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Entre la grandeza y el drama: las tensiones familiares fracturan a la dinastía Aguilar

El legado artístico de la familia ha pasado a segundo plano por las controversias de los nietos de Flor Silvestre y Antonio Aguilar

Ángela Aguilar, Pepe Aguilar, y Leonardo Aguilar en Ciudad de México, en diciembre de 2022.
Sara González

Flor Silvestre y Antonio Aguilar fueron un pilar de la música regional mexicana. Juntos formaron una de las parejas más emblemáticas del espectáculo y construyeron un linaje que se consolidó como referente del género, sin embargo, en los últimos años su familia ha sido más reconocida por las controversias que por sus proyectos artísticos.

Los inicios de la dinastía

La pareja se conoció en un programa de radio que ella conducía, pero fue hasta que protagonizaron el filme La Huella del Chacal que surgió un romance marcado por la pasión musical que compartían. Desde sus inicios, la relación entre Flor Silvestre y Antonio Aguilar tuvo conflictos porque Paco Malgesto, el segundo esposo de la cantante, se empeñó en castigarla por haberse enamorado de alguien más, pese a que ellos ya estaban separados desde hace tiempo. En venganza, le prohibió ver a sus hijos, Marcela y Francisco, y les hizo creer que ella los había abandonado para comenzar una vida nueva con Aguilar. A Flor Silvestre no le quedó más opción que tratar de comunicarse con ellos a escondidas hasta que finalmente lograron llegar a un acuerdo años después.

La fuerza de la segunda generación

Los herederos de la pareja de intérpretes, Antonio Aguilar Jr. y Pepe Aguilar, siguieron sus pasos y también eligieron dedicarse a la música. El mayor de ellos protagonizó películas y se volcó a las rancheras, es padre de Flor Susana y Majo Aguilar, quien también es cantante y compositora. A diferencia de otros miembros de la dinastía, esta rama de la familia ha optado por llevar una vida pública más discreta. En tanto, la atención mediática se ha centrado principalmente en Pepe Aguilar y sus hijos. El hijo menor de Flor Silvestre y Antonio Aguilar ha triunfado gracias a su música y ha construido una carrera sólida con varios Premios Grammy y su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, también es quien encabeza el popular espectáculo Jaripeo Sin Fronteras, que busca poner en alto la tradición mexicana. Más allá de su faceta artística, su vida personal también ha estado bajo los reflectores.

Una familia bajo el escrutinio público

El hijo mayor de Pepe Aguilar —fruto de la relación del intérprete con Carmen Treviño— es Emiliano Aguilar, con quien ha tenido una relación marcada por tensiones a lo largo de los años. El joven fue detenido en Estados Unidos en 2017 por tráfico de personas indocumentadas, por lo que tuvo que pagar una fianza de 15.000 dólares. Este episodio fue un punto de quiebre entre Pepe Aguilar y su primogénito, quien ha resentido el distanciamiento del núcleo familiar principal. Recientemente también acusó a su padre de darle un trato diferente que al resto de sus hermanos, pues en varias ocasiones lo hospedaba en hoteles de bajo costo junto con los miembros de su equipo de trabajo, mientras que los demás se quedaban en lugares de lujo. Musicalmente, Emiliano también ha optado por alejarse del legado de su familia, dejando de lado la música regional para dedicarse al rap.

Desde 1997, Pepe Aguilar está casado con Aneliz Álvarez-Alcalá, con quien tuvo a Leonardo, Ángela y Aneliz. Los tres han trabajado de cerca con su padre y forman parte del espectáculo familiar de jaripeo. El propio cantante se ha descrito como un padre “estricto”, un rasgo que ha generado debate en distintos momentos, especialmente a medida que la vida privada de sus hijos ha estado bajo escrutinio. En el caso de Ángela, esa atención se intensificó recientemente por su matrimonio con el cantante Christian Nodal.

La última disputa en redes

El enfrentamiento más reciente de la dinastía Aguilar surgió a raíz de una publicación en Instagram desde la cuenta de la mascota de la familia, un perrito pug llamado Gordo, en la que se burlaron de Emiliano luego de que éste saliera a defender a su madre tras una entrevista de Pepe Aguilar, en la que la acusó de dejarlo sin nada y llevarse a su hijo cuando las cosas empezaron a ir mal en su matrimonio. Ante esto, el joven respondió con su propia imagen editada, acompañada por el texto: “Un saludo a mis fans #1. Qué bonita familia de perros. De nadie me voy a dejar, me vale quien sea”. Aunque su hermano Leonardo posteriormente ofrecería una disculpa pública en sus redes sociales, en la que explica que la situación “no reflejó la educación que me dio mi papá”, Emiliano ha desestimado sus declaraciones y ha señalado a su familia de “hipócrita”.

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Sobre la firma

Sara González
Es editora SEO y periodista de EL PAÍS América. Antes trabajó en Grupo Reforma y Televisa. Es originaria de Monterrey, Nuevo León, y vive en Ciudad de México desde 2019.
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