Sheinbaum se planta con los maestros de la CNTE y cancela la reunión de este viernes: “Hay cosas que no están bien”
El magisterio mantiene su plan de bloqueos y se instala en los accesos del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México


La presión de los maestros mexicanos ha terminado por hacer estallar la olla. El magisterio agrupado bajo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) arrancó el martes al gabinete de Gobierno que fuera la propia presidenta, Claudia Sheinbaum, quien los recibiera este viernes, una conquista nada desdeñable que se ha evaporado tres días después, ante el hartazgo del Ejecutivo por los constantes bloqueos en la capital, que se han mantenido durante toda la semana y que este viernes desembocan en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México. “¿Para qué hacen todo eso para reunirse conmigo, si ellos ya sabían que se iban a reunir conmigo el viernes? Hay cosas que no están bien”, les ha reprochado la mandataria durante su conferencia matutina este viernes. “Esa reunión estaba acordada desde hace días, no tendrían por qué haber golpeado a reporteros, afectado como afectaron a muchos ciudadanos de la ciudad”, ha lanzado también.

Tanto la presidenta como la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, han hecho referencia en varias ocasiones al incidente del miércoles entre algunos maestros y periodistas, durante el bloqueo a los accesos a Palacio Nacional al comienzo de la Mañanera, para justificar que no se dan “las condiciones” para mantener el encuentro acordado para este viernes a mediodía, una amenaza que pendía desde el jueves por la tarde y que se ha concretado a primera hora de esta mañana. Desde el sindicato apuntan que se trata de algo excepcional. “A veces, situaciones como estas [nos] rebasan. Lamento si hubo alguna persona lastimada, no son prácticas recurrentes de parte de la Coordinadora, ha sido una movilización pacífica de unas 25.000 personas en plantón”, decía Pedro Hernández, portavoz sectorial de la CNTE, este jueves al periódico.
Aunque el Gobierno ha retirado de la mesa la posibilidad de una negociación directa con la presidenta, mantiene abiertas las puertas de Gobernación y de Educación. Por el momento, la Coordinadora ha respondido desplazando las protestas al Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, lo que ha generado cortes en varias estaciones de las líneas 1 y 5 del metro. Este jueves, el plantón tuvo lugar en las avenidas con oficinas de las Afores, las administradoras privadas que manejan los fondos de retiro de los maestros desde que la ley del ISSSTE de 2007 sustituyó el sistema de pensiones solidarias e intergeneracionales por el de cuentas individuales.
Este es el núcleo de las demandas del gremio, que reclaman una vuelta al sistema anterior. El Gobierno replica que no hay presupuesto suficiente y ofrece a cambio una batería de propuestas que no supondrían una inversión tan grande del erario público, como una subida global del 9% de los salarios, con efecto retroactivo desde enero, más un 1% adicional desde septiembre, y una semana más de vacaciones, esta última una medida que no estaba entre las peticiones del magisterio. Además, la mandataria ha planteado congelar la edad de jubilación en la actual (56 años para mujeres y 58 para hombres), en lugar de dejar que siga aumentando progresivamente, como prevé la ley. Según los cálculos de la Coordinadora, esta medida solo afectaría al 24% del magisterio, aproximadamente, aquellos que pudieron acogerse al sistema anterior cuando se aprobó la reforma de 2007. Ellos piden, en cambio, que se vuelva al requisito de años de servicio cumplidos, 28 y 30, respectivamente.

La negociación permanece enconada porque unos y otros centran sus respectivas demandas y compromisos en puntos diferentes de la cuestión, a excepción de una de las propuestas del Ejecutivo: completar las escasas pensiones de las cuentas individuales con el fondo de pensiones para el bienestar hasta alcanzar el salario medio del IMSS. Esto supondría que los retiros más bajos, de en torno a 4.000 pesos, llegaran hasta los 17.000, aproximadamente. Los maestros lo consideran un esfuerzo importante, pero insuficiente, pues creen que la medida no lo garantiza como un derecho consolidado si un Gobierno futuro vuelve a alegar falta de presupuesto.
Entre propuestas cruzadas y mutuamente rechazadas, las tensiones han llegado a su punto álgido en el noveno día de huelga indefinida, después de varios meses de paros intermitentes. La primera conquista del gremio se produjo en marzo, con la retirada de la reforma de la ley del ISSSTE que había presentado Sheinbaum, que prometió que no se aprobaría nada sin el consenso del magisterio. Esa ley afecta a unos 3,2 millones de trabajadores en activo y 1,33 millones de pensionados, entre maestros, el grueso principal, y el resto de los sectores públicos. Desde entonces, la CNTE le ha arrancado algunas medidas más, como el aumento de los salarios, pero todo apunta a que el Gobierno no está dispuesto a ofrecer mucho más de lo que ya ha puesto sobre la mesa. “Quitar la reforma tiene problemáticas diversas, (...) no es algo trivial de hacer”, ha dicho esta mañana la presidenta, que sigue insistiendo en la necesidad de dialogar. La interlocutora, ha dejado claro, ya no será ella.
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