La historia detrás de la mansión de Irma Serrano, ‘La Tigresa’, en venta por casi 250 millones de pesos
Entre sus paredes y techos estilo catedral, la mítica actriz, cantante y senadora reunió a figuras clave del arte y el espectáculo de México


Irreverente, multifacética y talentosa. Irma Serrano, La Tigresa (1933-2023), es sin duda una leyenda en el imaginario de México. Durante sus 89 años de vida fue actriz, cantante de rancheras, vedette, escritora y también senadora por su Estado natal, Chiapas. A poco más de dos años de su muerte, una de sus propiedades más emblemáticas ha salido al mercado: su mansión en las Lomas de Chapultepec, ofertada por 13 millones de dólares —casi 250 millones de pesos—. Sin embargo, esta no es solo una operación inmobiliaria. “Al adquirir esta propiedad única, el nuevo propietario no solo se hará cargo de una casa, sino de un legado. Se entregará un conjunto de objetos invaluables que pertenecieron a Irma Serrano La Tigresa, cada uno con su propia historia, recuerdos y magia”, indica la ficha de Sotheby’s, la internacional casa de subastas y de la industria inmobiliaria de lujo.
La mansión de la Tigresa
De acuerdo con la ficha comercial, la residencia —tan teatral y única como su antigua dueña—, tiene una construcción de 2.000 metros cuadrados con un espacio exterior de 1.780 metros cuadrados. Nueve recámaras, 14 baños (entre completos y medios), espacio para al menos 15 autos, tres chimeneas, terraza… Y cientos de historias, pues dentro de sus paredes y techos estilo catedral, Serrano era anfitriona y protagonista de tertulias y fiestas donde se reunían figuras clave de la política, el arte y el espectáculo mexicano. Según Sotheby’s, la mansión ubicada en Lomas de Chapultepec, una zona de propiedades de lujo, fue “refugio de creatividad y esplendor, donde la música y el arte resonaban entre sus muros, reflejando la vida vibrante de su dueña”.

Tras la muerte de la artista, que debutó en el cine en 1962 con la película Santo contra los zombies, la residencia funcionó como Cielo Serrano Spa, un negocio que anunciaba en redes sociales tratamientos estéticos y masajes. De acuerdo con las imágenes públicas del lugar, el sitio mantuvo muebles y atmósferas. Como los pisos de mosaico blanco y negro que, según reportes, estaban en el Castillo de Chapultepec, cuya construcción comenzó en 1785 por orden del virrey Bernardo de Gálvez.
Objetos cargados de memoria
La puerta principal se abre y, de inmediato, domina el vestíbulo un gran retrato de Irma Serrano al estilo de La Maja Desnuda (Francisco Goya, 1795-1800). Si bien no está claro quién habría pintado ese cuadro, La Tigresa narró que el pintor mexicano Diego Rivera (Guanajuato, 1886) la retrató; “Diego Rivera me hizo dos cuadros. No recuerdo el momento en que me sacaron la fotografía, soy muy distraída, como que no me interesan mucho las cosas”, dijo a la revista Proceso. Agregó que en una ocasión la pintó en un estudio del pintor ubicado en Altavista, una colonia al sur de Ciudad de México, cuando tenía 16 o 17 años. “Los dos eran desnudos y de gran formato, como de dos metros y pico. (No me costó desnudarme) porque el maestro era muy respetuoso. Además, uno de los cuadros era por encargo”, dijo la cantante de Canción de un preso (1962).

Además de esa pieza, que está explícitamente listada como parte de lo que se entregará al comprador, está también una “caja de la suerte” que contiene un objeto de arte secreto. Aunque la ficha de Sotheby’s no lo especifica, en la mansión también se encontraba un piano asociado a Maximiliano de Habsburgo y un comedor que alguna vez estuvo en la residencia oficial de Los Pinos, ahora museo, según un reporte de la revista de sociales y espectáculos Quien.
El inmueble no ha estado exento de controversias legales —denuncias y versiones encontradas por presuntas operaciones de compra y venta no autorizadas de hace más de una década, en las que la propia Serrano se vio involucrada—, capítulo que alimentó, más que dañó, el aura de lugar. A su muerte, la propiedad ya no le pertenecía.
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