Ama y ensancha el alma
Hay canciones que son auténticos conjuros, armas que nos despiertan de la hipnosis con la que vivimos el día a día


Walada202 buceaba hace unos años en Youtube cuando se topó con una canción de Extremoduro. A sus cincuenta y pocos, seguía pensando que la banda extremeña “era otro grupo más de locos con melena”. Aquellas melodías, al final, le gustaron tanto que fue a contarle la sorpresa a su hija pequeña. “Me dijo que oyera más temas. Y aquí estoy, entré en el mundo de Robe [cantante del conjunto], y pido perdón por mis prejuicios. Ahora me queda recuperar el tiempo perdido y disfrutar de tanto talento”, compartió esta usuaria hace dos años en los comentarios de uno de los videos donde el conjunto interpreta Si te vas...
A su confesión se le unieron otros seguidores, algunos encontraron a Los Extremo con 48 y otros recién estaban empezando a oírlos con 15. “He recorrido montón de ciudades para escucharlo [a Robe, en solitario] en directo. Este año, con seis añitos, llevé a mi hija hasta Almería porque en Málaga no había entradas (...), se sabe muchas canciones y dice que Robe es su familia, con nadie más le ha pasado”, contesta Álvaro Losada a Walda.
Los 2.354 comentarios que se entrecruzan debajo del vídeo parecen mensajes encerrados en una botella, cada uno con una fecha y que relatan una historia diferente. Algunos son de la época del coronavirus: “Soy sanitario... cada vez que termino un turno, escucho esta canción... me desconecta de este momento que estamos pasando.... resistiremosssss!!”, escribió Alejandro en 2020. Leerlos, con la música de fondo, es como asomarse al pasado. En el caso de Alejandro, a lo que ocurría cuando surgió el espejismo de que juntos saldríamos adelante.
Otros comentarios describen el desamor, la tristeza, el arrepentimiento por el tiempo perdido y las ganas, las ganas de seguir viviendo. Algunos fueron tirados al océano de Youtube sin la esperanza de que el destinatario lo leyese (“espero que seas feliz con esa persona”, dice un internauta sobre el que fuera el amor de su vida) y otros para quedar constancia de las guerras personales. José Sánchez comentó hace cinco años: “Después de 363 días de hospital, la música me sigue ayudando día a día y esta canción me hace recordar todo el tiempo pasado y el que me queda por vivir, desde el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo un abrazo a todos los changaos, gracias Extremo, gracias Robe”. La mujer de Sánchez, ante el aluvión de mensajes de apoyo en los meses siguientes, respondió en 2022 que José había fallecido. “Vivió hasta el último día con ganas y luchando, esta sigue siendo nuestra canción”, puede leerse el mensaje, semi oculto.
Hay canciones que son auténticos conjuros, armas que nos despiertan de la hipnosis con la que vivimos el día a día. Es como si al escuchar esas letras nos percatáramos de cuáles son las cosas importantes de la vida, por las que verdaderamente merece la pena luchar, aunque sean causas perdidas. Las composiciones de Robe Iniesta, cantante de Extremoduro, parecen estar barnizadas con estos sortilegios exorcizantes. La tristeza, quizá, es que sus efectos solo persisten mientras dure la música. Pero siempre merece la pena sentirse libre, aunque sea por unos pocos minutos. En palabras del propio Iniesta: “Todos sabemos que una utopía es algo imposible, pero con un matiz muy importante: es imposible en el momento de su planificación. ¿Alguien tiene un plan para salvar al mundo? Pues cuánto más difícil sea el plan, más orgulloso estarás de él, y, si es imposible, mejor aún, porque en el fracaso tendrás también la gloria".
Este verano de 2025 nos ha golpeado con acontecimientos tan duros que cuesta imaginarse un final feliz: el brutal genocidio de Israel y el silencio ensordecedor que lo envuelve, las llamas que arrasan los campos, la islamofobia que se engancha como una garrapata, las muertes inesperadas de nuestros seres queridos... Pero si hay algo de lo que hay que estar seguro es de que, en esa utopía que debemos diseñar entre todos, el odio debe estar desterrado. Como escribió el poeta Manolo Chinato (extremeño de corazón) y Extremoduro difundió con su música: “Quisiera que mi voz fuera tan fuerte que a veces retumbaran las montañas, y escucharais las mentes social-adormecidas las palabras de amor de mi garganta. Ama, ama, ama y ensancha el alma”.
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