La lucha de los funcionarios jubilados nigerianos para cobrar el dinero que les corresponde tras 35 años trabajando
Miles de empleados públicos de Nigeria pasan años sin recibir sus gratificaciones, un pago único que se abona tras prestar más de tres décadas de servicio al Estado. Algunos han fallecido antes de recibirlo

Aliru Adebayo Idris, ya fallecido, se incorporó a la administración pública del Estado de Kwara, en Nigeria, como maestro de primaria en 1978, y trabajó durante 35 años hasta su jubilación en 2013. Idris se jubiló como funcionario de nivel 12 y pasó a cobrar una pensión mensual de 20.000 nairas (10,91 euros) hasta su fallecimiento. Sus gratificaciones ascendían a más de un millón de nairas (545,70 euros), pero cuando falleció, el 20 de abril de 2024, el Estado de Kwara seguía sin pagárselas. Lamentablemente, su pensión de 20.000 nairas no se ajustaba al salario mínimo que regía en ese momento en Nigeria, que era de 30.000 nairas.
En Nigeria, la pensión es un pago periódico que se ingresa en la cuenta bancaria de la persona, y procede del saldo de su cuenta de ahorro para la jubilación (RSA), mientras que la gratificación es un pago único que abona el empleador cuando un trabajador se jubila o dimite. Para recibir esta cantidad, los funcionarios deben de haber prestado servicio al Estado durante 35 años antes de poder jubilarse y tener derecho a sus gratificaciones, que se basarán en su nivel en el momento en el que dejan de trabajar. Normalmente, las gratificaciones deberían pagarse inmediatamente después de la jubilación. Sin embargo, la realidad es que los jubilados pasan años esperando cobrar lo que les corresponde.
Idris sufrió un ictus en febrero de 2018 y, desde entonces, sus cuidadores lo llevaban al hospital para recibir tratamiento. El médico les anunció que debía practicarse una cirugía, que costaría 200.000 nairas (unos 109,15 euros). Sin embargo, todos los esfuerzos por cobrar su gratificación para financiar la intervención fueron en vano y, cuando su estado se agravó, sus familiares tuvieron que pedir un préstamo. Idris luchó contra las consecuencias del ictus durante siete años, y hasta el día de su muerte no logró cobrar su gratificación. Solo tras su fallecimiento, a fuerza de ejercer presión, los familiares lograron obtener las 200.000 nairas de gratificación adeudadas.
“Nos gastamos más de dos millones (1.793 euros) en su enfermedad. Estábamos siempre entrando y saliendo del hospital. Si hubiera recibido su gratificación en vida, habría podido disfrutar de ese dinero. La impotencia de no cobrarlo agravó su enfermedad”, explica a EL PAÍS su viuda, Maimunat Aliru. Fue ella quien se dedicó a suplicar al Gobierno que le pagara la gratificación adeudada, ya que tenía hijos y tierras que podrían cultivar con ese dinero.
La historia de Idris es la misma para miles de jubilados en Nigeria que, tras 35 años al servicio del Estado, acaban viviendo en la miseria, con problemas de salud y sin poder cubrir sus necesidades en la vejez, pues la administración no les paga lo que les corresponde.
Un problema dilatado en el tiempo
Durante los últimos meses, los problemas relacionados con las pensiones y las gratificaciones han desatado polémicas a nivel nacional y estatal. En toda Nigeria, los agentes de policía jubilados organizaron protestas coordinadas en julio de 2025 para exigir la exención del Plan de Pensiones Contributivas (CPS, por sus siglas en inglés) y la creación de una Junta de Pensiones de la Policía específica, alegando que las escasas gratificaciones de entre dos y tres millones de nairas tras décadas de servicio y pensiones de alrededor de entre 20.000 y 30.000 nairas mensuales han empujado a muchos a la pobreza.
Al mismo tiempo, el destino de 3.060 pensionistas de Kwara sigue siendo incierto tras una batalla legal de 17 años por 502 millones de nairas en concepto de gratificaciones y pensiones atrasadas que se remontan a 2008, que se estancó cuando rechazaron la oferta del Estado de pagar solo la mitad de la deuda sin cubrir los costes del litigio.
Budgit, una organización cívica nigeriana dedicada a promover la transparencia y la rendición de cuentas, ha constatado en un informe de noviembre de 2024 que 32 de los 36 Estados federados de Nigeria adeudan un total de 524.630 millones de nairas en concepto de pensiones y gratificaciones impagadas.
El antiguo plan de pensiones adolece de una falta de rendición de cuentas adecuadaAustine Ovbiebo, gerente de relaciones de Pension Alliance Limited
Austine Ovbiebo, gerente de relaciones de Pension Alliance Limited (PAL Pension Scheme), una administradora de fondos de pensiones en Lagos, explica a EL PAÍS que el motivo del retraso en el pago de las pensiones y gratificaciones de los jubilados se ha debido a la mala gestión de los fondos y la falta de disponibilidad, una rendición de cuentas inadecuada, los retos económicos, falta de aplicación de la ley y deudas heredadas, y señala que el antiguo plan de pensiones no gestionaba adecuadamente los fondos de los jubilados. “El Gobierno anterior, durante los últimos 10 años, no hizo las provisiones adecuadas para los pagos. Esto provoca, sin duda, retrasos. Al no haber previsto los pagos atrasados de años anteriores, ahora tendrán dificultades para pagar a los jubilados actuales”, dice.
“El antiguo plan de pensiones adolece de una falta de rendición de cuentas. Incluso cuando se asignan grandes sumas, como 10.000 millones de nairas, para pagar a los jubilados de hace dos o tres años, los fondos no se controlan ni se contabilizan adecuadamente. Esta mala gestión se produce a nivel federal, estatal y local, lo que hace que no esté claro cómo se utilizan los fondos”, explica a EL PAÍS.
Funcionarios con pensiones exiguas
Las leyes otorgan enormes prestaciones a los antiguos gobernadores y vicegobernadores, que van desde propiedades por valor de cientos de millones hasta servicios médicos, vacaciones o coches, todo ello a costa de las arcas del Estado, siendo que la mayoría de ellos solo han prestado servicio durante ocho años. En cambio, los funcionarios que han trabajado durante décadas reciben pensiones exiguas e irregulares, y sufren retrasos en el pago de sus gratificaciones. Unos 24 Estados, entre ellos el Estado de Kwara, en la región centro-norte de Nigeria, aprobaron leyes para conceder pensiones a sus antiguos gobernadores y vicegobernadores.
La historia de Aliru no es la única. Suleiman Adama, una viuda de 65 años, también se incorporó a la función pública como maestra de primaria en 1984, y recibe ahora 160 nairas (0,081 euros) mensualmente. Trabajó para el Gobierno del Estado de Kwara durante 35 años hasta su jubilación en 2019. Su gratificación ascendería a 2.800.000 nairas (1.527 euros), pero seis años después y tras numerosas gestiones, solo ha podido cobrar 500.000, y hasta la fecha no se le ha pagado el resto.
“Esta situación nos está afectando profundamente porque, desde hace meses, las pensiones no se pagan con regularidad, y algunos dejan de percibirlas. Hay jubilados que se tienen que buscar otros medios de subsistencia. Pero muchos caen en la precariedad cuando, por ejemplo, han perdido la vista o ya no pueden caminar”, explica a EL PAÍS. Le pide al Gobierno que pague las pensiones con regularidad y abone las gratificaciones de una sola vez. En su opinión, la administración del Estado los ha usado hasta la vejez, y ahora, a su edad, no pueden buscarse un nuevo empleo.
Muchos antiguos empleados de la administración local y estatal que se jubilaron a partir de 2016 no han recibido todavía lo que les correspondeLanre Osho, coordinador adjunto de seguimiento de proyectos en Elites Network for Sustainable Development (ENETSUD)
Lanre Osho, coordinador adjunto de seguimiento de proyectos en Elites Network for Sustainable Development (ENETSUD), una organización de la sociedad civil nigeriana que promueve la buena gobernanza, la transparencia y la rendición de cuentas, declara a EL PAÍS que el impago de las gratificaciones a los jubilados es un acto de negligencia por parte del Gobierno estatal que demuestra que no se prioriza el bienestar de las personas mayores. Y eso no solo ocurre en el Estado de Kwara, denuncia, sino en casi todos los Estados de la federación.
“La actual administración no está haciendo nada para aliviar el sufrimiento de los jubilados. Muchos antiguos empleados de la administración local y estatal que se jubilaron a partir de 2016 no han recibido todavía lo que les corresponde. Es terrible”, explica.
Osho sugiere que los Gobiernos de los Estados adopten el Plan de Pensiones Contributivo (CPS, por sus siglas en inglés) del Gobierno federal para que todo jubilado pueda recibir sus prestaciones a tiempo, y comenta que su organización no ha dejado de defender el bienestar de las personas mayores, para obligar al Gobierno estatal a tomar las medidas necesarias.
Por su parte, Ovbiebo explica que el nuevo plan de pensiones se creó para cubrir el déficit de las pensiones antiguas y afirma que el objetivo principal del CPS es pagar a los jubilados en el momento en que les corresponde. Sin embargo, a 31 de diciembre de 2024, solo 11 estados habían implementado plenamente el CPS.
Ovbiebo reitera que el nuevo plan de pensiones reduce casi a cero la malversación y la falta de rendición de cuentas. “Hay dinero suficiente para atender a los jubilados tanto ahora como en los años venideros, y existe un marco regulador para controlar las actividades de las partes interesadas en el sector de las pensiones”, explica.
La jefa de servicio en funciones y secretaria permanente de Bienestar del Personal del Estado de Kwara, Olufunke Shittu, explicó que el Gobierno estatal no tenía deudas en materia de pensiones, pero que las gratificaciones se habían acumulado durante la administración anterior porque el número de jubilados no se correspondía con los pagos que se estaban realizando, lo que había creado una gran diferencia. Señaló que el Gobierno seguía pagando los atrasos de gratificaciones heredados de la administración anterior, pero que se estaban realizando esfuerzos para garantizar que todos los atrasos se liquidaran pronto.
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