“[Anna] Hazme una factura de 200.000 más IVA”

La mujer de Oriol Pujol, Anna Vidal, aparece en las conversaciones del sumario para hablar de facturas. Más bien, es el empresario y amigo de la familia Sergi Alsina el que le da instrucciones sobre cómo, cuándo y por qué debe confeccionarlas. Fuentes cercanas al político convergente señalan que Vidal es abogada y experta, una “profesional” que mantiene un vínculo laboral con Alsina desde hace más de una década. Pero la Agencia Tributaria no lo ve tan claro —sospecha que esas facturas son fraudulentas y que no corresponden a trabajos reales— y, además, las conversaciones telefónicas revelan que la mujer duda acerca de cómo debe emitirlas.

Una de esas facturas destaca por encima de las demás por su volumen: 200.000 euros. El pasado octubre, cuando el proyecto de la trama sobre eficiencia energética ya está avanzado, Alsina llama a Vidal tras entrevistarse con Modest Llopis, el abogado personal de Pujol, que participa en la constitución de las empresas. “Me has de pasar de Avima —la empresa de Vidal— una factura con fecha 30 de septiembre y en concepto, honorarios según contrato. 200.000 más IVA”, dice. Vidal le pregunta si “está seguro”, y Alsina le dice que sí, pero que “es importante que la fecha sea el 30 de septiembre”. Vidal duda entonces: “¡Ostras! ¿A ver si no me la habrá presentado ya?”.

Las facturas de Vidal y su trayectoria están bajo la lupa de los investigadores. Tras una de las reuniones de Pujol, Sergi Pastor dice que este le ha dicho que le debe una “muy grande” porque, supuestamente, dio trabajo a su mujer en Applus, “sin que lo supiera nadie”, cuando Convergència perdió el poder (en 2003) y “nadie quería colocarla”.