cuatro millones de euros este concepto entre enero y mayo, lo que supone una reducción del gasto del 29,7% en comparación a 2024.
Recursos para el sector privado
Estos recortes, además, son especialmente controvertidos porque coinciden con el incremento de recursos destinados a derivar servicios al sector privado, unas externalizaciones que este ejercicio han aumentado un 21,5%, según el Informe sobre la situación de la sanidad pública andaluza que elaboran los principales sindicatos.
Joaquín Estévez, presidente de la Fundación de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Fundación SEDISA) califica de “muy importante” el impacto que los ajustes tienen sobre los centros: “La primera consecuencia es que los hospitales se ven obligados a priorizar y trabajar por debajo de su capacidad potencial. Se hacen menos consultas, pruebas diagnósticas, intervenciones… El resultado es que crecen las listas de espera”.
En este escenario, continúa este experto con décadas de experiencia en la gerencia de grandes hospitales públicos, “los pacientes pierden calidad asistencial y, aquellos que pueden, contratan un seguro médico privado para no esperar tanto para la prueba o intervención que necesitan”.
Las consecuencias sobre el sistema sanitario, sin embargo, van más allá: “Las plantillas se enfrentan a diario a un escenario de falta de personal y sobrecarga de trabajo, lo que contribuye al síndrome de burnout”. Esta expresión, tomada del inglés, define una situación de estrés laboral crónico que causa “agotamiento emocional”, “baja realización personal” y “despersonalización” en la relación con los pacientes.
Por último, añade Estévez, los hospitales sometidos a recortes se ven “obligados a retrasar la adopción de la innovación en nuevas técnicas diagnósticas, terapéuticas y fármacos que supondrían mejoras significativas en la calidad asistencial, docente e investigadora, ya que necesitarían un personal que no pueden contratar”.
Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, coincide en este análisis y lamenta “el debilitamiento del modelo social andaluz” que conllevan estos tipos de recortes. “Si se debilita la sanidad, se genera un incremento de la desigualdad. Esta crece entre los hogares, ya que muchos no pueden pagar la sanidad privada, y también de forma territorial, con zonas menos pobladas casi sin servicios”, expone.
La desigualdad sanitaria, en lugar de paliarla, acaba así por “reforzar la desigualdad económica y educativa”, lo que “debilita la cohesión social”. “Si el ciudadano percibe que el Estado deja de garantizar su salud, se erosiona la legitimidad del sistema democrático y crece la desafección política”, concluye March.
El impacto de los recortes ha sido repetidamente denunciado por sindicatos y organizaciones de pacientes. “El personal acaba agotado física y mentalmente”, se queja Elías Redondo, portavoz de CSIF en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada, que asegura que “esto luego redunda en las listas de espera y unas urgencias saturadas, con pacientes que han estado 36 horas en urgencias esperando una cama”.
Más conflictividad laboral
La conflictividad ha aumentado en las últimas semanas en varios centros, como el Hospital Regional de Málaga. Los profesionales habían convocado una huelga para principios de noviembre exigiendo que se cubrieran de una vez las bajas laborales, aunque han logrado un compromiso por parte de la gerencia de suplir las vacantes. “El presupuesto asignado cada año a nuestro centro no crece acorde a la demanda y la cartera de servicios”, lamenta Rafael Maese, portavoz del Sindicato Médico Andaluz.
La unidad psiquiátrica de adolescentes que el Regional inauguró a finales de 2024 es puesta como ejemplo. “Está amueblada, lo tiene todo, pero sigue sin abrir porque no se ha contratado personal”, critica un profesional sanitario que pide anonimato. Ante la falta de profesionales, el SAS ha firmado un concierto con las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús de Málaga para derivar a pacientes.
En el Virgen de las Nieves, ante el colapso en las pruebas diagnósticas —que en algunos casos superan el año, según un especialista que pide el anonimato—, el servicio de radiología ha reclamado poder trabajar por las tardes y los fines de semana para aumentar la actividad. Es el llamado “autoconcierto”, una fórmula que, sin embargo, ha acabado decepcionando a muchos profesionales.
“Luego hay que pelear para poder cobrar los actos realizados. La burocracia al final es complicada y las gerencias se escudan en que ha habido fallos en la codificación de las pruebas y no los abonan. Al final acabas trabajando aún más horas sin compensación y la gente se cansa”, indica Juan López Bustelo, enlace sindical del SMA, en el Puerta del Mar.
La falta de profesionales también ha obligado a cerrar el laboratorio de Microbiología de este centro durante la noche, una decisión que se había conseguido revertir hace unos meses. “Las limitaciones en técnicos de laboratorio y esa falta de contratación ha cortado las urgencias por la noche. Pero también faltan más técnicos en los turnos de mañana, cubrir bajas, para hacer los cribados…”, señala otro jefe de servicio, que también pide anonimato.
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