Las trenzas quieren romper filas

Las militares estadounidenses ya no pueden recogerse la melena en trenzas ni rastas, dos peinados comunes entre la población afroamericana. Esta prohibición, aprobada a finales de marzo, ha levantado tantas ampollas que el secretario de Defensa exigió el pasado 30 de abril que se revise la regulación. Según los expertos, todo indica que se relajarán los códigos.

En España, la norma 3/96, que regula la policía personal y el aspecto físico del personal militar, también distingue entre sexos. Ellas deben llevar el pelo de un color natural, en un moño sin pasadores ni diademas. Salvo en «actividades de instrucción y campaña o deportivas». Entonces, las coletas y trenzas están permitidas. «El uniforme es una característica de los cuerpos de seguridad y las fuerzas armadas.

Según la norma sobre el aspecto de los militares en nuestro país, la melena se debe recoger en un moño.

D.R.

El pelo juega un papel en esa homogeneidad. Su carácter personal puede romperla», afirma Antoni Gutiérrez-Rubi. Este consultor político señala la diferencia entre dos códigos: los que favorecen la clonación y los que permiten cierta personalización. «La tendencia es ir hacia la democratización», avisa. La razón: cuanto más fácil sea para el ciudadano reconocerse en la autoridad, menos roces habrá.

La línea inferior del cuello debe quedar despejada, no se pueden usar pasadores ni diademas, pero sí redecillas, gomas y horquillas.

Cordon Press