Rusia moviliza a sus reservistas para combatir los drones de Ucrania
El Ministerio de Defensa asegura que los llamados a filas no irán al frente y solo protegerán infraestructuras críticas en sus regiones


El Ministerio de Defensa ruso se ha visto obligado a emprender una nueva movilización. La campaña aérea de Kiev ha provocado un enorme daño en sus bases y refinerías, incluso en lo más profundo del país, y Moscú ha dado un paso que no deseaba al anunciar que llamará a filas a sus reservistas para proteger sus infraestructuras estratégicas de los drones enemigos.
En principio se trata de un reclutamiento más limitado que la movilización masiva que el alto mando realizó en los primeros meses de la invasión de Ucrania. “Solo se contempla su asignación a grupos especiales [...] dentro de sus propias regiones”, ha prometido el subjefe del departamento para la organización y movilización del Estado Mayor ruso, Vladímir Tsimlianski.
Según el militar, los reservistas “no participarán en la operación militar especial” que Putin lanzó sobre suelo ucranio hace 1.336 días y solo protegerán hospitales, centrales de energía, nudos de transporte y refinerías de petróleo, entre otras infraestructuras.
La movilización es un tema tabú para el Kremlin. Hasta ahora, su paz social se ha sostenido en un pacto tácito con los ciudadanos por el que los rusos pueden mantenerse, hasta cierto punto, al margen de la guerra si no se oponen a las decisiones del Gobierno. Quien quiera combatir, puede alistarse voluntariamente.
Sin embargo, la legislación rusa obliga a constituir comisiones que vigilen que se respetan los derechos de los reclutas durante su reclutamiento en el caso de una movilización. Las nuevas directivas del Ministerio de Defensa sortean estas leyes.
“Los reservistas son ciudadanos que sirvieron en las Fuerzas Armadas, u otras estructuras del poder, y firmaron un contrato para permanecer en la reserva”, ha enfatizado Tsimlianski para justificar que los llamados a filas tienen un deber con el Kremlin que cumplir.
La reserva de las fuerzas armadas rusas tiene una capacidad teórica de hasta dos millones de efectivos, aunque su cifra real es secreta. Hasta el momento, las Fuerzas Armadas rusas se han nutrido de los más de 300.000 movilizados forzosos que Putin decretó alistar en septiembre de 2022 y cientos de miles de voluntarios más que se han unido a cambio de enormes salarios. En un país donde el 1% de la población superaba el mileurismo, algunas regiones han llegado a pagar más de 70.000 euros por servir un año completo en el ejército.
El Ministerio de Defensa ha aprobado recientemente varias directivas nuevas que contemplan que los reservistas puedan ser enviados fuera de las fronteras nacionales en un futuro. Es decir, participar en los combates en suelo ucranio si el Kremlin lo considera necesario.
El alto mando ruso ha ofrecido más detalles de sus nuevas medidas. Los reservistas podrán ser llamados a los puntos de reclutamiento sin necesidad de declarar la ley marcial. Y se contempla su uso en todos los escenarios bélicos, tanto en el extranjero como en las “operaciones antiterroristas”, un eufemismo con el que Moscú diferencia su invasión dentro de Ucrania [su “operación militar especial”] de los combates en el propio suelo ruso, como la pérdida de parte de la región de Kursk entre 2024 y 2025 o las escaramuzas en la provincia fronteriza de Bélgorod.
“La lucha contra los drones es prioritaria”, ha afirmado Tsimlianski. Además, esta reforma permitiría liberar de la retaguardia a una parte de los kontrátniki, los militares por contrato, para enviarles al frente.
El anuncio de esta movilización parcial ha coincidido con unos ejercicios militares sorpresa de las fuerzas nucleares rusas. El presidente y comandante en jefe supremo, Vladímir Putin, atendió por videoconferencia con su alto mando las pruebas realizadas de su tríada de armas de destrucción masiva. En concreto, el empleo de varios misiles desde bombarderos Tu-95Ms; otro disparo de un misil balístico Sinevá desde el Mar de Barents por un submarino nuclear de la clase Delfín; y el lanzamiento de un misil intercontinental Yars desde un cosmódromo situado en la región oriental de Kamchatka.
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