Una enfermera de una residencia es condenada a 20 años de prisión por matar a una anciana con una inyección de insulina

La Audiencia Provincial de León ha condenado a 20 años de prisión a una enfermera que mató a una anciana de 98 años al inyectarle intencionadamente insulina. La sanitaria trabajaba en una residencia de mayores de la provincia leonesa cuando en verano de 2022 y horas después de discutir con la usuaria y agredirle en la cabeza con varios golpes decidió administrarle una dosis mortal de insulina que le generó una intoxicación letal. El juicio se celebró con jurado popular, de cuya resolución salió probada la culpabilidad de la acusada, condenada también a abonar una indemnización de 50.000 euros. La Fiscalía había solicitado para ella una pena de prisión permanente revisable que finalmente se ha rebajado.

El juicio tuvo lugar en la Audiencia Provincial de León en los primeros días de este mes de mayo para dirimir qué sucedió en la residencia de ancianos Virgen del Camino en el verano de 2022. El 17 de agosto la enfermera condenada se encontraba cumpliendo su jornada laboral en el geriátrico cuando tuvo que atender a la paciente Jesusa, de 98 años, con demencia y alto grado de dependencia para sus necesidades cotidianas. Las sesiones del juicio y las declaraciones de compañeros o testigos citados para dilucidar el caso sirvieron para dar por seguro que durante la tarde la sanitaria había golpeado en la cabeza a la nonagenaria y que esta se había quejado, según refirió ante el juez otra compañera de la residencia. La resolución judicial establece que la acusada habría golpeado con la mano en la cabeza de la anciana mientras la preparaba para la noche y la aseaba. A la mañana siguiente, otra unidad del centro fue a atender a Jesusa y cuando la fueron a levantar de la cama comprobaron que sus niveles de saturación de oxígeno eran bajos, sufría apneas frecuentes y apenas reaccionaba a los estímulos físicos o verbales. Los sistemas de emergencias la remitieron a las Urgencias del Hospital de León en estado comatoso debido a lo que se comprobó como intoxicación por insulina, causa asimismo de una encefalopatía metabólica extraña porque no era diabética y no precisaba insulina, de ahí que comenzaran entonces las primeras sospechas sobre posibles causas no naturales en su situación.

La anciana pasó varias semanas hospitalizada hasta que murió el 4 de septiembre como consecuencia de una intoxicación por insulina que se consideró provocada intencionadamente por la enfermera que la atendió aquella noche. Esta, en sus declaraciones ante el tribunal que juzgó el caso, se defendió negando su vinculación con los hechos y tratando de desmentir que ella hubiese agredido físicamente a la usuaria y que hubiese podido hacerse con la insulina además de inyectársela a la víctima. Este proceso se ha celebrado con jurado popular, que tras escuchar a la sanitaria y a los peritos, investigadores o compañeros laborales del geriátrico, consideró culpable a la enfermera, con el voto de ocho de los nueve ciudadanos participantes.

Durante el proceso se descubrió que la sanitaria tenía en su vivienda una joya de la fallecida, que supuestamente se había caído al suelo y ella se quedó, lo cual reconoció que era incorrecto. La sentencia implica 20 años de prisión, 50.000 euros de indemnización por el crimen y una multa de 360 euros.