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Red de redes
Columna
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Emprende, emociona, estafa

Un patrón fraudulento gana terreno en las redes sociales: falsas tiendas de ropa que simulan ser emprendimientos locales

opinion
Carmela Ríos

Bubión es uno de los preciosos pueblos de la Alpujarra Granadina que eligieron dos jóvenes, Nico y Clara, para instalar un pequeño taller de ropa y una tienda online con la que comercializar sus creaciones, sencillas, estilosas y funcionales. Clara abandonó Madrid, donde se ganaba la vida como diseñadora gráfica, y Nico llegó desde Zaragoza donde había trabajado como responsable de logística. Como explican en su página web “después de muchos años trabajando para otros, decidimos crear algo nuestro, algo más humano, más nuestro, más real.”

Conocí a Clara y Nico hace un mes cuando el algoritmo de Instagram colocó en mi cuenta un anuncio con una fotografía que mostraba tres camisas de lino coquetas y fresquitas, ideales para el tórrido verano de Madrid. “Comprar”, recomendaba la publicación junto al enlace a la página web de la tienda online El rincón de Nico y Clara. Tras el vínculo apareció el catálogo completo de ropa, bonita y a buen precio. Eché un vistazo rápido a la página de inicio encabezada por la fotografía de la pareja de emprendedores que, a juzgar por la imagen, rondaba la treintena. Ambos posaban entrelazados y sonrientes frente al escaparate de su tienda-taller de Bubión. Todo era tan idílico que terminó por parecerme sospechoso, desde las fotos, con un ligero tufo a inteligencia artificial, al relato emocional de “los emprendedores nómadas a la búsqueda de un sueño”. Sin embargo, la web de la tienda presentaba la estructura típica de un negocio de este tipo, con su contacto, políticas de envío y devoluciones. Al consultar sus perfiles de redes sociales, desde donde me había llegado el anunció inicial, terminé por encontrar todas las respuestas.

Nico y Clara no existen. No viven en Bubión ni regentan un taller textil. Son el señuelo de una estafa internacional, en la que han caído decenas de clientes en España y otros países, atraídos por sus diseños, los buenos precios y el aliciente añadido de estar ayudando a una pareja joven a consolidar un negocio local. Los usuarios hacen sus pedidos que nunca llegan. Curiosamente, las páginas de Facebook e Instagram de la tienda de la falsa pareja siguen activas. Meta las mantiene esencialmente por una razón económica. Desde el pasado mes de mayo, el anunciante que se encuentra detrás de esta estafa ha pagado por difundir 270 anuncios como el que yo me encontré en mi cuenta de Instagram.

Una visita a fondo al perfil de Facebook de El rincón de Nico y Clara proporciona un revelador viaje al centro de las miserias de una red social. Allí conviven las fotos de la pareja generadas con IA y los elogiosos comentarios de falsos clientes con las opiniones de los usuarios reales. Los damnificados alertan: “Un auténtico timo, hice una compra y nunca me ha llegado. Qué asco de gentuza. Tanto buen rollito, ropa artesanal, bla, bla, bla. Todo mentira”. “Ni Clara ni Nico ni la madre que los parió. Tú compras y pagas la prenda, te envían la confirmación con foto de la prenda (…) y cuando llega es un sobre minúsculo con una pulserita de mierda”. “¿Alguien sabe cómo denunciarlo y que no puedan seguir estafando?”, se pregunta otro de los afectados. El propio Ayuntamiento de Bubión ha alertado del problema. Sin éxito.

Clara y Nico no están solos, sino que responden a un modelo de comercio fraudulento que llena las redes y responde al mismo patrón: supuestas tiendas de ropa online que son presentadas como proyectos personales con un nombre y una localización geográfica. Las responsables, en su mayoría mujeres, comparten relatos emocionales sobre la materialización de sus sueños. Todo con la conveniente artillería de anuncios en el universo Meta para una mayor difusión y credibilidad. 220 publicaciones pagadas mantiene la página de Facebook. El armario de Sara que, según su relato, nació como Sara Sevilla, “un proyecto familiar lleno de ilusión por crear moda con alma”. La misma foto de la supuesta Sara aparece replicada en otra web en inglés bajo la identidad de Emma y su armario. El mismo patrón se repite con Camila Jaén o Carmen Zaragoza. La ruta de las falsas emprendedoras no tiene fin.

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Sobre la firma

Carmela Ríos
Periodista experta en redes sociales y desinformación. Tras 20 años en informativos de televisión, 10 en París y un flechazo con Twitter, explora la interacción entre las redes sociales, el periodismo, la comunicación y el poder. Enseña a otros periodistas a adaptar sus herramientas de trabajo al desafío de la desinformación.
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