Final feliz para un largo secuestro

Yasmine y Sara Pourashemi, las dos hermanas secuestradas por su padre iraní en agosto pasado, ya están con su madre en Bélgica, tras meses de arduas negociaciones entre las autoridades de ambos países. Las menores, de 15 y seis años, refugiadas en la embajada belga en Teherán desde diciembre, han llegado esta mañana al aeropuerto de Bruselas junto a su progenitora, que había ido a recogerlas a la capital iraní. Atrás quedan más de ocho tortuosos meses que sus mentes todavía infantiles seguro podrán borrar.

Yasmine y Sara Pourashemi, con doble nacionalidad belga e iraní, fueron secuestradas por su padre con la excusa de unas vacaciones después de que la madre obtuviera su custodia. Tras el secuestro, la Fiscalía de Lieja, ciudad donde reside la madre, dictó una orden de arresto internacional contra el padre. Por su parte, las autoridades iraníes consideraban que las niñas no podían salir del país sin autorización explícita del padre, al tener la doble nacionalidad.

Las niñas se refugiaron el pasado 2 de diciembre en la embajada belga en Teherán tras escapar de la vigilancia de su padre para tratar de reunirse con su madre. "Hemos llegado a un acuerdo definitivo sobre la custodia de las niñas y a partir de ahora se quedarán en Bélgica con su madre, aunque su padre tiene derecho a visitar a sus hijas y ellas pueden ir a verle en Irán", ha dicho a Efe el portavoz del Ministerio belga de Asuntos Exteriores, Rudy Huygelen.

"Sara y Yasmine están muy saludables y felices, pero también muy cansadas por no haber podido salir de la embajada durante más de cinco meses", ha explicado Huygelen. El incidente provocó una tensión diplomática entre ambos países que llevó al ministro belga de Exteriores, Louis Michel, a viajar en marzo a Teherán para entrevistarse con su homólogo iraní, Kamal Jarrazi. La devolución de las niñas a su madre coincide con la visita de Jarrazi a Bruselas esta semana.