Dos tercios de los españoles creen que el mundo va a peor: los jóvenes son más pesimistas y las mujeres tienen más miedo
El 66% ve posible un conflicto bélico, principalmente contra Rusia, Marruecos o EE UU, según la primera encuesta del CIS sobre temores de la ciudadanía

Andan los españoles apesadumbrados, todo el país ligeramente de bajón. Las mujeres tienen miedo, los chavales ven un futuro negro. Estas son las poco halagüeñas conclusiones del primer estudio publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre miedos e incertidumbres de la población.
Estamos tristes, pero somos bastante valientes. Así, los españoles dicen no tener miedos de carácter personal en un 73%. Quienes sí los tienen, temen por el trabajo, encontrar una vivienda, los estudios y su salud física y mental principalmente. El miedo no es igual para todos. Las mujeres están mucho más asustadas. El 31% dice tener miedo frente a un 14% de hombres.
El miedo es mutante y político. Por eso se encarna en distintas formas según las preocupaciones de cada uno. El problema de la vivienda es algo transversal (con matices) y el trabajo también preocupa, en mayor o menor medida, a todos. Pero después los fantasmas se van adaptando a la ideología del temeroso. “Tienen que ver con aquellos temas que cada uno se ve más expuesto en sus círculos más cercanos ideológicamente”, explica Luis Miller, sociólogo e investigador del CSIC. “Por ejemplo, al 84% de los votantes de Vox le preocupa la ocupación ilegal, algo que preocupa poco al resto. A los votantes de izquierda les dan miedo las guerras y los conflictos actuales”. La inseguridad ciudadana pasa del un 73% a un 37% de preocupante, según la ideología de quien se dice asustado.
Preguntar por el miedo en una encuesta del CSIC puede parecer una frivolidad, pero el miedo es un arma política de primer nivel. En su libro Fear: An Alternative History of the World, (sin traducción al español) el historiador Robert Peckham explica que el miedo, a lo largo de la historia, ha servido como herramienta coercitiva de poder y catalizador de cambio social. Sobre su primer uso, el mejor ejemplo lo tenemos en la iglesia, que utilizó “un monopolio del miedo” durante siglos. De hecho, el historiador defiende que el auge del Estado y su separación de la iglesia surgió tras la Peste Negra y las hambrunas del siglo XIV, cuando un montón de reyes y príncipes aprovecharon la oportunidad que les daba una sociedad diezmada y psicológicamente perturbada. Un ejemplo mucho más reciente lo ofrece la “Guerra contra el Terror” que impulsó el presidente de Estados Unidos, George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, y que le sirvió como pretexto para invadir Irak sin apenas resistencia interna.
Posibles guerras y jóvenes pesimistas
El estado de ánimo de los españoles, según el CIS, es francamente mejorable. Un 68% cree que el mundo va a peor, frente a un 27 que es algo más optimista. La sensación mejora ligerísimamente al circunscribir la pregunta al ámbito nacional, donde un 67,7% sigue creyendo que las cosas van mal.
En este punto, el factor diferencial no se encuentra en el género sino en la edad. Los jóvenes son mucho más pesimistas respecto al mundo actual. El 73% de aquellos que tienen entre 18 y 24 años creen que va mal, porcentaje que se dispara hasta el 83% en la franja siguiente, de 24 a 34 años. El resto de grupos poblacionales varían entre el 62 y el 67%.
El 66% de los encuestados opinan que el país podría entrar en guerra los próximos años, citando a Rusia como el enemigo más probable (57%) seguido de Marruecos (42,2%) o incluso Estados Unidos (30,4%).
“Pero aquí también se ve el efecto cámara de eco”, señala Miller. Los votantes de Vox son los únicos que creen mayoritariamente que España se podría ver involucrada en una guerra con Marruecos, mientras que una hipotética guerra contra Estados Unidos, es algo que solo ven factible por mayoría (un 61%) los votantes de Bildu.
El análisis del CIS pregunta para conformar una idea social, pero parte de percepciones íntimas y personales. La relación entre ambas cosas podría ser más fuerte de lo que pensamos. “Nuestro cerebro está preparado para detectar amenazas”, señala María Palau, psicóloga especialista en gestión emocional. “Cuando estamos expuestos de forma constante a noticias sobre conflictos, crisis o inestabilidad, especialmente si el mensaje apela al miedo, el sistema de alerta se activa todavía más”.
Un reciente estudio publicado en la revista científica Quality of Life lo explicaba de esta manera. Basándose en la teoría sobre el miedo en la sociedad (pos)moderna de Bauman, el artículo pretendía explorar la relación entre las preocupaciones sociales y la salud mental personal. Los resultados revelaron que los problemas de salud mental aumentan exponencialmente cuanto más asustado está un individuo por las crisis sociales actuales. Palau coincide con esta idea y señala que “cuando el contexto se percibe como impredecible, como ocurre ante un flujo continuo de noticias impactantes y negativas, la mente tiende a anticipar escenarios desfavorables para “prepararse”. Sin embargo, este exceso de análisis no protege, sino que suele aumentar el malestar emocional, señala la experta.
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