Los partidos analizan un pacto que arrebataría Vitoria al PP

Al PNV le queda cada vez menos tiempo para decidir si, como le están tentando EH Bildu y Sumando (la marca de Podemos en Vitoria), se adhiere a un frente que desaloje al actual alcalde de la capital vasca, el popular Javier Maroto, ganador de las elecciones el 24-M. El hombre que con su resultado ha salvado del desastre a la formación que dirige en Euskadi Arantza Quiroga, podría tener que abandonar la alcaldía si finalmente triunfa una alianza a la navarra, de la que solo se excluye el PSE.

El Ayuntamiento de Vitoria tiene 27 concejales, lo que sitúa en 14 la mayoría absoluta. El PP logró nueve en las urnas con Maroto al frente. Para lograr esa mayoría absoluta que apartaría a Maroto, deberían sumar sus votos EH Bildu (seis ediles), el PNV (cinco), Sumando (dos) e Irabazi, una coalición formada por Ezker Anitza, Equo e Izquierda Republicana (uno). El PNV, imprescindible para ese acuerdo, aún no se ha pronunciado, pero las otras tres fuerzas ya han apostado por desbancar a Maroto, cuya actuación al frente del Consistorio ha cuestionado toda la oposición, y llevar a la alcaldía a la candidata de EH Bildu, Miren Larrión, como cabeza de la segunda fuerza más votada.

Distintas personalidades de la ciudad como José Ángel Cuerda, alcalde nacionalista de Vitoria más de 20 años; el exconsejero de Justicia Joseba Azkarraga, de EA; la ex consejera de Cultura socialista Blanca Urgell, o Andrés Krakenberger, expresidente de Amnistía Internacional en España, junto a otros representantes de la cultura, los movimientos sociales y el deporte han pedido en público al PNV que facilite el relevo de Maroto en la alcaldía.

Una de las claves para despejar el panorama será el resultado de las negociaciones que el PNV y el PSE mantienen abiertas para cerrar un amplio pacto, dado por seguro, que permitirá la estabilidad de 37 Ayuntamientos vascos, entre ellos Bilbao y San Sebastián, y dos Diputaciones, las de Bizkaia y Gipuzkoa. Ese pacto podría facilitar las cosas en Vitoria y, sobre todo, en la Diputación de Álava, donde el PNV precisa de más apoyos.