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Dori Dunlap: “Hablar de dinero es uno de los actos más subversivos que puede haber”

La autora del libro ‘Financial Feminist’ redefine la independencia económica como un acto de resistencia y ofrece las herramientas con las que las mujeres pueden alcanzar la libertad financiera

Dori Dunlap
Marita Alonso

Tori Dunlap es una influencer de las finanzas. La americana dejó su trabajo en una empresa de seguridad y creó Her First $100K, el movimiento con el que hoy ayuda a miles de mujeres a tomar el control de sus finanzas. Aunque existen otros perfiles de creadoras de contenido cuyo cometido es que las mujeres pierdan el miedo a hablar de dinero, como Melissa Jean-Baptiste, autoproclamada “La Beyoncé de las finanzas”, Dunlap, con más de dos millones de seguidores, es, sin duda, una de las que más recorrido tiene.

Consciente del poder de las redes, advierte de los peligros de caer en las seductoras trampas que algunas influencers ajenas al mundo de las finanzas tienden cuando presumen de determinadas compras.“Tienen incentivos para que la gente se sienta rezagada y así siga comprando. El problema no son los influencers como personas, sino la cultura del consumo constante que las redes sociales amplifican. Cuando gastar se convierte en una actuación, la realidad se distorsiona”, explica a S Moda. “Lo que se ve es la compra, no la factura de la tarjeta de crédito. Se muestra el estilo de vida, no la inseguridad que lo sustenta. El gasto influenciado por las creadoras de contenido puede generar presión, comparaciones y vergüenza, lo que impide que las personas se concentren en su salud financiera a largo plazo”, comenta.

En su libro Financial Feminist (Koan Libros, 2025) desmonta el mito de que las mujeres no saben manejar el dinero y ofrece herramientas concretas para alcanzar la libertad financiera. Habla de su propia experiencia: al dejar su trabajo, se fijó como meta ahorrar 100.000 dólares a los 25 años. Lo logró y a los 28 años ya era multimillonaria. Su historia es altamente improbable, pero mejorar los conocimientos de las mujeres sobre el dinero es ya una realidad en su comunidad.

Pero, ¿qué es el feminismo financiero que tanto proclama? “Se basa en la creencia de que nuestro mundo se vuelve más equitativo cuando las mujeres y las personas marginadas tienen mayor acceso a los recursos económicos. El dinero es una de las herramientas más poderosas que tenemos para generar cambios”, explica.“El feminismo financiero reconoce que no se puede hablar de finanzas personales sin abordar los sistemas que limitan el desarrollo de las personas. Es un tema tanto personal como político. Se trata de enseñar a presupuestar y negociar, a la vez que se trabaja para desmantelar las políticas y las estructuras de poder que dificultan el acceso a la libertad financiera para algunas personas más que para otras”, comenta.

¿Cómo se puede eliminar la vergüenza y el estigma de las conversaciones sobre dinero?

La forma más rápida de eliminar la vergüenza asociada al dinero es normalizar hablar de él. La vergüenza se alimenta del silencio. Hay que hablar abiertamente de nuestros sueldos, nuestras dificultades y nuestras metas, para darnos cuenta de que no estamos solos y que la mayoría de lo que consideramos “fracasos personales” son, en realidad, barreras sistémicas. También promuevo la inclusión reconociendo que el dinero nunca es igual para todos. Nuestra vida financiera está moldeada por nuestra identidad, nuestro origen y los sistemas con los que interactuamos. Cualquier conversación sobre dinero que ignore el racismo, el sexismo, la discriminación por discapacidad y los privilegios de clase está incompleta. Mi objetivo siempre es comprender la situación de las personas y ofrecer herramientas que fomenten la confianza en lugar del juicio.

¿Cuál considera que es la interconexión entre la salud financiera y el activismo político?

Cada decisión financiera que tomamos está ligada a una decisión política previa. No se puede separar el dinero de la política. La brecha salarial de género, el salario mínimo, la falta de licencia familiar remunerada a nivel federal en EE. UU., la crisis del cuidado infantil y el costo de la atención médica son temas políticos que impactan directamente en nuestra economía. Cuando abogamos por un cambio en las políticas, abogamos por la libertad financiera no solo para nosotros mismos, sino para comunidades enteras. El activismo político es activismo financiero. Cuando más personas marginadas tienen seguridad económica, tienen más poder para impulsar un cambio sistémico, y eso beneficia a todos.

La independencia financiera es fundamental para las mujeres que se encuentran atrapadas en matrimonios abusivos por falta de recursos económicos.

El abuso financiero está presente en la gran mayoría de los casos de violencia doméstica. Las parejas abusivas saben que si controlan tu capacidad para ganar dinero o acceder a él, controlan tu capacidad para irte. Por eso, incluso crear un pequeño fondo de emergencia puede cambiarte la vida. La independencia financiera no se trata de hacerse rico de la noche a la mañana, sino de construir opciones, seguridad y autonomía. Empieza por lo básico: un fondo de emergencia, claridad en tus gastos y, con el tiempo, inversiones. Todas merecemos una vida en la que nuestras decisiones se basen en el deseo, no en la desesperación.

¿Cuáles diría que son los errores más comunes que cometen las mujeres a la hora de ahorrar y gastar dinero?

El error más común es creer que somos malas con el dinero en lugar de reconocer que nos han pagado menos de lo que merecemos, que nos han infravalorado y que nos han hecho publicidad engañosa que nos avergüenza y confunde. Otro error es esperar el momento perfecto para empezar a ahorrar o invertir. No necesitas un sueldo de seis cifras ni un plan meticulosamente elaborado para empezar. Las mujeres también suelen priorizar a los demás antes que a sí mismas, lo cual se refleja en sus finanzas. Nos ocupamos de todos los demás y luego esperamos que sobre algo. Quiero que las mujeres cambien esa mentalidad y se paguen a sí mismas primero.

¿Cómo pueden las mujeres sentirse seguras económicamente en un mundo dirigido, como usted dice, por “hombres blancos ricos”?

La confianza se construye de la misma manera que cualquier otra habilidad: empezando poco a poco, actuando y rodeándose de formación y apoyo social. Pero también hay que reconocer la realidad. La inseguridad financiera de las mujeres no se debe a la falta de disciplina, sino a que los sistemas se crearon sin tenerlas en cuenta. Una vez que las mujeres reconocen que no son el problema, se sienten más empoderadas para desafiar el sistema, defender sus derechos y tomar las riendas de su dinero. La confianza crece cuando te ves capaz y merecedora, incluso en un mundo que se beneficia de que creas lo contrario.

¿Por qué las mujeres tendrían que hablar más de dinero?

Desde niñas, a las mujeres se les enseña que hablar de dinero es de mala educación, poco femenino o codicioso. A los hombres se les anima a ver el dinero como un símbolo de poder, mientras que a las mujeres se les anima a verlo como una fuente de vergüenza. Cuando guardamos silencio, no podemos defender nuestros derechos. Hablar de dinero nos ayuda a identificar la discriminación, negociar mejor, protegernos y apoyarnos mutuamente. La conversación es clave tanto para el empoderamiento como para la transparencia.

Es muy común oír decir que los hombres invierten y las mujeres gastan. ¿Qué opina?

Este estereotipo se basa en el sexismo, no en la realidad. Los hombres invierten más porque históricamente han tenido mayor acceso al dinero, a la educación y a la confianza en los sistemas financieros. Cuando las mujeres invierten, suelen obtener mejores resultados que los hombres. Esta brecha en la inversión es uno de los principales factores que contribuyen a la desigualdad económica. Si las mujeres no invierten, pierden décadas de interés compuesto, y esta pérdida repercute, en todo, desde la jubilación hasta el patrimonio generacional. Cerrar esta brecha en la inversión es una de las herramientas más poderosas que tenemos para lograr la igualdad económica.

¿Cómo se beneficia el patriarcado haciendo a las mujeres creer que hablar de dinero es un tabú?

El silencio perpetúa la precariedad laboral, la sobreexplotación y la inseguridad financiera. Cuando no hablamos de salarios, las empresas ahorran dinero. Cuando no hablamos de deudas ni créditos, los prestamistas se benefician de la confusión. Cuando las mujeres creen que no saben manejar bien su dinero, el sector financiero puede venderles productos con altas comisiones o excluirlas por completo. El patriarcado se beneficia cuando las mujeres permanecen sumisas, dóciles y económicamente dependientes. Hablar de dinero es uno de los actos más subversivos que se pueden realizar.

Usted ofrece a sus empleadas la baja por menstruación.

La baja por menstruación es una de las maneras en que nuestra empresa promueve el feminismo financiero. Nadie debería tener que soportar el dolor ni fingir que su cuerpo no influye en su trabajo. Ofrecer baja por menstruación reconoce la realidad sin estigmatizar. Ayuda a las empleadas a sentirse apoyadas, reduce el agotamiento laboral y fomenta un enfoque más humano del trabajo. El descanso no es una debilidad, sino la base de la productividad y el bienestar.

¿Por qué las mujeres tienden a renunciar a la búsqueda de la riqueza?

A las mujeres se les dice que desear riqueza es egoísta, mientras que a los hombres se les dice que es ambicioso. Se nos anima a ser cuidadoras, no a generar riqueza. Se nos enseña a presupuestar, pero a los hombres se les enseña a invertir. Y muchas mujeres no se ven representadas en los ámbitos financieros, lo que puede hacer que la riqueza parezca inaccesible o incluso indeseable. Pero la riqueza no se trata de yates ni jets privados. La riqueza se trata de libertad, opciones y seguridad. Las mujeres merecen eso tanto como cualquier otra persona.

¿Por qué la posibilidad de interrumpir un embarazo es un problema financiero?

La libertad reproductiva es libertad económica. La capacidad de decidir si tener hijos, cuándo y cómo, determina el futuro financiero de una persona. El embarazo, el parto, el cuidado infantil y el tiempo de baja laboral son increíblemente costosos. Perder el derecho a interrumpir un embarazo afecta principalmente a las personas con menos recursos económicos. Restringir los derechos reproductivos es un ataque directo a la movilidad económica, la seguridad y la autonomía. No puede haber igualdad financiera sin autonomía corporal.

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Sobre la firma

Marita Alonso
Redactora especializada en cultura pop y estilo de vida. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. 
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