Electro Vox


El día estaba gris, las nubes bajas. Alguna gaviota pasaba con apatía entre las grúas del puerto. Para contrarrestar el aire desganado del otoño, los líderes mitineros de Vox y su público rojigualdo metían electricidad en el ambiente. Málaga. A un costado del escenario, la ciudad desventrada por la obra del metro, la polémica eterna entre Ayuntamiento y Junta. Nada de esto parecía importar a los superhéroes de Vox. Málaga era una contingencia; Andalucía, un tránsito para llegar al punto cero de la galaxia. España, España y España. Es su preocupación suprema y por ella van a hacer esfuerzos de titanes. Para atestiguarlo, al pie del escenario, había un señor de edad provecta usando una bandera española a modo de capa. Un supermán venido a menos, un jedi pensionista.
La primera prueba de los superpoderes llegó a la hora de convertir los 1.100 asistentes calculados por la policía en 3.500. A partir de ahí el delirio, quiero decir, el entusiasmo. Los altos mandos del partido estaban allí, enardecidos y enardeciendo. Desmienten ser la extrema derecha. Son “la extrema necesidad”. Quieren ser el “electroshock” que despierte al adormecido pueblo español. Han surgido para acabar con el proceso revolucionario en el que estamos inmersos y con la amenaza inminente de convertirnos en una teocracia como la de Irán. El delirio. Y ahora sí quiero decir exactamente eso, el delirio. La demostración palpable de que el ser humano no tiene el ojo múltiple de los insectos capaz de abarcar la realidad completa. No. Vemos solo una esquina de la realidad. Y a veces torcida.
A medida que uno reflexiona y va oyendo las distintas arengas deja de pensar en superhéroes y se centra en Roberto Alcázar y Pedrín. A ratos en el Guerrero del Antifaz. No es gratuito. Cuando Ortega Smith, secretario general, da paso al siguiente orador afirma: “Ahora con vosotros el Cid Campeador, también conocido como Santiago Abascal”. Vox quiere resucitarnos, llevarnos a la gran España del mismo modo que el Brexit o Trump quieren devolver a los británicos y a los norteamericanos a un gran sueño, a un espejismo. El lenguaje viaja de los tebeos a las exaltaciones del viejo franquismo. Si se habla de Andalucía es para recordarnos que, según Madariaga, los andaluces somos españoles al cuadrado y que aquí se culminó la expulsión de los árabes. Una cuestión clave. España para los españoles. “Las fronteras son las paredes de nuestro hogar”. ¿Y quién deja entrar en su casa a extraños? Gritan “¡queremos comer jamón!”, no lo que los moros pretendan, y mencionan la lápida bajo la que desean descansar: “Aquí yace un español que cumplió con su deber”. Finalmente tienen razón. Uno echa de menos un electroshock.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Hacienda requerirá a Salinas Pliego el pago de 51.000 millones de pesos en enero
Ucrania ataca por primera vez a un petrolero de la flota fantasma rusa en el Mediterráneo
Nikola Jokic, el gigante pasador que supera en asistencias a Kareem Abdul-Jabbar
Los olvidados de Sudán: Viaje al interior de la peor crisis humanitaria del mundo
Lo más visto
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- Los pagos del Gobierno de Ayuso a Quirón engordan con facturas de hace una década y sin pagar desde tiempos de Cifuentes
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”




























































