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El Gobierno

No solo está en juego la resistencia de Pedro Sánchez, sino una apuesta por la democracia social

¿Qué será, será? ¿Tendremos arco iris? Cuando crecí y me enamoré, pregunté a mi amor qué hay por delante. Día tras día, esto es lo que me dijo mi amor... La canción que Doris Day interpretó en El hombre que sabía demasiado, la película de Alfred Hitchcock, acompaña estos días a la política española. Ni yo sé demasiado, ni tengo a mi madre o a mi amor para preguntarle, pero hay algunas cosas que conviene no olvidar si vamos a discutir sobre el Gobierno de España.

Las circunstancias históricas han posibilitado que haya un Gobierno de coalición dispuesto a ejercer una democracia social muy extraña en el panorama internacional y en la memoria nacional. Qué será, será… Si la izquierda quiere responder a esta pregunta, necesita recordar que mucho de lo conseguido a la hora de defender los servicios sociales y los derechos laborales se debe a la participación de Sumar en las decisiones. No conviene que se identifique la realidad del Gobierno con los casos lamentables de machismo y corrupción que sufre al PSOE. Los problemas del PSOE son del PSOE y la ciudadanía tiene derecho a pedir soluciones tajantes, pero no conviene confundirlos con el Gobierno.

Qué será, será… No solo está en juego la resistencia de Pedro Sánchez, sino una apuesta por la democracia social que no tiene nada que ver ni con el deterioro de lo público que la derecha protagoniza hoy, ni con la política que representó Felipe González en el pasado. El poder económico madrileño siente una clara nostalgia por un bipartidismo acostumbrado a obedecer en sus viajes de ida y vuelta. Eso sí lo sé, y cuando canto qué será, será, prefiero no olvidarlo. Mantener este Gobierno supone un reto para la política de izquierdas, lo agradecerán la sanidad pública, los derechos sindicales y las políticas feministas. Y también será de agradecer que, a la izquierda del PSOE, aprovechemos las Navidades para quedar a comer y ordenar la casa.

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