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Benedetti, Cabrera Infante, Mejía Godoy o Mercedes Sosa, el acervo mexicano que custodia las voces del exilio latinoamericano

La UNESCO ha reconocido la colección “Memoria sonora de Latinoamérica”, de Radio Educación, que reúne 420 programas que documentan voces, experiencias y aportes culturales de personas exiliadas de la región

Bóveda de la Fonoteca de Radio Educación, en Ciudad de México.
Carlos S. Maldonado

El escritor uruguayo Mario Benedetti visitó México en 1978 como parte del jurado del Premio Nacional de Cuento. El Instituto Nacional de Bellas Artes organizó entonces una conferencia en la que el autor de Quién de nosotros tuvo la oportunidad de denunciar la censura que sufrían los escritores comprometidos en un continente en el que sobraban las dictaduras de corte militar o bullían los movimientos guerrilleros para derrocarlas. El mismo Benedetti tuvo que dejar Montevideo en un largo exilio, que lo llevó a Argentina, Perú, Cuba, realizó algunas estancias en México y luego a España. Su voz de denuncia de aquel día de 1978 sigue viva, porque forma parte de un rico acervo que la mexicana Radio Educación conserva y que ha sido reconocido esta semana por la UNESCO.

Se trata de una colección titulada Memoria sonora de Latinoamérica: exilio y resistencia a través de Radio Educación, 1974-2016 y que reúne 481 cintas de carrete abierto, 91 discos compactos y 564 audios digitales, es decir, unas 200 horas de registro sonoro. El archivo no solo presenta las voces de autores destacados, sino que brinda detalles que revelan el estado de ánimo de estos escritores, intelectuales o artistas. En el caso de Benedetti, una nota da cuenta de cómo se sentía el uruguayo en aquella conferencia: “Se comenta que esta fue una experiencia nada agradable, con cuestiones desligadas y poca oportunidad de participar. Además, las preguntas que le hicieron son las mismas de siempre. Se escucha su opinión sobre los mecanismos de la censura con el escritor militante”.

El descontento de Benedetti con “las mimas preguntas” de los periodistas no solo ofrece un dato de oro sobre los ánimos de aquel día, sino la importancia que representaba México para decenas de intelectuales que hallaron en este país un refugio y un espacio para expresarse con libertad, a pesar de que la gente mexicana sufría su propia “dictadura perfecta”, como nombró otro brillante latinoamericano obligado al exilio, el peruano Mario Vargas Llosa, a los más de 70 años que el PRI controló todas las esferas del poder en el país norteamericano, represión incluida.

Esta colección, que es testigo del dolor del exilio en América Latina, comenzó a gestarse en medio de la pandemia de covid-19, comenta Heriberto Acuña Palacios, jefe de Programación Musical y Fonoteca de Radio Educación. Aquellos días de pesadilla cuando el tiempo se ralentizó debido al aislamiento social y el confinamiento impuesto por las autoridades fue un buen momento para revisar gran parte de los archivos que la radio contiene, que incluyen más de 140.000 programas, 71.000 cintas de carrete sonoro, 30.000 discos compactos, 3.000 casetes y 5,200 documentos digitales. Los encargados de la fonoteca sabían que en esa enorme colección seguían existiendo joyas que aún no habían clasificado.

“La pandemia nos permitió identificar algunas particularidades que no habíamos notado, sobre todo en programas de los años setenta. Escuchamos algunos materiales que no estaban bien documentados y empezamos a identificar cuál es su valor e importancia. Nos dimos cuenta de que había grabaciones de conciertos, de entrevistas, de lectura, de poesía y prosa con personajes importantes que habían llegado a México o habían pasado por aquí durante las dictaduras”, explica Acuña Palacios.

Una gran parte de las grabaciones corresponden a artistas e intelectuales de Chile (ahogado durante 17 años por la bota militar de Pinochet), Argentina (que sufrió siete años de terror bajo el mando de Videla y otros militares) y Uruguay, machacado por 12 años de dictadura desde el golpe de Estado del 27 de junio de 1973. En uno de los archivos hallados por el equipo de Acuña Palacios se escucha la voz del escritor argentino Pedro Orgambide, quien en una entrevista de más de siete minutos conversa sobre su sentimiento en el exilio. El también argentino Hugo Gola se trasladó a México en 1976 y concedió una entrevista en la que habló de la función de la poesía en la Latinoamérica sometida a regímenes autoritarios y la situación de los poetas de la región.

Una de las joyas de la colección es una entrevista de 25 minutos que en 1980 hizo para Radio Educación Guadalupe Cortés con el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante. La conversación se transmitió en dos partes y en ella el narrador habla de su decisión de declararse anticastrista, su salida de Cuba y el dolor del exilio. “Habla de lo que siente al estar lejos de Cuba y el porqué no regresaría a radicar en su país”, se lee en la ficha que acompaña el documento sonoro.

Las voces de mujeres también ocupan un lugar importante en el acervo. Entre ellas está la escritora guatemalteca Alaíde Foppa, quien vivió en México en la década de 1950 debido al exilio de su esposo, y luego de nuevo se trasladó a este país después del golpe de Estado contra el presidente Jacobo Árbenz. Sus años en México fueron de fértil producción literaria, se vinculó a la academia y fue promotora del movimiento feminista en este país, donde su casa era un punto de encuentro de intelectuales exiliados. La periodista chilena Ximena Ortúzar también estuvo refugiada en México y en una entrevista denunció la represión y las torturas contra los críticos en su país. Y la música folclórica argentina Mercedes Sosa, en una conversación de 35 minutos, habla sobre la nueva música latinoamericana y los problemas en la región para la difusión de las canciones.

“Dejaron testimonios muy importantes”, dice Acuña Palacios. “La importancia de este acervo es que recoge voces de gente que no es de México y que vino aquí a compartirnos sus experiencias como exiliados, lo que significa la persecución política. Recoge testimonios de la lucha social política de América Latina y es también un testimonio de la apertura que los medios públicos de México en su momento tuvieron”, comenta.

La música también juega un lugar importante en la colección. Se trata de agrupaciones o cantautores comprometidos con movimientos sociales, como es el caso del nicaragüense Carlos Mejía Godoy, autor de canciones de protesta icónicas como Ay, Nicaragua, Nicaragüita, El Cristo de Palacagüina o La tumba del guerrillero. Mejía Godoy se exilió en tiempos de la dictadura somocista, que machacó al pequeño país centroamericano en una larga dinastía que duró desde 1936 hasta 1979. Mejía Godoy fue, de hecho, el autor de la banda sonora que acompañó a la revolución sandinista. El cantautor ha tenido que exiliarse de nuevo bajo el régimen actual de su antiguo camarada, Daniel Ortega. El acervo de Radio Educación reúne 12 programas sobre la revolución sandinista. La colección también incluye una serie de entrevistas con el cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa, titulada Casi en privado y que reúne 35 programas grabados en la casa del compositor en Ciudad de México.

La UNESCO ha decidido incorporar todo este legado en el Registro Regional Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe (MoWLAC). “Un comité integrado por diferentes países de América Latina dictaminan el valor de cada expediente que se presenta y si realmente tiene un impacto regional”, explica Acuña. “Este tipo de reconocimientos le dan valor al contenido, porque demuestra por qué puede ser importante hablar del exilio, de los latinoamericanos en México”, dice el funcionario mientras recorre los pasillos que encierran los enormes estantes donde están protegidos los discos y el resto de material del acervo, bien conservado en una bóveda con temperatura adecuada y que evita la humedad o la presencia de químicos que pueden dañar este valioso material.

Acuña Palacios no descarta el hallazgo de nuevos tesoros en los enormes archivos de Radio Educación, institución fundada en 1924 por iniciativa de José Vasconcelos, el primer secretario de Educación de México. “El acervo es muy amplio, hay cosas que tenemos que estar trabajando de manera permanente por la cantidad de material; la abundancia es tanta que a veces tenemos que esperar durante periodos para ir revisando qué tipo de material tenemos. Hay grabaciones de gente que ni siquiera conocemos. Hay que empezar a escarbar en el acervo para encontrar cosas que no tenemos bien identificadas”, explica.

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de EL PAÍS México. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica, temas de educación, cultura y medio ambiente.
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