El Vaticano anuncia que Milingo ha dejado de ser obispo tras su boda

La Iglesia Católica ha reaccionado con contundencia a la boda por el rito Moon del arzobispo emérito de Lusaka (Zambia) Emmanuel Milingo. Esta mañana, el portavoz vaticano Joaquín Navarro Valls ha anunciado que Milingo no podrá ser considerado prelado a partir de ahora y que en los próximos días se decidirán las pertinentes sanciones.

Milingo "se ha situado fuera de la Iglesia católica", ha dicho textualmente Navarro Valls. Sin embargo, para que esta situación de hecho se convierta en una excomunión formal debe iniciarse un proceso que puede ser aún largo. En este sentido, el portavoz vaticano ha afirmado que estos hechos "constituyen las premisas para las previstas sanciones canónicas, que próximamente le serán comunicadas.

No obstante, el Vaticano, que todavía no ha pronunciado la palabra excomunión, estima que podrá ser aplicado el decreto 1364 del Código de derecho canónico, que prevé justamente la excomunión "latae sententiae", es decir, de manera automática para todos aquellos que han cometido el pecado de herejía, cisma y apostasia.

El arzobispo de Lusaka, de 71 años, se casó ayer en Nueva con María Sung, médica surcoreana de 43 años especialista en acupuntura, en una ceremonia colectiva presidida por Sun Myung Moon, jefe de la Iglesia Moon y compatriota de María.

La boda de Milingo ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del Vaticano, donde ya se veía con preocupación las aficiones del arzobispo a la canción y el exorcismo.

Dicha boda constituye para la Iglesia pecado de herejía, cisma y apostasia. La Santa Sede estima que el hecho de haber aceptado casarse según el rito de la secta Moon lo convierte en apóstata. Para la Iglesia católica, aquellos que renuncian a la fe cristiana o que abandonan sus votos religiosos son de hecho apóstatas.

Apóstata y cismático

Un prelado no pierde por ningún motivo el título de "sucesor de los apóstoles". Milingo recibió el reconocimiento de otro obispo el 1 de agosto de 1969. Según los expertos en derecho canónico, el prelado podría consagrar nuevos obispos, los cuales serían considerados por la Iglesia católica como "ilícitos", aunque válidos.

Milingo en ese caso no sería simplemente calificado de "apóstata", sino de "cismático", ya que así demostraría la voluntad de fundar otra Iglesia, con obispos a su servicio. Como fue el caso del arzobispo tradicionalista francés Marcel Lefebvre.