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Una familia con valores, amor y mucho rugby

La de la familia Tuyú Salcedo es una historia que delinea con precisión la valía de las mejores atletas de México y la importancia del respaldo de la familia. Esfuerzo, amistad y sobre todo mucho trabajo en equipo pavimentan el camino hacia el éxito de un deporte en expansión

Ricardo Pineda

Actualmente, Zóe Tuyú Salcedo (jugadora mexicana de rugby, 26 años) se encuentra concentrada en su rehabilitación y sueña con volver a pisar el campo de juego tras una fuerte lesión. Se le rompió el ligamento cruzado anterior y el menisco, por lo que tuvo que ser operada de la rodilla. Sin embargo, Zóe lleva 15 años practicando los valores del rugby dentro y fuera del terreno, lo que la lleva a enfocarse en su objetivo y a reflexionar sobre las cosas que realmente importan, especialmente en un presente donde lo inmediato y efímero puede distraernos de aquello que perdura: el amor, la amistad, la resiliencia y la constancia que nos hacen creer que en la vida no hay imposibles.

Sin embargo, tanto la fortaleza de Zóe y la de su hermana Samara de 30 años, ambas orgullosas integrantes de jugadoras de la Selección Femenil de rugby de México, se fortalece día a día de forma física, mental y deportiva, entendiendo que el trabajo individual y en equipo requiere pilares sólidos, valientes y enfocados.

Y esos pilares sólidos muy probablemente se encuentren en el corazón del álbum familiar Tuyú Salcedo, el cual se remonta a finales de los ochenta, cuando un amigo invitó a un jóven José Luis Tuyú a jugar uno de los deportes más rudos, dinámicos y singulares del país.

“Me gustó mucho el ambiente. Estuve jugando en juvenil y luego en mayor algunos años, y ya, por cuestiones de la vida y el amor, lo dejé. Me casé con mi esposa Sandra. Luego llegaron a nuestras vidas Samara y Zóe, y desde pequeñas les estuvimos buscando muchos deportes, probaron con muchos, muchos. Pasado el tiempo regresamos a Cancún, que es donde radicamos actualmente, y mi esposa Sandra comentó algo acerca de un club en donde estaban reclutando jugadoras para practicar rugby”, cuenta emocionado el padre de Samara y Zóe, quien es complementado con la intervención de su esposa.

“Él [José Luis] me dijo ‘¿cómo crees que hay rugby acá en Cancún? Si es un deporte que ni conocen, no sé qué…’ Entonces llegó, le digo ‘pues vamos de todos modos. Fuimos y a mi esposo le brillaron los ojos, porque toda su vida ha estado enamorado de este deporte. Y yo también me integré con las chicas en el equipo de mujeres. Él entrenaba con los hombres y yo con las mujeres. Luego empezó a entrenar Sam, que tenía 14 años en ese entonces y luego siguió Zóe”, apunta Sandra, quien a distancia recapitula con el mayor detalle que le es posible la historia de lo que hoy es una familia deportiva más unida que nunca.

‘La Familia Rugby’, así se les conoce a los Tuyú Salcedo con amigos, familiares y vecinos, una familia unida que lleva apostando de forma activa por este deporte más de quince años. Su dedicación y constancia se ha visto traducida en victorias, aprendizajes y viajes hacia otras latitudes ya sea como jugadores o como entrenadores. Sin embargo, apuntan sus miembros, esto dista por mucho de ser una tarea sencilla o compuesta solo por bellos momentos. Detrás de los triunfos y las gratificaciones hay sobre todo esfuerzos máximos, lesiones y miedos a vencer, problemas por resolver y barreras duras que derribar.

“El hecho de que nuestras hijas jueguen a un nivel tan alto el rugby en México, pues no te voy a mentir, siempre que juegan nos comemos los dedos de la tensión porque es un deporte que lleva implícito el contacto, es muy demandante. Lo rigurosos que son los entrenamientos y conocemos de primera mano como jugadores y entrenadores. Entonces sí es difícil como padre, pero por el otro lado, lo que recibimos es la satisfacción de verlas a ellas felices. Sí es difícil y se sacrifica mucho pero nos ha ayudado más de lo que uno cree”, apunta José Luis.

Ganar en conjunto, apoyarse mutuamente y dar siempre lo mejor de sí es lo que enmarca el horizonte futuro de ‘La Familia Rugby’. Para Samara Tuyú la realización de los sueños existe y es una realidad, ya sea por el esfuerzo individual que conecta con el soporte familiar, la inspiración de y hacia los demás, así como de empujes externos de alto impacto como la iniciativa Destella de la Fundación Iberdrola México.

“Está bien a veces soñar en grande porque hace 16 años que empecé a jugar. Jamás en la vida me iba a imaginar que me iba a tocar jugar para México en una selección de quinces, era algo que tal vez se proyectaba lejano, como hasta dentro de 40 años, habría apenas la posibilidad de que empecemos a jugar quinces. Y ahora, como ya ver tan tangible ese sueño que tuvo la Samara chiquita, me hace creer que, las posibilidades son aún más grandes”, cuenta emocionada Samara Tuyú Salcedo, quien hace un mes se enfrentó frente a sus iguales de Colombia de visitantes.

La meta inmediata es recibir de vuelta al equipo colombiano ahora como locales, a mediano plazo vienen las elecciones para 7’s en los juegos centroamericanos y el objetivo de Samara es quedar en ese grupo de 12 jugadoras para representar a México, además de buscar estar en la selección de XV’s para entrar en el proceso rumbo a un mundial.

“Creo también que ha sido importante y muy valioso el apoyo que se nos ha estado dando de parte del programa Destella, porque ahorita lo único por lo que nos tenemos que preocupar nosotras como deportistas es ser mejores, prepararnos físicamente, alimentarnos mejor, etc.”, explica Samara.

Desde su lanzamiento en junio de 2024, DestElla ha realizado 250 activaciones en distintos estados de la República, incluyendo la Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Guanajuato y Puebla para impulsar el deporte, beneficiando a más de 7.600 personas entre beneficiarios directos e indirectos.

Así como hace más de 30 años, una tarde de amigos y juegos cualquiera, el rugby tomó por sorpresa a José Luis para cambiar el rumbo de su vida y la de su familia a lo largo de su vida, su hija Zóe hoy es contundente con lo valioso de este deporte.

“La inversión de tiempo en el rugby al final vale absolutamente la pena, como dice mi familia ‘es uno de los regalos más bonitos que te pueden dar’, la oportunidad de compartir un espacio y un lugar donde sientes que perteneces. Y al final es la pasión, nos une la pasión y nos ha favorecido a cada uno de nosotros de forma distinta, por eso creo que somos la familia que somos, las personas que somos y los humanos que somos. Entonces yo invitaría a invertir en este proyecto… este sueño”, concluye Zóe.

Sobre la firma

Ricardo Pineda
Es branded content analyst para El PAÍS México. Periodista, locutor y especialista en contenidos y estrategias digitales. Trabajó en Forbes México, El Financiero, Radio UNAM e Infosel Financiero. Ha colaborado también como columnista sobre temas culturales en diversos medios locales. Es egresado de la UNAM y actualmente vive en Ciudad de México.

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