Con la cabeza gacha de por vida

Cisne, una galga marrón de tres años, ha permanecido toda su vida atada. Si esto no fuera ya suficiente tragedia, el hecho de permanecer sujeta por el cuello desde que nació le ha impedido desarrollar la musculatura del cuello, por lo que apenas puede levantar la cabeza. Además, el collar permanente le ha provocado una calva alrededor del cuello por lo que ahora necesita crema protectora para no sufrir las quemaduras del sol. La asociación El Refugio ha rescatado a la perra, que ahora se recupera en sus instalaciones en espera de que alguien la adopte.

El rescate de la perra se produjo al principio de verano en Valdeprados, en la provincia de Segovia. La operación se tuvo que prolongar durante varios meses, ya que la perra sufría una enorme desconfianza hacia los humanos. Se intentó dispararle un dardo tranquilizante, pero no fue posible y finalmente se le tendió una jaula trampa. Una vez en manos de El Refugio, fue trasladada a su clínica veterinaria.

Debido al terror que sentía, la perra no caminó durante varias semanas y fue necesario un tratamiento etológico, sobre su comportamiento, para que superara sus fobias y el estrés de la captura. Debido a los años que permaneció atada, Cisne, como fue bautizada por los miembros de El Refugio, sufre secuelas de por vida. No puede levantar la cabeza porque los músculos tensores del cuello no se han desarrollado y presenta una erosión de unos cinco centímetros alrededor del cuello debido a la correa en la que no tiene pelo, por lo que es necesario usar cremas para proteger la zona de los rayos solares.

Tras su recuperación, ahora se encuentra en las instalaciones de la organización proteccionista en espera de que alguien la adopte, al igual que otros 200 perros.