Premio Abel 2012 para el matemático húngaro Endre Szemerédi
El galardón, considerado el ‘nobel de las matemáticas’, destaca las contribuciones teóricas de este experto en ciencias de la computación
El matemático húngaro Endre Szemerédi recibe este año Premio Abel, considerado el nobel de las matemáticas, que concede cada año la Academia Noruega de las Ciencias y las Letras y que esta dotado con casi 800.000 euros (seis millones de coronas noruegas). La decisión, basada en las recomendaciones del comité Abel de matemáticos de renombre internacional, se ha hecho pública hoy en Oslo. Szemerédi recibe la alta distinción “por sus contribuciones fundamentales en matemática discreta y en teoría de las ciencias de la computación, así como en reconocimiento del profundo y duradero impacto de estas contribuciones a la teoría aditiva de números y la teoría ergódica”.

Szemerédi, nacido en Budapest, en 1940, es profesor del Instituto de Matemáticas Alfréd Rényi y de la Universidad Rudgers (EE UU), así como miembro de la Academia Húngara de Ciencias. Recibirá el Premio Abel en Oslo el próximo 22 de mayo. “Endre Szemerédi es un matemático con un poder excepcional de investigación y su influencia en las matemáticas actuales es enorme”, destaca la Academia noruega.
La matemática discreta es el estudio de estructuras como los grafos, las secuencias, las permutaciones y las configuraciones geométricas, según explica el comité que ha elegido este año a Szemerédi. “Las matemáticas de tales estructuras forman los cimientos de la ciencia de computación teórica y el húngaro ahora galardonado fue uno de los primeros en darse cuenta de su importancia. Además, también ha hecho contribuciones influyentes y profundas en otras muchas ramas de las matemáticas. Ha publicado más de 200 artículos científicos.
Szemerédi, recuerdan los responsables del Premio Abel, comenzó tarde su carrera como matemático, tras cursar estudios de medicina durante un año y trabajar en una fábrica. Pero se pasó a las matemáticas y “su extraordinario talento fue descubierto, cuando era un joven estudiante en Budapest, por su mentor Paul Erdós”. Superó incluso esas expectativas con “varios teoremas fundamentales de tremenda importancia”. Muchos de sus resultados han abierto líneas de investigación para el futuro y han puesto los cimientos de nuevas direcciones de las matemáticas.
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