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Bélgica sospecha de un “actor estatal” tras los misteriosos drones que sobrevuelan bases militares y aeropuertos del país

El Gobierno de Bart de Wever convoca para el jueves un consejo de seguridad nacional para analizar unos incidentes que se han intensificado en la última semana

Bélgica Drones
Silvia Ayuso

Después de una semana de constantes avistamientos de drones sobre bases militares y una noche caótica, el martes, en los aeropuertos del país por la presencia de más aparatos sospechosos de origen desconocido, el Gobierno belga intenta tomar las riendas. El primer ministro, Bart de Wever, ha convocado para este jueves un consejo de seguridad nacional para analizar una oleada de incidentes tras la que Bélgica no se atreve aún a señalar oficialmente a ningún país en concreto, si bien sus servicios de inteligencia están cada vez más convencidos de que Rusia está detrás.

“La amenaza es seria, tenemos que ser conscientes de ello”, advirtió este miércoles el ministro de Defensa, Theo Francken, que ha reclamado “actuar rápidamente”. El responsable de Interior, Bernard Quintin, ha instado, por su parte, a impulsar que todos los drones del país estén registrados y sean fácilmente identificables.

Los aeropuertos de Bruselas (Zaventem) y Lieja recuperaban este miércoles la normalidad tras el caos producido anoche por el avistamiento de varios drones sospechosos en su espacio aéreo, lo que les obligó hasta en dos ocasiones, entre las 20.00 y poco antes de la medianoche, a suspender vuelos y derivar aviones. Pese a que ya ha recuperado sus actividades, el aeropuerto capitalino todavía canceló en las últimas horas alrededor de medio centenar de vuelos, según medios locales. El cierre de la víspera ya le había obligado a suspender 41 vuelos y a desviar a aeropuertos cercanos otros 24, según el diario La Libre.

Según Francken, además de los aeropuertos, nuevamente varias bases militares fueron sobrevoladas con estos aparatos de origen desconocido: las de Kleine-Brogel (este), donde Bélgica guarda armas nucleares estadounidenses, así como las de Schaffen (noreste) y Florennes (centro del país).

No se trata de aficionados. “Es otra cosa”, ha subrayado Francken ante la comisión parlamentaria de Defensa Nacional. Aunque según Le Soir ha evitado señalar abiertamente al sospechoso que muchos tienen en mente, Rusia, ha dejado claro que se trata de una operación coordinada realizada por “profesionales” que busca “sembrar el pánico y desestabilizar” a Bélgica, recoge el rotativo.

Los drones que sobrevolaron el aeropuerto de Bruselas eran aparatos de gran tamaño que volaban en formación, ha explicado. “Un ciudadano de a pie no puede hacer eso, se trata de técnicas híbridas que hemos visto en otros países”, ha señalado Francken. “Que un dron de ese tamaño pase por delante de la torre de control no es casualidad. Lo que vimos ayer no lo puede hacer un aficionado”, ha insistido ante la cámara parlamentaria.

De acuerdo con las cadenas RTBF y VTR, en otra reunión a puerta cerrada celebrada también este miércoles, en vísperas del consejo convocado por De Wever, a los servicios de inteligencia belgas no les cabe duda alguna de que detrás de estos incidentes hay un “actor estatal”. Y señalan a un Moscú que busca de alguna manera influir o amenazar a Bélgica en momentos en que la UE intenta convencerla de que dé su brazo a torcer para poder usar los activos rusos congelados, albergados sobre todo en la empresa de servicios financieros con sede en Bruselas Euroclear, en forma de “préstamos de reparación” para Ucrania, de acuerdo con estas versiones.

Indicios de espionaje

La investigación de al menos dos de los incidentes más recientes que implican bases militares, el de Elsenborn (en la frontera con Francia) a comienzos de mes y la oleada de avistamientos de drones sobre Kleine-Brogel el pasado fin de semana, han sido centralizados por la Fiscalía federal. Lo que significa, cita RTBF a fuentes de la misma, que “hay indicios de espionaje e injerencia que las investigaciones deberán confirmar o desmentir”. Los repetidos incidentes con drones desconocidos se producen en un momento muy delicado para Bélgica, sede de las principales instituciones de la UE y del cuartel general de la OTAN.

A los múltiples avistamientos de drones sospechosos, este martes se ha añadido un ciberataque de origen esta vez sí claramente ruso contra dos operadores de telecomunicaciones belgas, Proximus y Scarlet, así como contra el hospital de la Universidad de Gante, que sufrieron brevemente interrupciones de sus servicios web. El grupo hacker prorruso NoName057 se ha atribuido este ataque distribuido de denegación de servicio (DDoS), según la agencia Belga. En octubre del año pasado, Bélgica ya sufrió varios ciberataques de este tipo justo cuando la UE aprobaba nuevas sanciones contra Rusia y el Gobierno belga anunciaba la entrega de armamento a Ucrania.

Además de las presiones de sus aliados en la UE para que acepte los “préstamos de reparaciones” para Ucrania, el Gobierno de coalición liderado por De Wever está sumido en una profunda crisis por su incapacidad de llegar a un acuerdo interno para presentar unos presupuestos plurianuales (2026-2029) con los duros recortes, de hasta 10.000 millones de euros, que quiere imponer el nacionalista flamenco.

Las largas reuniones entre los partidos de diverso signo —además de los nacionalistas flamencos N-VA de De Weber, hay conservadores, centristas y hasta socialistas, tanto flamencos como valones— a lo largo de la semana no han dado por el momento resultado y el primer ministro amenaza con dimitir este mismo jueves ante el rey Felipe de Bélgica si no se llega una solución. La cita con el monarca, a priori, está fijada también este jueves.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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