Veinte heridos al caer un cohete pirotécnico en una aglomeración

El estallido de la carcasa de un cohete pirotécnico en el centro de Burgos ha causado heridas en una veintena de personas, según han informado fuentes del Ayuntamiento. El Consistorio había afirmado, en un primer momento, que ninguno de los afectados presentaba lesiones de gravedad; aunque el Diario de Burgos ha detallado posteriormente que siete personas quedaron ingresados en el Hospital Universitario, dos de ellos quemados con pronóstico grave. El incidente ha ocurrido cerca de la medianoche —cuando la capital celebraba una exhibición de fuegos artificiales de sus fiestas mayores— y ha provocado quemaduras de segundo y tercer grado en cinco de los espectadores que se agolpaban en el puente de San Pablo, en pleno centro del municipio.

Este accidente ha conllevado que, a continuación, se haya producido una avalancha, que ha dejado una docena de heridos leves, según ha resaltado fuentes de la Policía Local. Por causas que los agentes investigan, la carcasa de un artefacto pirotécnico ha explotado, ha perdido el control y ha modificado su trayectoria hasta caer en la zona del puente. La exhibición de fuegos artificiales se ha suspendido a los pocos minutos.

Las ocho ambulancias desplazadas hasta el lugar han asistido a los heridos y han trasladado a una veintena de personas hasta el Hospital Universitario. El concejal de Seguridad Ciudadana, Salvador de Foronda, ha subrayado que uno de los atendidos presentaba una rotura de tibia.

El pasado 26 de abril ya ocurrió otro accidente, en Cullera (Valencia), durante un lanzamiento de fuegos artificiales. La exhibición provocó un incendio al disparar los artefactos pirotécnicos junto a la ladera de una montaña. El Centro de Coordinación de Emergencias había decretado el nivel máximo de alerta por riesgo de incendios forestales y los bomberos habían enviado un fax al Ayuntamiento recordando la prohibición de realizar ningún tipo de fuego. Pese a ello, al día siguiente, el alcalde —imputado por los hechos— reconoció que autorizó el lanzamiento del castillo porque era “tradicional”.