Fiestas comunales, abrazos furtivos, aplausos y caceroladas. Niños y adultos disfrazados de superhéroes. Jornadas de trabajo al sol y cantes con mucho arte en el bajo que da a la calle. Fotógrafos de toda España retratan para El País Semanal la vida en los balcones y ventanas donde nos asomamos para sobrellevar el confinamiento por el coronavirus.
Las terrazas de estas imágenes, lo mismo que sus moradores, quizá no sean reales: podrían tratarse de réplicas especulares de las nuestras y de nuestros cuerpos
El virus no tardará en recordarnos lo poco iguales que somos. El cierre de fronteras es el mayor fracaso de estos tiempos miserables: vuelven los viejos egoísmos y las categorías "los nuestros” y “los extraños”
El apoyo al Gobierno no colisiona con la crítica constructiva y la libertad de expresión, pero Casado insiste en un relato apocalíptico que invalida su función institucional
Cuando el encierro te atrapa al otro lado del mundo, lejos de tu familia, se vive peor. Belletti, confinado en Madrid, tiene todo su mundo al otro lado de la pantalla del teléfono, en el lejano Camerún
Plataformas como 'Salvemos Nuestros Restaurantes' o 'Adopta un Bar' permiten que los fieles respalden a sus establecimientos favoritos mientras permanecen cerrados
Cuba no representa un peligro para nadie, salvo para los propios cubanos, y sus médicos, en medio del desastre, parecen todavía portar algo que el mundo necesita
Unas 600 personas que habitan infraviviendas en Valencia sobreviven a la cuarentena gracias a la comida y la asistencia de un programa municipal que reciben de la Cruz Roja
El coronavirus ha puesto de actualidad a personajes desconocidos para muchos ciudadanos y ha colocado en primera línea a otros que suelen trabajar en la sombra. He aquí nuestra guía para no perderse
El amanecer de la pandemia ha de traer la aceptación de que nuestra verdadera presencia está en pantalla, se proyecta por la palabra que enviamos al aire para plasmarse en el teléfono o la computadora
Una vez que despertemos de esta pesadilla al nuevo mundo, ¿cómo llevamos ese mismo sentido de urgencia a otras enfermedades cuya carga aplastante se encuentra en otro lugar?
Hay otras enfermedades, además de la que provoca el virus, como nacionalismos y fundamentalismos, para los que no habrá vacuna y que despiertan temor sobre cómo se organizarán las cosas
El derecho a una información veraz y la libertad de expresión son importantes, es peligroso utilizarlos como entretenimiento y munición para debates espurios
Son el símbolo de nuestros días: procuran arrimarse unos a otros para darse calor, pero si se acercan demasiado se pinchan con las púas y deben guardar sus distancias
Cientos de millones de personas encerradas en casa, pero hiperconectadas como nunca gracias a Internet. Los avances tecnológicos que borran fronteras han resultado ser enormes autopistas para la vertiginosa propagación del coronavirus, pero también la tabla de salvación para superar el confinamiento