
De la discreción al ‘boom boom’: la moda recupera el color y los estampados (y así es como se llevan)
Se acabaron las normas: Bobo Choses celebra el juego y el color en ‘Tic-Tac-Toe’, una colección que rompe con la neutralidad para enseñarnos cómo transformar cada prenda en un lienzo personal
Más es más. Parece que la moda ha decidido despertar (por fin) de la austeridad y el silencio para teñir esta temporada de colores vibrantes, estampados originales y mezclas que irradian personalidad. Una revolución estilística que lleva gestándose desde hace algún tiempo. Tan solo hay que recordar a Portia, aquella desencantada asistente a la que Haley Lu Richardson daba vida en The White Lotus, cuyo caos estético y un tanto man repeller se convirtió en uno de los estilos más reseñados y admirados de la segunda temporada. O en el ascenso de las portuguese girls, que han hecho escuela (y tendencia viral) de su maestría para empastar estilos y texturas inesperadas. El maximalismo se abre camino: tras el reinado del básico, tanto la pasarela como firmas de autor como Bobo Choses reivindican el lado más expresivo de la moda.

Con más de 10 años de trayectoria desde sus primeros diseños de moda de mujer, la marca española es reconocida por la comodidad de sus patrones, los tejidos naturales o sostenibles y una propuesta colorida y desenfadada. En esta nueva colección, la firma ha trazado un decálogo para practicar el layering de todo este universo, desde esenciales únicos a estampados atrevidos. Partiendo de la imagen de un día de lluvia y juegos de mesa, donde la meteorología se nos impone a base de capas y creatividad; Tic-Tac-Toe sugiere que convirtamos el acto de vestir en un juego, donde las reglas las dicta, únicamente, nuestra imaginación.
Ya lo adelantaba el informe Pinterest Predicts 2025 acerca de las tendencias que triunfarían este año. La plataforma señalaba un fuerte interés en el maximalismo vintage y el rococó (las búsquedas en moda y decoración habían aumentado entre un 215% y un 260%): “Veremos diseños eclécticos, estampados creativos y un toque retro. Todo tendrá muchas capas, muchas texturas, muchos colores”. La colección de Bobo Choses, de algún modo, traslada ese anhelo a su propuesta.

En este particular tablero, cada prenda ha sido diseñada para experimentar y superponerse. Las siluetas se rigen por el movimiento y la versatilidad: los vestidos —ya sean de tirantes, escote V o camiseros—, transitan del verano al invierno, arropados por jerséis de cuello vuelto o camisetas anchas; las faldas estrella de la colección son de factura pareo o corte evasé para potenciar el movimiento y aumentar su efecto sobre pantalones o leggings atrevidos; las bombers y chaquetas elevan su expresividad con diseños reversibles... Todo es digno de reinventarse en la mezcla y adaptarse a nuestro ritmo y contexto. La colección incluso estrena una cápsula Activewear, con prendas técnicas y chaquetas colorblock, adaptadas a una vida en movimiento.

Si el minimalismo buscaba alcanzar la trascendencia con propuestas atemporales, Bobo Choses le suma además la calidad y lo emocional. Gran parte de las prendas de la firma (el 75%) se confeccionan de forma local entre España y Portugal, asegurándose de que cada puntada, cada tejido, logre superar el paso del tiempo. En la etiqueta destacan los materiales responsables con algún grado de innovación, elegidos para reconfortar y perdurar. El 71% de la colección está conformada por algodón orgánico, los cárdigans y jerséis contienen lana reciclada, los vestidos y faldas consiguen su espectacular caída gracias al lyocell, que además de sus cualidades estéticas, tiene menor impacto ambiental.
El objetivo no es crear un fondo de armario —que también—, si no, como señalan desde Bobo Choses, apostar por prendas que cuenten quienes somos. La teatralidad, aquí, es ley: las camisas se llenan de volantes peplum, lazos y bolsillos exagerados; en pantalones, las siluetas cocoon y relaxed conviven con leggings combinables y jeans patchwork, mientras que las sudaderas y cárdigans recurren a bordados y contrastes de color para sumar dimensión.

La paleta cromática tampoco se deja al azar. Por un lado, la propuesta de color de Tic-Tac-Toe está protagonizada por acabados corrosivos, como marrones, rosas, azules o antracitas, que le añaden un toque vivido y auténtico. Por otro, sus estampados constituyen una suerte de juegos reunidos: el print de Mr Pencil es un homenaje al lápiz con el que anotamos cada jugada y resultado; el Rainbow Plaid reinterpreta el tablero de ajedrez y el estampado Kaleidoscope juega con la geometría y el movimiento de ese hipnótico artefacto. Con todas las fichas sobre la mesa, tan solo queda empezar a jugar.
Doble o nada
La estética boom boom, como se ha rebautizado a esta nueva corriente maximalista, responde a la sobriedad visual que dominó la última década con una exaltación del volumen, el color y la textura. Los total looks, una de las estrellas de la colección de Bobo Choses, son perfectos para iniciados.

Dale volumen
Acolchados, cortes oversize y evasé, detalles XXL... Las siluetas deben hablar de movimiento, no de contención: las prendas se entremezclan con otras que tengan tanto o más volumen.

Ante la duda, súmale un accesorio
Nunca debemos subestimar el poder de los accesorios para elevar nuestro día a día —incluso el más sencillo—, como un pañuelo estampado. Sobre la cabeza, anudado al cuello o a modo cinturón, esta pieza se ha convertido en la estrella de la última temporada debido a su versatilidad y su capacidad de sumarle color y alegría a nuestros estilismos. Bobo Choses también traslada ese juego al invierno, con pañuelos de inspiración vintage o una propuesta de balaclavas y bufandas de punto gustoso.

Texturas conceptuales
Lo cálido frente a lo técnico, lo mate versus lo brillante, lo glamuroso ante lo cotidiano. Busca que cada prenda tenga una textura distinta, para que contraste tanto al tacto como a la vista.

No hay colores prohibidos
¿Rojo y rosa? ¿Negro y marino? ¿Naranja con fucsia? El maximalismo no entiende de refranes ni reglas, celebra todas esas combinaciones que antes se evitaban. Lo mejor para empezar es escoger una prenda central, como una camisa especial, y seguir construyendo cromáticamente a su alrededor.

Enfrenta estampados
Que no compitan para armonizar, sino para crecerse en la tensión. ¿Un truco? Prueba a jugar con las escalas, para evitar que el ojo se pierda en ese mar de cuadros, rayas y geometría.

Juega con lo inesperado
Lo formal es informal, y viceversa. Las prendas se despojan de su contexto, hasta tal punto que una chaqueta de trekking puede colarse en la oficina o unos mocasines pueden alcanzar la cima de una montaña. Bobo Choses sabe que esto no va de estilos ni tendencias, esto va de lo que nos gusta. Jaque mate.

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