Seísmos

Un nuevo terremoto ha sacudido la tierra.Esta vez ha sido en Islandia, donde un seísmo de 6 grados en la escala Ritcher ha sacudido la zona sur del país. Aunque sólo ha dejado algunos heridos leves, el temblor ha provocado numerosos daños materiales y el derrumbe de algunas viviendas.

Tras el devastador terremoto que ha golpeado el suroeste de China hace un par de semanas, otro riesgo amenaza ahora a los supervivientes de la tragedia. 100.000 personas han sido ya evacuadas de Beichuán. A esta provincia china han llegado miles de soldados, ingenieros y técnicos para evitar el desbordamiento de varios lagos. Embalses que quedaron taponados por la tierra y amenazan con inundarlo todo. El Gobierno presume de despliegue mientras la población pide agua, comida y servicios sanitarios para alejar el fantasma de las epidemias.Las autoridades chinas han vuelto a pedir ayuda internacional. 65.000 personas han muerto ya víctimas de este terremoto mientras que otras 23.000 siguen desaparecidas.

La tragedia del terremoto en China alcanza de forma dramática a los niños. Se estima en más de 50.000 la cifra de fallecidos, y muchos de ellos han dejado niños huérfanos. Ahora se agolpan en los refugios de la zona, como este estadio de la ciudad de Mianyang, convertido en orfanato improvisado. Los voluntarios se esfuerzan por atender a los pequeños con camas, comida y juguetes, e intentan que, al menos temporalmente, olviden la tragedia.

El terremoto, de una magnitud de 8 en la escala abierta de Richter, que asoló varias ciudades chinas hace nueve días ha causado más de 41.000 muertos y más de 32.600 desaparecidos en la provincia de Sichuan.Las posibilidades de informar sobre el seísmo más devastador que ha sufrido China en los último 30 años, ha servido al Gobierno para lavar su imagen después de la represión en el Tíbet, y cuando faltan once semanas para los Juegos Olímpicos.Los psicólogos voluntarios siguen ayudando a las víctimas y los servicios de rescate todavía esperan encontrar con vida a personas sepultadas por el seísmo.

Todo empezó para Yiang cuando salvó a un bebé de tres meses del terremoto que sacudió la provincia china de Sichuán. Descubrió que los padres del pequeño estaban desaparecidos y decidió amamantarlo.Ahora, esta policía local recorre los refugios de la zona para hacer lo mismo con los niños que han quedado huérfanos, o cuyas madres están desaparecidas o muy conmocionadas por el terremoto.Lo único que lamenta es no tener más tiempo para pasarlo con su propio bebé, desde que ocurrió el terremoto.

El trabajador de una central hidroeléctrica ha sobrevivido 179 horas después del seismo.

Disminuyen las posibilidades de encontrar supervivientes entre los escombros

El presidente chino viaja a la zona del epicentro en una campaña política destinada a demostrar en el exterior que el Gobierno tiene controlada la situación.

Miles de soldados continúan buscando supervivientes entre los escombros.