El nuevo golpe de Trump pone en riesgo más de 20.000 millones de dólares en exportaciones mexicanas de acero y aluminio
México es uno de los principales socios del sector. El incremento del arancel del 25% al 50% afecta a unos 7.500 millones de dólares en inversión y 300.000 empleos

El sector siderúrgico mexicano ha recibido un nuevo golpe comercial de Estados Unidos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elevado del 25% al 50% su arancel sobre las importaciones de acero y aluminio provenientes del extranjero. El republicano esgrime que esta alza permitirá frenar las compras internacionales e incentivará el desarrollo de la industria siderúrgica local. “El aumento de los aranceles impuestos brindará un mayor apoyo a estas industrias y reducirá o eliminará la amenaza a la seguridad nacional que representan las importaciones de artículos de acero, aluminio y sus derivados”, indica Trump en la orden ejecutiva que entra en vigor este miércoles. La única concesión fue para Reino Unido, que mantiene una tasa del 25%. Para México, el segundo exportador de acero a EE UU, el aumento del arancel pondrá en riesgo más de 20.000 millones de dólares en exportaciones al año de acero, aluminio y sus manufacturas. Este miércoles, durante su conferencia matutina, Claudia Sheinbaum calificó la medida de “injusta” porque México compra más acero a EE UU de lo que le vende.
La mandataria añadió que el arancel no tiene sustento legal debido a que las exportaciones mexicanas están amparadas bajo el TMEC y, además, es una medida insostenible porque muchos productos siderúrgicos cruzan varias veces la frontera Norte. Aunque el Gobierno de México ha optado por la cautela y la estrategia de “cabeza fría” frente a la escalada proteccionista de Trump, en esta ocasión Sheinbaum ha abierto la puerta a la imposición de aranceles recíprocos sobre las importaciones de acero y aluminio estadounidenses: “Esperamos llegar acuerdos, si no estaremos anunciando también algunas medidas que estaríamos tomando para proteger los empleos, no es un asunto de venganza, es un asunto de protección”, zanjó en Palacio Nacional.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, viajará este viernes a Washington para reunirse con las autoridades estadounidenses y pedirles que México no pague este arancel. “Un arancel del 50% es altísimo, esto va en contra de la industria de ambos países, el acero se usa principalmente para la industria automotriz, construcción y metalmecánica y presentaremos el viernes nuestros argumentos para que México sea excluido de esa medida, igual que lo fue el Reino Unido”, refirió.
El sector siderúrgico mexicano recibió el primer golpe con un arancel del 25% en marzo pasado, pero ahora se ha convertido en uno de los grandes perdedores de la guerra arancelaria renovada del republicano. Trump busca recuperar el músculo industrial de Estados Unidos, vía aranceles, y en este objetivo ha doblado su apuesta al duplicar la tarifa sobre el acero y el aluminio proveniente del extranjero. El gravamen del 50% tiene un mayor eco para Canadá y México, dos de sus principales proveedores de estas materias primas. De acuerdo con fuentes del sector siderúrgico mexicano, un alza de esta magnitud implica una reducción en el PIB de 0,73% en un año. Además, el incremento de la tarifa también pone en la cuerda floja a más de 380.000 empleos y 7.500 millones de dólares en inversión.
Desde su primer mandato, en 2018, el republicano puso en la mira a las compras de acero y aluminio, insumos esenciales en la manufactura de automóviles, equipo industrial, estructuras para construcción y componentes electrónicos. El inquilino de la Casa Blanca está convencido de que en los últimos años y bajo el amparo del TMEC, México ha servido como puerta trasera para que el acero chino acceda al mercado estadounidense sin pagar aranceles. Tanto las autoridades mexicanas como el empresariado nacional han rechazado estas acusaciones, sin embargo, esto no ha impedido que México libre los aranceles y consiga el ansiado “trato preferencial” por el que ha luchado la presidenta Claudia Sheinbaum desde que comenzó la guerra arancelaria de Trump.
En un intento por reducir la presión sobre el sector siderúrgico mexicano por parte de EE UU, el Gobierno de Sheinbaum endureció la vigilancia sobre el acero chino en sus aduanas, emprendió más investigaciones dumping y extendió la vigencia de algunas cuotas compensatorias en ciertos aceros asiáticos. Las medidas, hasta ahora, no han surtido efecto en el ánimo del republicano y las acereras mexicanas han asumido el alza arancelaria en sus costos de producción. Desde que Trump lanzó el amago arancelario, muchas empresas optaron por adelantar sus envíos para esquivar el arancel, sin embargo, ahora no existe manera de eludirlo. “Con un arancel de 50% no hay manera, menos con un tipo de cambio en donde el dólar ha perdido valor”, refiere una fuente del sector.
La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) rechazó el alza de aranceles y defendió que el acero mexicano no es una amenaza para el mercado estadounidense, por el contrario, se complementan. “Los aranceles del 25% y ahora del 50% afectan, principalmente, a sus socios comerciales y a la cadena de valor en la región, ya que China y otros países de Asia aumentan subsidios y deprecian su moneda para evadir dichos aranceles. La mejor solución para combatir la sobrecapacidad global de acero y las prácticas desleales de comercio es trabajar coordinadamente como región”, zanjó la organización a través de un comunicado.
En 2024, la segunda economía de América Latina exportó acero al mercado estadounidense por más de 6.500 millones de dólares, un 80% del total de envíos internacionales que efectuó México, equivalente a más de cuatro millones de toneladas. Sin embargo, México compra más acero especializado estadounidense de lo que envía, resultando en un saldo a favor de EE UU de 6.800 millones de dólares, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Economía.
Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, advierte de que este incremento en la tarifa tiene el potencial de provocar una caída de 4% en las exportaciones de estos productos este año. De acuerdo con su análisis, las exportaciones de acero, aluminio y sus manufacturas de México fueron en 2024 de 16.000 millones de dólares, de los cuales el 82% se dirigió a Estados Unidos. Las exportaciones de estos productos a Estados Unidos representaron el 2,1% de las exportaciones totales de México.
Pedro Tello, experto en temas económicos, señala que un arancel al 50% supone un golpe directo a la línea de flotación de las industrias acerera, electrónica, de maquinaria y equipo, envases de aluminio para la industria alimentaria en México. El alza en el arancel, obligará a las compañías a reajustar sus planes de negocio, estimaciones de ingresos, costos y rentabilidad. “En el caso de Estados el impacto será para las economías de Illinois, Texas y Ohio, que consumen poco más de la tercera parte de las importaciones de acero en EE UU y cuyas empresas recibirán un impacto significativo en sus costos, debido a que el acero producido localmente no es suficiente, ni cuenta con la calidad y las características del que adquieren en el exterior”, zanja.
De acuerdo con la publicación World Steel, Estados Unidos produce un promedio de 82 millones de toneladas de acero al año e importa poco más de 26 millones de toneladas. El desbalance entre consumo y producción sitúa al mercado estadounidense en una posición vulnerable. A nivel global, la producción de acero rebasó unos 1.890 millones de toneladas y la mitad, unos 1.000 millones de toneladas, fueron producidas por China, primer fabricante mundial. México es el 15 productor de acero en el mundo, con una producción de casi 20 millones de toneladas anuales.
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